Escribe desde la hermana república el gran Dino Bonao:
Cabarete, según el vegetariano, es la nueva Sosúa. La cultura del reggaetón, aderezada con música electrónica, se ha adueñado de sus aceras; los cocoteros producen fundas de basura en lugar de cocos; la playa siempre está sucia; un casino monstruoso, administrado por un gallo jubilado, sabio y tuerto, consejero del Sr. Edmón Elías, adorna de neón morado la periferia. En los bares el letrero de "All Animals Allowed" advierte sobre la convivencia entre diferentes criaturas. En una mesa una cotorra periquera discute sobre serotonina con un yuppie; debajo de una luz roja un camaleón con dreads enseña a bailar bachata a una profesora de mediana edad y peso completo de Ottawa; sentado en un taburete, cantando "I’m too sexy for your party, too sexy for your party, no way I’m disco dancing", un ornitorrinco travesti se pone una peluca blanca; y en el baño de damas, acostada en la puerta, una cobra borracha no deja pasar a nadie.