La artista transexual Lorna Vando presenta “Straight Up & Dirty” en Medusa The Club

estrella homosexual 1De la Redacción de Estruendomudo

Lorna Vando, escultural estrella transexual de la noche tropical, jurisdicción boricua, presenta todos los jueves su espectáculo para ellas “Straight Up & Dirty” en la nueva discoteca Medusa The Club.

Pedro Caraballo, relacionista de la empresa, informó vía comunicado de prensa que Lorna lleva tiempo preparando una rutina de comedia alrededor del tema de “los hombres y las miles de situaciones que ellos causan”.

“¿Por qué el hombre como tema principal?” A ver: “Las chicas no quieren vivir sin ellos, tampoco vivir con ellos. Si los dejamos al mando, se acaban entre ellos… al final, ¿qué nos queda? Pues reírnos de ellos”, comentó Lorna Vando.

Overseas Press Club otorga beca Joel Magruder para producir el libro ‘Dragas: Performeros de género en Puerto Rico’ a Manuel Clavell Y David Villafañe

Del periódico Primera Hora

PRIMERA HORA cosechó nuevos galardones este fin de semana durante la 37ma. Gala Anual del Overseas Press Club (OPC), que premió la excelencia periodística.

El equipo periodístico de reporteros, fotógrafos y editores de PRIMERA HORA fue galardonado con un reconocimiento especial por su compromiso inquebrantable en la cobertura de las acciones del FBI el 10 de febrero pasado.

Asimismo, Andre Kang cargó con el premio Fotografía de acción o noticia del momento por la foto titulada “La cara del abuso”, que ilustró nuestras páginas al día siguiente de los citados acontecimientos.

Por su parte, Juan Luis Martínez se llevó el premio de Fotografía deportiva con su imagen titulada “El cabezazo de Cheo Cruz”.

Mientras que Noel Algarín se alzó con el premio Rafael Pont Flores a la excelencia deportiva por su columna titulada “Ventana de papel”.

Nuestros compañeros Manuel Clavell Carrasquillo y David Villafañe fueron reconocidos con la Beca Joel F. Magruder para el desarrollo profesional (que no se otorga desde el año 2000) gracias a una serie investigativa sobre el mundo de los transexuales en Puerto Rico.

Manuel Clavell ganó, además, el premio de Internet, por un artículo de su blog.

Estruendomudo mejor medio de prensa en Internet según el Overseas Press Club de Puerto Rico

El carácter fundamentalmente tautológico del espectáculo se deriva del simple hecho de que sus medios son a la vez sus fines. Es el sol que no se pone nunca sobre el imperio de la pasividad moderna. Recubre toda la superficie del mundo y se baña indefinidamente en su propia gloria. -Guy Debord.

En la foto, “Placebo”,

que es pero no maldito propósito de enmienda de la Redacción, por arriesgar la parte libre de la libertad de expresar toda la rabia del estatus quo, reflejar el show must go on and so forth: periodismo opinionado, el rollo de papel se eliminó y llegó el rollo luminoso de este tipo de pantalla cibernética -como sufren las harpías-, que es pura luz artificial en un mundo de tinieblas: a callar, a callar, que cruza el Papa la avenida y los pajaritos cantan, a comportarse y más respeto, que ‘soy tu madre’. sentados, ustedes, derechos, sin mirarles a los demás las partes, dejad de enfrentar a los traidores como si el teclado fuese vengador o pato justiciero. en Puerto Rico, que es lo mismo que en la isla de la fantasía -y todos sus laberintos- para que uno goce mientras lo atrapan, se deja uno atrapar y sabe que se pierde.

¡purificación!, ¡purificación!, ¡purificación! ¡silencio, silencio! mi hija ha muerto virgen, ha muerto. Estruendomudo es coronado como el mejor medio de prensa de la isla por el establishment -quedamos todas muy agradecidas aquí por el nombramiento-, pero no hay por qué desesperar. people: ellos, the who?, -todos estamos en la nave de los locos, la eterna confusión medievo-posmoderna entre los poderes y las resistencias- ellos lo saben. nadie queda sorprendido: ¿quién es el que otorga el mandato y quién el mandatario? ¿qué cambia una vez develado ese supuesto misterio si aquí todo se ha expuesto y con máscara ridícula el yo vacío ha quedado medio lleno y hasta develado, pintorreteado?

lo he dicho desde el principio y lo repito con los laureles puestos en la frente -tan Victoria de Samotracia ahora, la estatuilla y la taca dorada en la mano: “Estruendomudo es la casa de nadie; un rayo de tinta de embuste perdido en el espacio”. A lo mejor es un buen comienzo, decíamos ayer, a lo mejor es un buen…
-m.c.c.

Etica y responsabilidad en una red llena de extraños

Por Manuel Clavell Carrasquillo
Redacción de Estruendomudo

Existe una asociación de chotas organizados a nivel internacional, pero sobre todo en la jurisdicción de España y Andorra, que se encarga de vigilar los contenidos de las páginas de Internet dentro de parámetros de autorregulación.

Autorregulación quiere decir, explícitamente, que los miembros asociados se comprometen a cumplir con un código de conducta que "se refiere a los principios generales de legalidad, honradez, responsabilidad, confidencialidad, protección de la dignidad humana, de los menores, del orden público, de la vida privada, de los consumidores y del derecho de propiedad intelectual e industrial".

Lo que se pretende es que uno se una a la iniciativa colocando un sellito con el logo de la organización que anuncie a los cuatro vientos que en la página propia uno se expresa como un ser humano "normal". Entre los que se han unido a esta campaña de limpieza de la "basura" que se acumula en la red también se cuentan proveedores del servicio y hasta parlamentos regionales como el de Cataluña.

Entonces la labor que realizan los miembros es de escrutinio de contenidos "objetables" como la apología de la anorexia y la bulimia, el sexo que involucra a los menosres y otras manifestaciones de "crueldad", como la xenofobia, el fascismo y la homofobia. La experiencia que consigna la asociación en su página es que los proveedores comprometidos generalmente retiran inmediatamente las páginas con contenido "objetable" de la red.

No cuestiono el derecho que tiene una asociación privada y los negocios que a ella se afilien de controlar qué materiales se "suben" o no a las páginas o los servidores de sus dominios. Es decir, no estoy en contra de la autorregulación. Sin embargo, entiendo que la autorregulación abre también el debate de la burla o la circunvalación de la regulación. Si autorregulas brega con el fracaso de la autorregulación.

Si se logra que a través de la autorregulación ciertas paginillas que promueven la apología de la anorexia, la bulimia, el bestialismo, la pedofilia, la homofobia, la xenofobia o el fascismo, ¿qué haría la asociación ante una plataforma empresarial dedicada al "hosting" dispuesta a albergar páginas con este contenido "objetable"? ¿Con los hackers?

Este tipo de proyecto de autorregulación basado en la censura previa o post, y no en el debate cultural abierto y sostenido, no puede eliminar la apología de los contenidos objetables. Todo lo contrario, se ha demostrado que "nosostros los victorianos" gozamos más cada vez que nos censuran, así que tendemos a reproducir las actividades reprimidas a la enésima potencia en condiciones como éstas.

En un mundo de extraños, como plantea Anthony Appiah, proliferan los fundamentalismos y este ejemplo de autorregulación es uno de ellos. El proyecto de los chotas, sin dudas, es universalista y racionalista en el sentido de que pretende "mejorar" la calidad de todos los contenidos "objetables" de acuerdo con los valores "ilustrados" supuestamente aceptados por todos los humanos. Sin embargo, no hay duda de que se trata de un universalismo intolerante.

Pero, inclusive la perspectiva de un cosmopolita tolerante más chic tiene sus límites y llega a ser intolerante: Appiah ofrece el ejemplo del genocidio como límite de la tolerancia de un cosmopolita que se respete a sí mismo. Ante el genocidio, parafraseo al filósofo, el cosmopolita no puede tolerar la no intervención para erradicar este "contenido objetable" que pretende eliminar una raza de la terrera faz. Para enfrentar estos retos, Appiah ofrece dos remedios provisionales: el reconocimiento pleno del pluralismo y la falibilidad. Hay que aceptar la pluralidad de puntos de vista y la falidad de dichos puntos.

Entonces, ¿cómo descartar la intolerancia a la intolerancia, que es lo que propone esta asociación?

Hay una invitación a asumir que la cultura es contaminación y que de esa contaminación nos alimentamos. Los llamados urgentes a "purificar" los contenidos culturales "objetables" e impuros hay que asumirlos con sospecha.

Con sospecha, entonces, asumo la censura a la apología del mal y la crueldad tomando para mí con esa declaración todas las consecuencias del contagio terrible que supone leer (consumir) y criticar (reproducir) esa substancia controlada.

Será.

Las mejores crónicas urbanas de República Dominicana en ‘Blogworkorange’

Escribe desde la hermana república el gran Dino Bonao:

Cabarete, según el vegetariano, es la nueva Sosúa. La cultura del reggaetón, aderezada con música electrónica, se ha adueñado de sus aceras; los cocoteros producen fundas de basura en lugar de cocos; la playa siempre está sucia; un casino monstruoso, administrado por un gallo jubilado, sabio y tuerto, consejero del Sr. Edmón Elías, adorna de neón morado la periferia. En los bares el letrero de "All Animals Allowed" advierte sobre la convivencia entre diferentes criaturas. En una mesa una cotorra periquera discute sobre serotonina con un yuppie; debajo de una luz roja un camaleón con dreads enseña a bailar bachata a una profesora de mediana edad y peso completo de Ottawa; sentado en un taburete, cantando "I’m too sexy for your party, too sexy for your party, no way I’m disco dancing", un ornitorrinco travesti se pone una peluca blanca; y en el baño de damas, acostada en la puerta, una cobra borracha no deja pasar a nadie.

 

Libertad, igualdad y fraternidad en el caso Materazzi versus Zidane

Por Manuel Clavell Carrasquillo
Redacción de Estruendomudo

El enfrentamiento entre Zinédine Zidane y Marco Materazzi en pleno césped futbolero mundialista sirve para preguntarse sobre el rol social del juego y la ética a la que invita a los espectadores dicho relajamiento de lo "normal".

¿Qué otra cosa es el juego sino el intento -siempre fallido- de la suspensión del salvajismo en aras de una guerra simbólica entre seres desiguales que deben respetar (so pena de castigo) ciertas reglas prestablecidas para que sólo pueda vencer "el mejor".

Primero, se falsea la libertad de los seres humanos que intervienen en el juego (nada los obliga a participar, no hay servicio militar obligatorio, etc.).

Luego, se construye un reglamento que provee para la nivelación artificial de las condiciones de la competencia (mismo número de jugadores, nadie puede jugar drogado, ect.).

Finalmente, la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), junto a los publicistas de las compañías auspiciadoras del evento, incluyendo a las escudras nacionales, han inventado el tercer valor reverenciado: el fútbol mundialista es la epítome de la fraternidad.

Es posible concluir, con Coca-Cola en mano y zapatillas Nike, que cualquier niño de favela, caserío o shanttytown puede convertirse en campeón mundial en un torneo en el que todos somos supuestamente libres, iguales y fraternos (Zidane es el mejor ejemplo de esto, un pobre diablillo marcado por su herencia argelina y su paupérrimo pasado marsellés). ¿Eso significa necesariamente que hay que fraternizar con los demás para llegar a ser el campeón?

Aparentemente no. Hoy tenemos dos campeones mundiales que dan fe de ello: Materazzi es un racista analfabeto (lo ha dicho él mismo en su última declaración) y Zidane es un vulgar agresor (el famoso cabezazo irracional habla por él).

La transmisión en vivo de los insultos y luego el cabezazo en todas partes del globo es la grieta por la que se cuela la molestia. Los jugadores no pudieron sostener la ilusión de la fraternidad y por ella cayeron también las ilusiones de racionalidad, orden y paz mundial.

Habría que preguntarse si en efecto el deporte sana, salva y hermana. Sabemos que no, que sólo remedia y que el remedio dura 90 minutos más dos tiempos extras y un tercer tiempo para resolver las diferencias más abismales a fuerza de un penal.

Habría que preguntarse si el deporte promueve los valores occidentales más preciados. Sabemos que no, que sólo nos presenta en directo y a todo color su terrible fragilidad.

Independientemente de quién empezó la pelea, se produjo la sanción, el castigo, la tarjeta roja y la expulsión pero también -independientemente de las culpas de parte y parte- se han producido multitudinarios perdones, ay benditos y homenajes en los campos Elíseos y en la fontana di Trevi.

Ante tanta confusión -habría que seguir la pista de la escritura de Emmanuel Levinas y co.-, ¿qué posición adoptar?

¿Society must be defended?
¿What about games?

Martí y la Era Espacial

Escrito por Pepe Liboy o José Liboy Erba

No es lo mismo ir a la guerra de cualquier forma, que vestirse de una manera especial para ir a pelear y hasta hablar con un tono particular. Es curioso que la discusión de Tom Wolfe sobre el programa espacial norteamericano, que empezó como un intento de la Fuerza Aérea de traspasar la atmósfera con aviones, se hablara mucho de las vidas domésticas de los pilotos. El problema del programa era en cuánta medida las nuevas condiciones de vuelo podían permitir la participación de la voluntad del piloto. El programa espacial en sí elimina el elemento volitivo. Es como si en el heroismo de Martí, nos viéramos obligados a restar el elemento ético.

La descripción que Martí hace del poema, esa vestidura épica del poema cotidiano, y sobre todo, del problema del poeta profesional, convierte el ejercicio de la forma en una discusión de los elementos no volitivos de la vida moderna. Me parece que la elección de una forma heroica, para la descripción de los problemas veniales de la literatura, lo que señala es ese pensamiento de lo moderno como lo incondicionado, lo moderno como lo libre sin discusión, si el ambiente que se describe es venial o doméstico.

Ahora, podemos ver lo post-moderno como lo condicionado, es ya la experiencia de una vida sin voluntad en el espacio. Ese espacio lo identifica el poeta con el espacio de la ciudad. La ciudad es la vida condicionada. Martí llama a esa vida la vida sin sentido. Para él, todo lo pleno perece en la urbe, pierde significado, y la experiencia del poeta es la experiencia de la muerte.

Yo propongo el poema martiano como un barrunto, para usar las palabras de un poeta de los noventa, González. Lo que tiene el poema libre de apasionante es el hecho de que la palabra poética no esté preparada para una experiencia de lo condicionado. Como se nos ha enseñado que la poesía es libertad, no podemos expresar la experiencia post-moderna con las palabras de la libertad. Pero me parece que Martí lo advierte. Ya en su poesía las palabras de la libertad, las palabras éticas, están desnaturalizadas por la experiencia de una forma poética. Es como si nuestras expresiones cotidianas, en el acto de la escritura, entraran en contacto con ese espacio exterior que doblega nuestra capacidad de tomar decisiones. La gran pasión del poema martiano es la expresión de la libertad en ese ambiente condicionado de la ciudad, y lo interesante del resultado. Por ejemplo, está ese poema del padre suizo que hunde a sus hijos en un pozo, y luego se quita la vida, a quien Martí relaciona precísamente con las estrellas. Veamos el verso:

Ve!- que las seis estrellas luminosas
Te seguirán, y te guiarán, y ayuda
a tus hombros darán cuántos hubieran
Bebido el vino amargo de la vida!

No es la única referencia de Martí al espacio exterior, pues de hecho hay un poema, Astro puro, que reitera el tema de la voluntad en relación al cielo, y es una relación del espacio con la muerte. Pero lo que a mí me interesa señalar es el problema de la voluntad frente a la experiencia de lo condicionado. Es la llave al Martí post-moderno.

Hay estudios de astrología que son barruntos del determinismo biológico. Se puede tomar a este poeta desde esos estudios, leer el poema desde la astrología judiciaria, o ver el espacio y los astros como límite o condición. La cuestión es que ya el tema está presente en esta poesía. Y me parece que la elección del verso heroico lo que hace es intensificar ese drama de la pobreza de nuestros recursos intelectuales, frente a las leyes que condicionan la existencia.

En Martí hay esa perpetua oscilación, esa paradoja extraordinaria, espacial, que por un lado afirma la libertad frente a lo inmediato cotidiano, como si ser libre no pudiera implicar lo venial, lo inmediatamente comunicable, y por otro lado, la pobreza de recursos de esa misma libertad en el gran espacio de la ciudad. Sujeto sin interior, pues su libertad se afirma contra lo venial, doméstico, pero al que tampoco una exterioridad conviene, que se deshace en la ciudad y en el espacio.

“Señor Sol” o cómo animar a un francesito para que meta goles ganadores en el mundial

Por: Juan Gabriel

Todas las mañanas que entra por mi ventana el señor sol
Doy gracias a dios por otro dia mas
Hoy como otros dias yo seguire tratando ser mejor
Y sonriendo hare las cosas con amor

Buenos dias alegria ! (buenos dias señor sol)
Buenos dias al amor ! (buenos dias)
Buenos dias a la vida ! (buenos dias señor sol)
Buenos dias Señor Sol ! (buenos dias)

Yo seguire tratando ser mejor
Yo seguire tratando ser mejor
Buenos dias!

Todas las mañanas que entra por mi ventana el señor sol
Doy gracias a dios por otro dia mas
Hoy como otros dias yo seguire tratando ser mejor
Y sonriendo hare las cosas con amor

Buenos dias alegria ! (buenos dias señor sol)
Buenos dias al amor ! (buenos dias)
Buenos dias a la vida ! (buenos dias señor sol)
Buenos dias Señor Sol ! (buenos dias)

Yo seguire tratando ser mejor
Yo seguire tratando ser mejor
Buenos dias!

Yo seguire tratando ser mejor
Yo seguire tratando ser mejor
Buenos dias!

El sentido del oído que se le ha atrofiado a este ‘Cocker Spaniel’

Hoy se cumple una semana del comienzo de la tortura. Alguien me ha echado un fufú para que me duela el oído derecho. Hasta hoy he soportado -creo que con paciencia- todas las malas vibras que me han lanzado directamente hacia ese tímpano. El médico me dice que el tímpano es vertical y que la infección me lo ha horizontalizado (reinterpreto jerga médica). Me recomienda compresas calientes, que debo aplicar cada cierto tiempo, porque la membrana descompuesta se endereza momentáneamente cuando siente los calores. Compruebo que el médico es el médico y que tiene toda la razón, no vale la pena dudarlo.

Hoy el dolor se siente específicamente insoportable. Tengo el oído tapado. Siento como el enemigo penetra en mí y en mis proyectos con un taladro electromecánico de cinco velocidades. Ya no soporto la televisión, encendida durante las 24 horas de mi insomnio. Creo que el efecto secundario más cruel de este trabajo maligno es que la presión se recrudece todos los días a eso de las seis de la tarde y no cesa de joder hasta las seis de la mañana. Por eso hace una semana que no duermo nada o casi nada. Estoy exiliado en el sofá de la sala porque mi cabeza tiene que descansar sobre sus brazos, no puede estar absolutamente reclinada.

He tratado de disimular la molestia, inclusive, he asistido con puntualidad al trabajo. Los humanos me hablan pero los escucho lejos, bastante alejados de este dolor producto de un maltrato sicológico que pretende minar mis reservas de energía positiva. Me pongo de mal humor al notar esa distancia. Les grito. Hasta les he ladrado. Tanta es la sensación de extrañeza que comienzo a fijarme en la avenida que me lleva desde el trabajo hasta la oficina del médico. Noto la desproporción del área residencial caótica en la que vivo y esta parte de la ciudad que parece una maqueta perfecta de una urbanización norteamericana en los años cincuenta. Toco bocina para interrumpir a la señora en shorts que pasea su perro cocker spaniel por la acera. Noto que la señora, definitivamente, está en contra de la independencia de Puerto Rico. Observo cómo el bocinazo la desconcierta y la lleva a reafirmar para sus adentros que ya es hora de que este país se convierta en un estado de los 50 que están unidos en el norte.

Me pregunto por qué las cosas tienen que ser así de obvias, mientras cada vez me siento más ajeno atravesando la avenida Ramírez de Arellano y encontrándome un pedazo de ciudad en donde hay casas con sus porches elegantes y sus céspedes perfectamente recortados. Vuelvo a concentrarme en lo que dice sobre estos encuentros cercanos del segundo tipo el telediario español y lo comparo con lo que me dice Fox y CNN. Repaso el telediario inglés, el dominicano, el mexicano. Consulto hasta el argentino. Veo las diferencias de lo que cada emisora proyecta sobre Palestina y la cacería del soldado israelí secuestrado. Vuelvo a preguntarme por qué las cosas tienen que ser así, ocurrir tan lejos en lo que cambio los canales, y decido que mañana -por el dolor- no podré asistir al trabajo.

Más tarde, escucho los tiros y la voz de la secretaria del médico que me llama a la estación de las enfermeras, que es el espacio para hacer las pruebas preliminares. Me miden, me pesan. Escucho los telediarios que vuelven al recuerdo y a un amigo mexicano que me dice: “Está bien, está bien, negro, tienes razón, el Distrito Federal es de la izquierda (López Obrador); pero lo que tú no sabes es que el resto del país es de la derecha (Calderón) y ustedes siguen teniendo fe en el cambio socialista”.

Me tengo que colocar los teléfonos en la oreja izquierda, por la derecha no oigo por culpa de la maldición que han jurado defender hasta que me destruyan. Un compañero me reclama que soy narcisista -tomo medicamentos mientras escucho un análisis sobre el “impuesto revolucionario que cobra la ETA a los empresarios vascos” y que me creo que el mundo gira a mi alrededor. Muchos otros colegas me han dicho que no me reconocen como uno de sus pares. Creo que esta enfermedad que me ha trastocado el sentido del oído me llega en desbalance por esa misma vaina, para hacerme reflexionar sobre lo que escucho y luego escribo porque eso es lo que hago todo el día: escucho, escribo y cobro. Algo me dice que la vida de un escritor es más complicada que eso, pero no importa, queda perfecta esa descripción sobre el papel y además es rápidamente blogueable.

Vinculo una riqueza material con lo más bajo de lo bajo que tiene que ver con las manos sucias y la mala leche de mis compatriotas y la vida en clubes sociales que limpian las manchas con símbolos ceremoniales, cintas y estampitas de santos. Pero hay otra riqueza que no me llega a molestar. También está llena de canchas de tenis y de señoritas en shorts tomando sorbets pero incluye decencia en los criterios, las acciones y proyectos de reconciliación con la creatividad para alzarse diferentes de las imposiciones.

La enfermera me dice -y yo la escucho con suma dificultad y mucha distancia- que son las mujeres las que se meten hebillas en las orejas para tratar de despejarlas de alguna obstrucción. Pienso de nuevo en todo lo que tengo que hacer cuando salga de la clínica, en el desastre de una reforma contribiutiva nacional que me hará pagar una cantidad que no puedo calcular a ojo ni con instrumentos de inteligencia artifical pero que sé y he confirmado que multiplicará los mendigos que se paran frente a las farmacias Wallgreens. Supe también que se están reorganizando ciertas tribus urbanas cerca del nuevo Coliseo de Puerto Rico. Antes se reunían para beber en los lupanares que le dan la vuelta a la Milla de Oro pero ahora se han mudado para el parking de ese centro de entretenimiento.

No escucho los bellos poemas que canta la diosa, leo el nuevo tomo de la autobiografía de Wole Soyinka, me edentro en las intrigas políticas de la Nigeria de los años 60 y trato de reprimir las manifestaciones de sexualidad porque entonces sí que dejo de escuchar por completo y sólo converso con vergas erectas. El problema es que no sé si se ha utilizado lo Yoruba en contra mía por un ajuste de cuentas del pasado remoto o del más reciente. Pienso que tiene que ver con el control remoto, he soñado con un ex-novio pendenciero que nunca me escuchaba, sólo quería metérmelo cuando a él le saliera del forro sin mediar romanticismo ni palabra. Ahora comprendo las virtudes lubricantes del galanteo.

Me siento compelido a escribir algo que valga la pena, algo que quite este dolor y adopto la forma íntima más despreciable que es la falsa exposición que provee el soporte del diario. ¿Por qué escribe usted, don Flebio? “Pues para que se me quiten las dolamas, negro”. Hoy leí que el presidente de la Wikipedia, quiero decir el que se inventó la idea, no es que esté en contra de la academia y los gremios sino que está harto de presentar credenciales. Entonces ideó una enciclopedia que se va renovando en la cultura free y en la que los que escribimos somos todos los que queramos. Esto lo ha hecho merecedor de un galardón auspiciado por las rémoras anarquistas de los Estados Unidos de América porque el promueve el libre acceso. Mis oídos no se han enterado.

“In the United States we don’t have a c riminal class except for Congress”, dijo Mark Twain el de Tom Sawyer.

El argumento de las primeras 50 páginas de la autobiografía de Soyinka, -se las recomiendo- es que fueron los nacionalistas independentistas y no los colonizadores ingleses los que más daño le hicieron a Nigeria. Si el imperio era terrible y sanguinario, qué lástima que los patriotas fueran más malos y que no acepten la culpa sólo los días festivos dedicados a los mártires. Entre los patriotas y Soyinka, estoy con Soyinka: su Premio Nobel como primer escritor africano y sus obras de teatro.

¿Cuáles son las consecuencias de presentarles a los demás resúmenes de las lecturas que uno hace? ¿De lo que uno escucha y hace?

La enfermedad me ha puesto frágil y quiero tocar la piel de alguien también frágil, no en el sentido erótico-pornográfico de la fragilidad que uno deshace cuando ha cogido duro -sin importar los nombres ni las moralizaciones sobre los orificios por los que se coge. Morder pliegos de carne bella suavemente. Debo aprovechar ahora, que no oigo.

Exhuman el blog de Justo Serna, enjundioso historiador español

Justo Serna es uno de los blogueros españoles más enjundiosos y constantes, pero hace unos meses desisitió de la idea de seguir posteando controversias. Las autoridades funerarias han exhumado su blog -a su edad y bloguenado, qué barbaridad, de seguro opinan en Borinquen, isla de los reparos- así que tenemos de vuelta nada menos que a otro señor resucitado. Enhorabuena, amén.