También en el plano ideológico, el mecanismo de freno originó mayor resistencia a los intentos de examinar constructivamente los problemas que iban surgiendo y a las nuevas ideas. La propaganda del éxito -real o imaginario- iba ganando terreno.
Se estimulaban los elogios y el servilismo y se ignoraban las necesidades y opiniones de la gente común, trabajadora, del público en general.
El pensamiento creativo fue expulsado de las ciencias sociales, y los juicios y contribuciones superfluos y gratuitos fueron declarados verdades indiscutibles.
Las discusiones científicas y teóricas que son indispensables para el desarrollo del pensamiento y para el esfuerzo creador, fueron castradas. Esas tendencias negativas también afectaron la cultura, las artes y el periodismo, como también el proceso de enseñanza y la medicina, en donde la mediocridad, el formalismo y los elogios estridentes también emergieron.
-Palabras de Mijail Gorbachov mientras aún era presidente del Partido Comunista de la URSS, 1986. Citado de Perestrioka, Editorial Oveja Negra, 1987, p. 16.