La combatividad y el movimiento independentista puertorriqueño

Por Tomás Redd™

Especial para Estruendomudo

“El independentismo recobró una combatividad que hacía tiempo que no tenía”. Con estas palabras, Carlos Gallisá -ex lider socialista y talking head del circuito radial AM- ha planteado una justificación a los actos de agresión y vandalismo que se evidenciaron el pasado miércoles en la casa de las leyes (también conocida como la granja legislativa). Sus declaraciones no deben sorprender a nadie pues estamos hablando de un individuo que, literalmente, vive de la existencia de un “movimiento” independentista pero que hace tiempo decidió que su lugar en la lucha era en un programa radial que irónicamente auspician, en parte, corporaciones privadas identificadas con los “grandes intereses”.

La “combatividad” a la que Gallisá aduce se reduce a la gestión violenta y vándala de cuatro o cinco chamaquitos encapuchados y seis o siete retrancas de edad media y avanzada que canalizaron su frustración destrozando lo que encontraron a su paso en El Capitolio. Aparentemente, la acción de unos pocos que desemboca en violencia y destrucción son sinónimos de combatividad. Tal parece que las cientos de marchas, foros, huelgas, debates y otras expresiones exentas de golpes y cantazos no han servido de mucho pues sólo cuando se lanza un abanico por una vitrina es que el independentismo logra avivarse, adquiere garra y recobra la fuerza del pasado. Bajo esta lógica, la lucha por la paz de Vieques, las marchas por la nación y la vigilia convocada por los familiares de Muñiz Varela son unos meros bluffs que han servido de muy poco para adelantar la causa. Para el independentismo decimonónico, el puño sigue siendo la carta de presentación más efectiva y eficaz contra la indignación y la provocación. Según nos explica el Frente Socialista: “El pueblo independentista y socialista no aspira a la paz de los sepulcros.”

¿Es este el movimiento que intenta articular un discurso anticolonial aglutinador en el siglo XXI? ¿Acaso no se han dado cuenta que este pregón ha quedado en descrédito no sólo en Puerto Rico, sino en otros enclaves de lucha secesionista como el País Vasco e Irlanda del Norte? Más aún, ¿cómo se supone que creamos en su redescubierto carácter combativo cuando figuras del movimiento han aceptado -con canapés y copitas de vino en mano- reconocimientos de previas legislaturas y, para colmo, terminan acudiendo a las oficinas de la policía del ELA a querellarse por haber recibido golpes de parte de las fuerzas del Estado?

Rendirle homenaje a un asesino como Julito Labatud es definitivamente una puercada y una provocación, de eso no hay duda. Restringir el acceso al Capitolio también es un acto deplorable, pero estas acciones de una legislatura malsana de derecha no justifican el que se entre a repartir bofetadas indiscriminadamente ni la defensa de esta postura. ¿Acaso se justificaría el que un anexionista le hubiese entrado a cantazos al féretro de Filiberto porque se oponía a que el Colegio de Abogados le rinda homenaje a un independentista que luchó por su causa poniendo bombas y atacando gente? ¿Tenemos entonces que aceptar y entender como apropiada la irrupción violenta de Pesquera y sus secuaces en las oficinas de la Procuraduría de la Mujeres? ¿Cuál es la diferencia entre lo que pasó el miércoles y este otro evento? Provocaciones hay de todos los tipos y todos los días. No por eso andamos por ahí dando bofetadas al primero que nos irrite.

No conozco un grupo más provocado y violentado que las Madres de la Plaza de Mayo, quienes han tenido que soportar sobre 30 años de injusticias más allá del los viles asesinatos de sus seres más queridos. A pesar de que se levantan todos los días sabiendo que no hay justicia ni venganza alguna que les devuelvan a sus hijos y nietos, estas doñitas han repudiado el llamado a las armas, luchando en vez por el enjuiciamiento de los cabecillas y esbirros, su encarcelamiento en celdas comunes y la revelación de archivos y otras fuentes de información que logren estos fines. Algo similar viven y promueven los familiares de Muñiz Varela. Por varias décadas no han parado de pedir que el Departamento de Justicia y el FBI hagan su trabajo y lleven a cabo una investigación seria para que se esclarezca el crimen cometido contra uno de los suyos. Su combatividad conmueve, estremece e inspira; también se distancia mucho del desorden organizacional y la demagogia panfletera de los “patriotas” que añoran las balaceras universitarias.

Desafortunadamente el independentismo boricua está secuestrado por las voces de unas cuantas momias cuyo discurso y concepción de lucha se quedó estancada en el pasado. ¿De dónde emana esta nostalgia? Seguramente no se inspira en las grandes victorias que acumularon en los 60’s y 70’s porque no las hubo. Son precisamente esas derrotas las que más inquietan a los cadavéricos líderes y es quizás por esto que no quieren soltar el megáfono y pretenden lanzar por la misma borda a las nuevas generaciones. En la página 3 del semanario Claridad (30 marzo-5 de abril) han plasmado su credo utilizando como coartada las palabras de José de Diego: “No importa que muramos, antes de la encarnación del ideal, otras generaciones prolongarán nuestra existencia”. Más claro no canta un gallo.

Lo verdaderamente preocupante de los comentarios de Gallisá no es su contenido sino la intención de justificar e incitar a la violencia. Al fin y al cabo él y Julio Muriente, entre otros personajes, tienen acceso a las ondas radiales y las utilizan constantemente para hacer llamados y apelar a los sentimientos de sus huestes. ¿Cómo debemos interpretar y fiscalizar esta conducta a la luz de lo sucedido en Rwanda en los 90’s y el rol determinante que jugaron algunos locutores con opiniones sangrientas vía Radio Television Libres des Mille Collines (RTLM)? Definitivamente son sus ideas y posturas las que hay que combatir.

Licántropos

dragon.gifLos genes de los canes se apoderan de los de mamá. Es una mezcla de rabias y pelos regados por el cuerpo. Entonces uno nace y le nacen unos colmillos y unas babas que bajan. Una lengua jadeante y mucha sangre que no sale. Luego, hay un imperativo de chequear la luna, pues debe estar llena para lanzarse fuera. Nada de serenatas bajo su luz, más bien son los preparativos noctámbulos para un festín de irracionalidades y un conjunto de aullidos que salen de las bocas, porque son dos en una. La primera, come vegetales. La segunda, no los quiere y sólo engulle carnes rojas.

Hay un bosque y una espesura nocturna. Un frío rumano, prácticamente como el de Transilvania, comarca de los empaladores. Huyen los musulmanes y se quedan sus minaretes, no se ora. Está el gitano con el azabache de la buena suerte en medio de la plaza, pero sus ritos no son públicos, no requieren purificaciones ni lavatorios. Está sucio pero se sienta en el banco de la izquierda a esperar que las nubes despejen el astro blanco. Observa las manchas mientras bebe aguardiente de una botella sin etiqueta conocida. Ya el viejo está más que acostumbrado a los huecos de su abrigo y al olor de sus sudores rancios.

Detrás de la capilla están ellos.

Vienen del bosque encantado. El inmenso valle entre montañas. Se apresuran al encuentro de las doncellas, que son liebres que velan sus guaridas. Conejos, como todos, de flujo caliente y orejas largas.

El viejo también está acostumbrado a los aullidos. A la discordia de los lobeznos, que juegan a morderse, mientras los adultos ponen en práctica real aquellas mordidas terribles. Intuye que en ese momento justo destrozan la primera liebre. El anciano no observa el sacrificio antinatura, pero sabe que los intestinos a los depredadores desesperados les repugnan. Quizás uno que otro disfrute -por perversión- sólo del hígado.

Dentro de la capilla, la lumbre de los cirios construye un campo protector de luz artificial y los crucifijos asustan el mal de ojo. Son las rencillas balcánicas representadas en los frescos ortodoxos per secula seculorum y el Armagedón en plena iconografía pedagógica. Algunos aprenden por medio del miedo: sólo al ver los monstruos. Las campanadas no dan para sustituir los aullidos desquiciantes y el niño sigue perdido y hallado pero dentro del templo. Las vestiduras negras del monje coadjutor y su cruz invertida en el pecho sirven para pulir la porcelana y la aureola que abarca las cabezas del niño y el viejo, que descansa afuera y sabe que no tiene sentido ir a escuchar la misa. Es gitano y ya la suerte, aquí, está echada.

Comen pan negro dos más que cruzan a toda prisa la plaza de Sarajevo. Un espejo idéntico a la plaza de este cuento, pero sin gitanos y ahora sin francotiradores al asecho. Las migajas atraerían a los lobos si estuviesen embadurnadas con grasa de vaca, pero no lo están, así que los lobos llegarán comoquiera. No les importa que allí se horneen panes negros. La virgen vive cerca y los lobos lo saben. Ese olfato privilegiado los guía directito hasta el lecho de la menstruante. El padre duerme en la habitación de al lado con la escopeta debajo de la cama, pero esta noche ha bebido demasiado aguardiente. Estuvo demasiadas horas sentado en el banco izquierdo de la plaza. Hace años, desde que dictaron la ley que los condenó a permanecer en los arrabales, que no viaja. Ronca, y entre ronquido y ronquido, resopla con acento romaní frases ininteligibles.

Virgen sagrada, María, esa sí que sabe de mezclas hormonales y es coleccionista de bigotes felinos. La joven María piensa que los bigotes de los gatos persas la protegerán de las mortales mordidas. Para ella, el amuleto no es leyenda, y también intenta protegerse con baños de belladona cada vez que sale el disco completo de la luna. Rayos de luna y baños tibios con jugo de hierbas venenosas que espantan los licántropos, remedio infalible también contra el salvajismo y la ferocidad de los hombres. Detrás de la puerta se escuchan los aullidos. Se abren de par en par las tantas bocas de los lobos.

Auuuuuuuuuuuu. Uu. Uuuuuuuuuu.

Es el sonido de los que mueren, y al morder transforman.

-mcc

Tierra vasca y libertad: Intersecciones con el nacionalismo puertorriqueño

Ayer tarde llegó a la Redacción de Estruendomudo vía e-mail el comunicado de la banda terrorista vasca ETA en el que se anuncia el cese al fuego "permanente" de la ofensiva paramilitar contra el Estado español como estrategia de lucha para alcanzar la independencia de Euskadi.

El comunicado recorrió el mundo entero, justo el día en que los catalanes llegaron a un consenso jurídico en cuanto a los reclamos nacionalistas que contendrá el nuevo Estatut de Cataluña.

Esta segunda noticia me lleva a pensar que ETA ha aprovechado el moméntum de buen ánimo del Gobierno español del Partido Socialista Obrero que preside José Rodríguez Zapatero para colarse entre las filas de los demócratas y su esfervesencia nacionalista en cuanto al caso catalán para presentarse como corderos ante la opinión pública. Ahora los violentos, que han desatado una campaña de asesinatos durante 38 años, con el saldo de más de 800 muertos, van a dar clases de sumisión al Estado de Derecho, voluntad popular, debate político y democracia.

El filósofo vasco Fernando Savater advertía hace tiempo que en el momento de la rendición de ETA los demócratas no deberían hacer concesiones al nacionalismo vasco. Más aún, advierte que negociar lo innegociable (porque es obvio que habrá que negociar algo) o eventualmente sustituir la violencia por un nacionalismo recalcitrante equivale a “pretender auxiliar a alguien que se ahoga hundiéndole la cabeza bajo el agua”. Esto quiere decir que no sólo porque han bajado las armas deban ponerse sobre la mesa de negociaciones aspectos sobre la cuestión vasca que impliquen que ETA ha ganado la guerra. No cabe duda de que todo lo contrario es lo que ha ocurrido, ETA acaba de aceptar una derrota estrepitosa.

En Puerto Rico, donde el discurso político, económico y cultural dominante es también el nacionalista, resulta raro que el caso vasco no provoque el interés sostenido de los políticos, intelectuales, columnistas, editorialistas y comentaristas, tan bravucones a la hora de opinar sobre las trifulcas capitolinas que tienen que ver con líos de faldas. Tampoco se siente el interés de académicos de Ciencias Sociales, al menos. Más bien, el tema es tratado con superficialidad y casi siempre es la llamada "izquierda" la que se apropia del issue vasco, no para posicionarse en cuanto a la vertiente más horrorosa del nacionalismo y denunciar el terrorismo sino para difundir loas por encimita a la "resistencia" de un pueblo "ocupado y oprimido" por un régimen colonial.

No se puede esperar una reacción de los nacionalistas boricuas a la derrota de ETA en estos términos. Un país que ha hecho concesiones al nacionalismo y la xenofobia como la Ley Orgánica del Instituto de Cultura Puertorriqueña, la Ley de la Música Autóctona, la Ley del Libro, la programación de la Corporación para la Difusión Pública y tantas otras iniciativas limitantes del arte, la educación y el cosmopolitanismo -sin sostener un debate sobre las consecuencias excluyentes del criterio nacional para producir lo que sea- no puede estar en condiciones de abandonar el guiso de los millones que provienen de la teta derecha del mercado y la izquierda del Estado Libre Asociado para pensar sobre cómo se refleja en el caso vasco.

Fernando Savater no enumera, pero se sabe que los nacionalistas favorecedores de ETA mantienen un cerco alrededor de las universidades que es infranqueable: ningún profesor y ningún estudiante que esté en contra del nacionalismo puede cruzarlo. Los periodistas vascos que hacen crítica de la política nacionalista son perseguidos. Los empresarios vascos que se niegan a depositar el llamado "impuesto revolucionario" en las arcas de ETA son chantajeados, secuestrados y hasta asesinados. Los electores del conservador Partido Popular son víctimas de insultos y discrimen en todos los aspectos de la vida social y política vasca. Los disidentes son ajusticiados en plena calle, ya sea con la palabra envenenada con la rabia del discurso de la puereza de sangre, ya sea con la pólvora de las bombas o las balas. Ahora que se supone "habrá paz", ¿qué de lo "menos malo" de ETA y su apología violenta del nacionalismo se queda? ¿Qué de lo menos malo se va a negociar en la mesa?

La pregunta puede hacerse en Puerto Rico, a 500 años de "lucha y resistencia de la nación" contra el colonialismo: ¿Qué de lo menos malo del nacionalismo puertorriqueño se está discutiendo?

Según el artículo más reciente del analista político y ex senador del extinto Partido Socialista Puertorriqueño Carlos Gallisá, publicado en la edición de hoy del semanario Claridad, "…haber mantenido los puertorriqueños un sentimiento nacional tan fuerte luego de quinientos años de coloniaje es la mejor garantía de triunfo del pueblo puertorriqueño, y su eventual conquista de la independencia". A mi entender, nada más lejos de la complejidad y el análisis responsable.

Ese nacionalismo aludido representa una derrota estrepitosa del reconocimiento del carácter híbrido y alucinante de las identidades puertorriqueñas y sus posibilidades de explosión y exposisión. Ese nacionalismo hueco, amorfo, populista, anticrítico, excluyente, charro, defensivo y violento cancela el trabajo de la enorme potencia de la contaminación en todos los renglones de la vida comunitaria. Hip hop con mangú. Spanglish y arroz con habichuelas. Reggaetón con Caribbean Cinemas. Rolling Stones con Feria Bacardí. Petrus Galeros con agua de coco. Hotel Normandie con Residencial Público Villa España. El nacionalismo no soporta definiciones distintas a sí mismo. No permite resaltar la importancia de lo ajeno en lo "uno". Es un monólogo que resalta el narcisismo fascista.

En cuanto a esto, hasta los más paleolíticos líderes políticos españoles nos pueden dar cátedra. Felipe González, ex presidente de la monarquía constitucional española y buen amigo de Rubén Berríos, demostró que es posible articular una postura "progresista" y de "izquierda" sin ser recalcitrante al declarar en una de sus columnas para el diario El País en el 2001 que no se podía confundir ni tergiversar para fines demagógicos y violentos a las identidades con el estado/nación. Tomar ejemplo del debate político español resulta muy difícil hoy en día en la patria chica, al parecer el espíritu albizuista lo impide y los guardianes del discurso colonial -incluyendo a los melones y los independentistas hard core- lo censurarían. Hay que hacerlo, están programados para ello: "La nación está en peligro".

Habrá que esperar a que Puerto Rico entierre 800 ciudadanos, más o menos, para entrar en estas consideraciones. Mientras tanto, el nacionalismo es "lo mejor que nos ha pasado" y "vamos derechito hacia la independencia", por supuesto. Es el cemento celestial que mantiene unido a nuestro pueblo. ¡Como la ETA, vamos, vamos …vamos a fortalecerlo!

-m.c.c.

Chaos and Creation in the Backyard: Un saludo desde allá de Paul McCartney

El hombre orquesta decide pasar por la Tierra tocando todos los instrumentos de su último álbum. Los toca en el estudio de grabación, uno a uno, empezando por el piano. Además, registra en archivos digitales cada pista de sus voces.

Eso lo lleva a las entrañas e, introspectivo, se traslada al backyard de la adolescencia; el tiempo infinito del caos y la creatividad. Compone así, rodeado del recuerdo de aquella ropa tendida por la madre que ahora son millones de liras esterlinas, pero retraído, estupefacto por el tamaño de su soledad.

There is a long way, between chaos and creation
If you don’t say, which one of these your gonna choose
It’s a long way, and if every contradiction
Seems the same it’s a game that your bound to loose

Porque hay una línea fina entre el caos y la creación hay deambulantes y diletantes. Una línea fina entre la mano que me estrechan para cruzar y la que se extiende para golpearme. Y muchas pérdidas transcritas como líricas.

El trabajo, subsumido en capitales. Las caricias negociadas de antemano. El producto de los sueños acomodado en un sofá.

Terapias se shock, más la receta de pastillas. La dispersión de los paseos por la orilla de las playas de la patria traicionera. Una calle, su esquina. La cita, el teléfono y las guías. Viene el terapista, yo le pago con la tarjeta del seguro de salud. Sale al paso un amigo en el part time. No hay posibilidad de permanencias ciertas. Sirven la mesa con platos de falafel y salcitas de ajonjolí, son los tabules de las hambres y las necesidades. Los vinos del placer.

Están las sábanas de algodón egipcio y las toallas sucias. Quedamos en que más tarde llamaremos. Están los juegos colectivos a la mejoría social. El voto y el abucheo de los líderes hipócritas. Las cuentas por pagar. Escribo, escribo, leo y rescribo. Tacho. Repaso las últimas definiciones de mi acto, delimito coordenadas caóticas y de creatividad. Está el análisis, la crítica, el experimento surreal. Quedan los disparates y las alusiones falsas, la difamación.

Unos besos y par de abrazos al azar y la contingencia. Los mapas de tránsito. Hay letreros. Pasan lista más abajo en el punto de inspección. Me someto a las clasificaciones y las generalizaciones. Soy víctima y poder. Vuelvo a marcar esos números. Me los quito de la mente. Vacío los colores de los estandartes que imaginé. Maldigo y freno. La armónica entra aquí. La pandereta hace su agosto.

Busco cuerpos para utilizar. Busco serles útil a los cuerpos utilizados. Envío un e-mail. Bebo agua. Recuerdo aquella conversación y no me rindo. Destruyo papeles y cómo, si vieran cómo los busco otra vez en el fondo del zafacón. Inserto un disco y en la pantalla se refleja un documental. Me saludan. Presto atención a la diatriba del chofer. Indago sobre la tarifa. Empaco las maletas y me asumo turista. Voy.

Son seis pies, seis pies abajo.

Insisto en la azotea. Desde la oscuridad del sótano, queridos amigos, lamentablemente, insisto en la azotea.

Les confirmo la última noticia: desde allá, muy serio, me saluda sólo Paul.

No memorias de una noche en

Por Yara Liceaga y Manuel Clavell Carrasquillo

ESPECIAL PARA EN ROJO

Publicado originalmente en el semanario Claridad

“..and if your lucky then the God’s a she.
I can feel an angel sliding up to me”

-Murray Head

una. madrugada. i am feeling very warm right now, please, don’t desappear.

concreto expuesto. luces. el ojo es esa cosa tremenda forrada de pequeños espejos cuadriculados. en su cráneo veo los mismos espejos. pero él está en la tarima. las cejas las tiene hechas de rainstones de capri. él es ella frente a mis ojos, desde mis tacas, y sobre mi melena. calculo la trama de ningún entuerto sobre nuestros corazones. junto palabras. unto calor al baile. ellos se besan. un beso largo. de lengua. la iluminación se detiene. sobre su pómulo. tan bien maquillado.

las alas y su cuello no tienen nombre para mi deseo. observo con la tranquilidad enferma del voyeour.

aparece

una mirada presa por el rímel que se desvía -loquita- hacia los ocho brazos de la diosa. luego, lasciva, baja hasta los cadáveres que alumbra ella-ello con la calavera que empuña en el brazo #6 como si fuera antorcha. sobre el cuello, collares hechos de camándulas plateadas y el resplandor del spotlight que rebota contra las esferas. es el truco de los espejitos. los rayos me marcan la piel como si fueran agujas para mortificar la carne con tatuajes. otra observación que bucea entre los humos del tabaco frena contra el pene oculto, tachado, y unas tetas hechas: conjunto seductor de líricas de tecno repetidas por altoparlante y mucho foam color violeta, bastante, como para rellenar bembas con plástico. anota: el glande, si es violáceo, es directamente proporcional al tono chamuscado de tus labios. eso era lo que te explicaba el buda tailandés, chamaco, la función encubridora de un lipstick de Revlon.

“..can’t be too careful with your company,
I can feel the devil walking next to me”

-Murray Head

se acerca: puedo sentirlo en la espina que es mi espalda

la posición reveladora de lápiz labial y ferozmente adornando. tres horas después el hombre sale maquillada. la diosa agita los brazos con elegancia. sobre el concreto aprieta su talón (primero). pisa. lumbre. contoneo. la gracia que avistamos nos vence. son sus brazos. es su pecho. entonces, los muslos. se acerca demasiado. acorralo mi deseo. se me pega.

conjuro, aprieto, grito, saco. la melena se hace agua. una toma se enfrenta a la disolvencia que le precede. el mundo se comprime en la escena que comienza y gira sobre nuestras cabezas. muy por dentro de la camisa de mi piel, el dios incrusta córneas. lo observo aplicar las cosas como ungüento. sencillamente y a través de la música. lo sé que es una treta dentada, pero a mí también me gusta morder.

about face

antes de despedirme

me emociono. quedo pasmada ante su saludo. agarra el micrófono y grita. es su cumpleaños. son 33 leños cargados sobre las espaldas. las alas han caído por el peso. Se los fuma y las despluma. se esfuma la posibilidad de acrobacias adolescentes y con las sobras de ave fénix construye un abanico. da un viraje en U, bien simple, y me deja plantada en la pose andrógina. recibe dólares de otros. le han pagado para que cante y baile como Marilyn. no, dice al contestar la oferta. me resisto: soy más rockera que punka.

bebo más Coronas con limón para olvidar la panza y celulitis.

¿cómo lo harán en Londres los demás señores dj’s? la borrachera me hace imaginarme flaca frente a los platos. con los headphones puestos. el ángel tailandés del gueto londinense guía mis manos y fluye la música electrónica. la masa baila enajenada. a pesar del descaro, soy reina -diabla, quise decir- por un día.

sigo inmersa en confusiones.

sigo la línea de la música como una aguja. llena de tinta y por encima de tu piel. voy marcando. bebo.

la pose imperial que nos entrega el desvío como una boca a la que seguirle la pista, ronca. hay cantitos que le faltan. yo hago que entro contigo, velamos el bizcocho. acechamos. atacamos. con una mano manejamos todo lo que nos ofrece. y hasta con los ojos cerraos.

“It’s a drag, it’s a bore, it’s really such a pity.
To be looking at the board, not looking at the city”

-Murray Head

dos. telones

voy a polarizar este instante. quiero preservarlo en queroseno para que nos acordemos para siempre de estos landmarks.

fue de frosting rosita nuestro amor. y en la masa había nenes de dulce.

de repente, la diosa regresa:
“Are you having a good time?” (increpa, con voz grave)
y nosotros que sí, querida,
que es una lástima siempre nos maltrataremos.

 

Socavientos: El Picayune no reporta sobre LASA

Por Manuel Clavell Carrasquillo

En repetidas ocasiones murmura socavientos.

Corre hacia el montículo de harina. A veces pasa los días observando a los dominicanos que pasean por el malecón. Por las noches, sufre, pero se levanta a tomar agua helada. Los primos llaman por teléfono. El contesta a veces. Disfruta su encierro. Los martes sale a la placita religiosamente. Por media hora. Justa. Compra helados de vainilla y fresa.

La farsa continúa frente a la radio, mientras escucha programas de discusión política. Está fascinado con los periodistas que tienen líneas calientes para atender los programas de los ciudadanos quejosos. Las líneas calientes siempre le recuerdan sus intestinos.

Anoche soñó. Como no le dio importancia a las imágenes que le pasaron de frente, a lo película muda, padeció dolores, mas no de parto. Un dolor constante se apoderó de sus cienes y sus muñecas. Mejor, así el médico chino podría encontrar con eficiencia el pulso para terminar su estudio.

Consiguió un carné para dejarlo todo y marcharse. No quiso.

Salió a la plaza a deshoras para encontrarse con unos poetas, según leyó en una invitación en el Picayune. Se reunirían a recitar allí para secar inundaciones. No es LASA, que invita a todo jet set progre a una conferencia de hotel sobre la situación latinoamericana. Es el poder de la palabra.

Gorbachov hablaba hace 20 años del mecanismo del freno

También en el plano ideológico, el mecanismo de freno originó mayor resistencia a los intentos de examinar constructivamente los problemas que iban surgiendo y a las nuevas ideas. La propaganda del éxito -real o imaginario- iba ganando terreno.

Se estimulaban los elogios y el servilismo y se ignoraban las necesidades y opiniones de la gente común, trabajadora, del público en general.

El pensamiento creativo fue expulsado de las ciencias sociales, y los juicios y contribuciones superfluos y gratuitos fueron declarados verdades indiscutibles.

Las discusiones científicas y teóricas que son indispensables para el desarrollo del pensamiento y para el esfuerzo creador, fueron castradas. Esas tendencias negativas también afectaron la cultura, las artes y el periodismo, como también el proceso de enseñanza y la medicina, en donde la mediocridad, el formalismo y los elogios estridentes también emergieron.

-Palabras de Mijail Gorbachov mientras aún era presidente del Partido Comunista de la URSS, 1986. Citado de Perestrioka, Editorial Oveja Negra, 1987, p. 16.

Encuentro con el pecoso I

Boris Becker

Por Manuel Clavell Carrasquillo

Fuimos al pastizal y lo hicimos. Los filos de las hierbas me cortaron por aquí, debajo del codo, y la cicatriz la exhibo como trofeo. Sustituimos el miedo a las mangostas por la lujuria desatada. Hice que se tirara al piso, que estaba barroso y húmedo. De pronto lo miré fijamente. Comencé a notar -a pesar de la luz tenue que provenía de la Luna- que sus pecas me descontrolaban. También su pelo corto al rape militar pero rojizo. Todo eso me llevó a darle la orden: "Te me enfangas ahora". Ribeiro me obedeció. Su mirada reflejaba una pizca de asco y un montón de ganas. Quiso besarme antes de comenzar a desvestirse, pero no se lo permití. El alcohol ya me había hecho efecto. De mi boca no salieron más palabras pero lo marcaba con mis gestos. De un latigazo con mis ojos retorcidos en señal de poderes supremos lo vencí, y lo retiré de mi carne negra. Nada de besos ahora. El frío de la madrugada ni lo sentimos. Pero estaba presente. El calor provenía de adentro. Ribeiro empezó a desvestirse buscándome aún los labios. No cedí tan rápido. Lo empujaba contra el lodazal y los cáñamos. Calló de espaldas con el pantalón a la rodilla y la tela que le cubría el pecho musculoso desabotonada. Resultado: manchas horribles en toda la camisa blanca y un alarido placententero.