Adelaida recupera su peluche: Una novela en cantos de Bruno Soreno (Capítulo VII)

woman in redIII

Pero, ¿a dónde se fue? Eso yo no lo sé y es obvio que tú tampoco, Adelaida, tan ocupada estabas en dar más pasos y balbucear más palabras (que poco más hace la gente en esta vida). Y en hacerte mujer. Se te pobló poco a poco la zona-memoria de tu alma, y esta zona se dedicó a organizar sus contenidos a su modo caprichoso, escondiéndote fragmentos y recuerdos para protegerte o en verdad para protegerse a sí misma, acaso de ti misma. Ya he dicho que eres solamente un medio, un instrumento necesario para la existencia vital de tu alma y todo lo que la habita. Ocultarlo fue una de sus operaciones e interrogarle razones al alma es siempre una estupidez, ya que habla un idioma que ni tú ni yo conocemos. Es como preguntarle a un chino.

IV

Pero, ¿a dónde se fue? Ya he dicho que la respuesta a esta pregunta no se puede saber. Pero esto quizás no sea del todo cierto. Quizás tú podrías averiguar esa respuesta, pero nunca serías la misma. Conocerla implicaría quizás cambiar de idioma, Adelaida. Tú misma no comprenderías tu lenguaje, ni yo tampoco. Te volverías china. Te cambiaría de tono el nombre. No lo reconocerías. Pero yo sí, Adelaida. Yo siempre sí.

V

Que era rojo. Eso tú no lo sabes, no lo recuerdas, pero yo sí. Lo sé, digo, porque no es que lo recuerde. Yo en soledad carezco de memoria. Pero me es necesario saber que era rojo para poder seguir contándome y así poder contarte, Adelaida. También sé, porque me es crucial el conocerlo, que desde su ocultamiento continuaba haciéndote cosas. Sé que, en el momento del trauma, desde su guarida te quebró la cabeza, te volvió a romper los espejos y te hizo devenir muchas. Al menos dos. Al menos me constan dos. Como estrategia peregrina del alma para sobrevivir, él te abrió la mente obligándola a un diálogo con interlocutores imposibles. Esto es, (pero esto tú no lo sabes, Adelaida) que te enloqueció.

VI

Pero, ¿es necesario encontrarlo? Para mí, no. Yo no he de buscar lo que no se me ha perdido, que en esas uno siempre sale perdiendo. Para ti, Adelaida, yo no sé. Solo sé que se te fue, que se te perdió. Quizás lo echaste de ti y ya no te acuerdas. Qué papel jugará esta pérdida, que significará él en tu desenlace y en el mío, si alguno, está por verse. Tu alma sabrá, o no. Sabrá dios, o no. El alma, como dios, actúa de maneras misteriosas. En fin, que ya veremos.

Adelaida recupera su peluche: Una novela en cantos de Bruno Soreno (Capítulo VI)

pelucheInterludio en seis cantos: lo extraviado

I.

Te lo regaló tu papá cuando aún no existías, Adelaida. Cuando aún no existían los nombres. Cuando aún te considerabas una masa indistinta de la carne de tu madre y no te reconocías en un espejo. Era peludo y mullido. Tenía las orejas grandes y luego, más tarde, cuando ya tuviste nombre y reflejo y diste tus primeros pasitos y balbuceaste el primer sonido universal, él fue tu amigo, y le hablaste; fue tu bebé, y practicaste con él a modo de juego los rituales que tu madre practicó contigo cuando aún no existía Adelaida, cuando estabas diminuta y hecha de carne. Pero (y esto tú no lo sabes, no tienes por qué ni puedes recordarlo ahora, Adelaida, pero yo sí lo sé porque me incumbe) antes que eso fue una irrupción roja, una quebradura de espejo, fue lo primero cercano y remoto que consideraste otro. Fue la causa oculta y verdadera de tu primera palabra. Fue tu primer motor incógnito, el agente provocador tras bastidores de este cuento, de ese cuento que tú llamas vida.

II.

Luego, mucho más luego, luego de los pasos y los balbuceos y la ruptura de los espejos, creciste y eso no tiene importancia. Lo olvidaste y ya no fue más en ti, ni siquiera un recuerdo. Otros cuentos te ocuparon, fuiste parte de otras diversas tramas, te inventaste a ti misma y te inventaron de otros modos, en fin, seguiste tu vida. Era rojo, y desapareció.

Ben-Hur

ben hur

Escribe Manuel Clavell Carrasquillo

Para Guillermo Rebollo-Gil

El ánimo de la soldadesca decaía

habían pasado semanas desde el último saqueo

nadie divisaba buitres

no había basuras

y el general se aburría

gracias a su propia lentitud

En los fogones hervían sancochos inmundos

y en las cuchillas había más acerrín que sangre

los auríspices consultaron las entrañas de las gallinas

-ni una hoja se iba a mover-

los pingas dulce se entregaron a la sodomía

los conversos se hincaron a orar

Salud centuriones! Salud!

dijo un mensajero para anunciarse

traigo dos monedas de plata y una libra de sal

una carta de sus majestades

en donde dicen que van a abdicar

siete llaves y siete candados

que no abren

4 pomos de cristal

un brandy

cero esperanzas de regresar

Perfecto, dijo el escriba

déjame lavarte los pies

y una brisa malsana los envolvió

transportándolos a Disney World

se jartaron de papas fritas con mostaza dijon

recorrieron el castillo de la princesa

salvaron del insomnio a Mickey Mouse

Al atardecer, empacaron sus pertenencias

y partieron para Madagascar Ltd.

se entrevistaron con Nelson Mandela

él les acordó que Winnie se tuvo que ir

por ladrona del CNA

ese comentario del líder los convirtió en mariposas

y revolotearon por el patio del jardín de Versalles

observando las plantas licántropos

el laberinto

cuyo centro resultó ser un fumadero de opio

decorado como poker house

Archibald recogió los perros del hortelano

para que ellos pudiesen pasar

pero el mar Rojo se dividió equivocadamente

y la partidura deprimió al Gran Arquitecto

que necesitó éxtasis para volver en sí

Los acantilados ya no se diferenciaban de la ventisca

la tierra

en esos días de carreras de caballos desenfrenados

jódanse, cabrones!

quería ser gas.

Notes on “Camp”

200px Johnnie Walker.logoEscribe Susan Sontag

46. The Dandy was overbred. His posture was disdain, or else ennui. He sought rare sensations, undefilded by mass appreciation. […] He was dedicated to “good taste.”

The connoisseour of Camp has found more ingenious pleasures. Not in Latin poetry and rare wines and velvet jackets, but in the coarsest, commonest pleasures, in the arts of the masses. […] Camp transcends the nausea of the replica…

48. The old-style dandy hated vulgarity. Ne new-style dandy, the lover of Camp, appreciates vulgarity. Where the dandy would be continually offended or bored, the connoisseur of Camp is continually amused, delighted. The dandy held a perfumed handkerchief to his nostrils and was liable to swoon; the connoisseur of Camp sniffs the the stink and prides himself on his strong nerves.

“Adelaida recupera su peluche”: Una novela en cantos de Bruno Soreno (Cap. V)

violadaLa noche

Hay que admitir que la noche en estas latitudes torrenciales es una cosa fenomenal. El fenómeno, sin embargo, no es una cosa oculta debajo de la piel de la noche, allí en la trastienda oscura y polvorienta de esta ciudad dentada, sino que, por el contrario, el fenómeno es un exceso de realidad inaudita que te abofetea en la cara y que, si no te cuidas el trasero, te da chino. La noche está llena de hideputas, Adelaida. Tu mamá te lo decía todo el tiempo, como una letanía, como las letanías que cantaron los presentes en los novenarios de los que tú estuviste ausente luego de que mataste a tu madre de un ataque al corazón por ponerte aquella minifalda (al menos eso es lo que dice Adelaida). La noche es los hideputas. Una puta. La noche se parece mucho a tu animal, Adelaida. La noche se enmascara. Every night is Halloween. Eso es lo que digo yo. Esta ciudad, si no te cuidas, te roba hasta los clavos de la cruz. Esta noche, Adelaida, es capaz hasta de robarte el nombre.

Camina rápido coño, que me estoy helando, le dice Adelaida a Adelaida. Vas por la acera, tac-tac-tac tus tacones altos, y la acera, la lluvia, la noche, la calle, la ciudad toda te muestra un rostro de amenaza. Te están chillando los oídos y las rodillas te tiemblan como un tembleque. Tiritas. ¿Pero es que tú no ves que acaban de intentar violarme?, reclamas llorosa, temblante como un tembleque. Adelaida: déjate de bobadas, pendeja, que bien merecido que te lo tienes por puta, count your blessings, coño, al menos estás en una pieza y no descuartizada en cantos dentro de una bolsa de basura. Suele pasarle a menudo a las putas como tú, ¿sabes? Sólo tienes que abrir las páginas de El Vocero para que salgan los cantos de mujeres chorreándose desde las fotos blanco y negro y embarrándote de rojo la cara y los pechitos paraditos debajo de la blusa hecha añicos. Considérate dichosa, chica. Una luz al final del túnel: un letrero FARMACIA NOCTURNA parpadea al frente no como un tembleque sino como el titilar de una estrella redentora. La zona práctica de tu animal toma el comando. Cuatrocientos metros adelante, te dice, no más. Llamada telefónica: Lucy, venme a buscar, te lo ruego, me ha pasado algo terrible. Nota mental: luego, si acaso, otra llamada, esta vez a la policía por aquello de, pro forma, para que total no hagan nada. La policía suele ser otra de las caras de la noche. Es uno de los antifaces de la ciudad. Eso es lo que digo yo, y esto sí que tú lo sabes. Pero bueno.

Mayra Montero en la portada del NYT Sunday Book Review y Vargas Llosa dando más pelas

cover450La Montero con sus sones de almendras y sus hipopótamos y sus mafiosos cubanos matándose entre ellos para conquistar a la más bella, la que exhibe su ojo divino sobre la pirámide del reverso de los billetes verdes, llega a la portada del The New York Times Sunday Book Review. Celebremos!

Vargas Llosa propone en un ensayo cortante como navaja que las dos izquierdas latinoamericanas de las que se viene hablando hace ya un tiempo son la carnívora y la vegetariana. Decida usted su bando y su presa después de leerlo.

San Valentín: Cuestión cuestionamiento

Valentine  s 2006  by black cat013Me doy cuenta de que llega el día de San Valentín porque el conflicto comienza en el momento en que le prometo a otro hombre -que no es mi marido- que voy a salir con él ese día.

Todo el peso de la mierda del discurso del amor me apestó el cuerpo y el espíritu, me desestabilizó el temperamento y me hizo rabiar hasta el delirio.

¿Cómo es posible que exista un día obligatorio para demostrarle el amor a las personas que más amo? ¿Cómo es posible eso?
mcc