Expertise: 22ndo Microrrelato Psicotrópico Allen Ginsberg-Churumba Cordero

Por Isabel Batteria

 

-No babees la colilla, que yo no he fumado.

-¿Y qué quieres? Entérate, en la boca hay saliva. ¿Cómo no lo voy a babear?

-Cubre tus dientes con los labios.

-No puedo. Toma.

-Coño, fo, esto está asqueroso.

-Deja de humillarme. Ni que tú supieras tanto.

-Pero sé más que tú.

-Si te da asco, devuélveme toda mi saliva.

21er Microrrelato Psicotrópico Allen Ginsberg-Churumba Cordero

Aravind Enrique Adyanthaya [9 de noviembre, 2005 @10:37 A.M.]
Por Aravind Enrique Adyanthaya

 

ash irnwen weifnjdjf jdbf idjf kjf difjj kjdsf ksdj o H eewi Ondiw oajjHbdiw iw4iwe ajs HJiaejnghkskjficusud oifd ifidf soi qwwr dis dgbbiofjodgf js gijrg cdjgie roef ksdjg woeirnalsjr 34j dkfjjsbg sldjg sdiwieurunslsldfbbie erirb eigBifb Ibi34ibfd dfg drgn eowkg rog wog rg ekrjg rjjw ertoerit ow tie g939846 3948 39486 3946 kjrg dgj rg iejrg ksjfg isyio yo of leo sld fhe eo pr djfobao fdj g dg sg kj 2 ivenoces v jg dsy gog y gkjsd gno sd gfkhe k sen tpu t[ia sen t[‘i{‘io ío [io[o{io ío ó nádjfn foe gosn ronr k a su e pa su asu a aasi e k sj ek se s wowwe oqye p que als fjg kj e h sdk

Diez diminutas del delirio: 11mo al 20mo Microrrelatos Psicotrópicos Allen Ginsberg-Churumba Cordero


Por Juan Carlos Quiñones

1. modo confuso del asesinato, hangover, y el terror letal del borracinta

Yo no sé bien qué es, vos dirás, son intuiciones, verdaderas alertas.

Charly García/Influencia

Cuando despertó, el cadáver ya no estaba allí. La sangre en toda la ropa: sí. La leve mancha de rubor en el suelo: sí. El cuarto devastado, signos de lucha, de violencia letal: sí. Peste a pólvora: sí. La memoria trunca del asesinato perpetrado: sí. Propósito no muy claro como el rubor en el piso, baby: sí. Se rascó la cabeza. Sacudió la cabeza. Buscó el revólver. “Maldito janover, carajo”. De sus labios salieron, como gusanitos, otras palabras diferentes. Slurring. Cabeza gigante, hipertrófica, lo suficientemente grande como para poder acumular todo el dolor del mundo. Pulsa, pulsa, pulsa la cabeza animal furioso atrapado adentro al cien, entre sien y sien. Café vasodilatante. Aspirinas analgésicas. Jugo de china electrolítico. Una cerveza fría bajón de alcohol. Una batida de papaya pa’l hígado insultado. Hielo en la cabeza baja el calentón. Un polvo apabullante todolocura. Blanco snif snif, línea en el espejo, la cotorra que nace. Chirp chirp. Alegría alegría alegría, jajijijí, perico chipy chipy qué rico. Búsqueda del alivio. Release de la memoria, sí sí. Pulsa pulsa, bomba, bombea, el dolor a cien en la sien. Corazón cero. Una masturbación catastrófica y un terror carajo, el cadáver ya no estaba allí. ¿Ubi est? Olor a hiel y a muerte reciente, mierda, pero pellejo, carne, despojo humano, cuerpo inerte, por ningún lado. Recuerdo turbio, forcejeo, ubi ubi ubi est, dónde carajo, dice. Hielo en la cabeza. Más de mil doscientas treinta y tres vitaminas, grandes, líquidas por dentro, duras por dentro, gelcaps, granulosas por dentro, de colores, ovaladas redondas cuadradas triangulares con polvos lunares por dentro, etc. Coctel curativo. Cerrar los ojos. Sacar el revólver (¡ese cabrón sí que está más presente que el carajo, carajo!). En la sien, para ir al cien. ¡Pam! Un espejo que no se rompe, carajo. La sien sí que se hace cantos, carajo. Un tiro a lo rajatabla. A bocajarro. ¿Carajo?

Cuando se murió de ¡pam!: sangre y seso y splatter, y ahora sí que el cadáver se encontraba allí.

2. problemas técnicos

Yo no voy a correr ni a escapar de mi destino. Yo no pienso en peligro.

Charly García/Influencia

Convencido de que el pasto no hace un carajo. Ya yo no entiendo nada. Se me truncó la película. Se trancó la inteligencia. Se jodió la tostadora. Rompieron la radiola. Perdí la voz. Y el pelo. Y las uñas amarillas, ah. Cuando uno bebe tanto y tanto, la sed opaca todo intento de opacarla. No lo trates. Piénsalo dos veces no cometas el error. Saca la botella. Encuentra la botella. Compra la botella. Roba la botella. Bebe la botella. Haz el rito de la libación, ponte alegre, baila, chicha, fáltale el respeto a alguien, pelea, cáete de culo, ponte pato, etc. Etcétera. Yo me cago en la madre del que se inventó esa palabra invasiva e infinita. Insomnio etc. Picor en la piel, etc. Mearse encima, etc. Lengua pesa un quintal, etc. Soledad sin amortiguadores, etc. Shcock absorbers explotados, etc. Un miedo de siete pares, etc. Borradura de la cinta, etc. Peste a ron, etc. Vómito en el taxi, etc. El terror de los terrores, etc. La gloria, sí, etc. No te da gracia el chiste. No te da nota la nota de la hierba. Piensas en pasto, como algo que mastican las vacas, piensas en un club de rumiantes. jajijijí .Cuatro estómagos. ¿Tanto saco pa’ una sola boca? Te preguntas. Tú no eres un rumiante. Tú eres peor. Tú no alucinas. Tú lo ves todo clarito, como en las películas widescreen a tecnicolor. Tú eres un abrevante. Un consumidor asiduo de líquidos etílicos. Hermano bebe que la vida es breve. Bukowsky. Caballos ganadores. Caballos de histeria. Tú. ¿quién?

Rebobina.

3. influencia

Pero qué difícil es, si algo controla mi ser.

Charly García/Influencia

Bajo ella, me siento en el cielo. Literalmente. La luna, esa cosa que jala, gravitacional, se asienta asiento. Yo asiento. Sí sí, digo yo asintiendo. Bajo ti, estoy como loco, lunático de arriba, fuera del mundo, ya no parte de este mundo, volar, cuanto clisé se te ocurra brother. Bajo su cuerpo, aquel cabalgándome, me siento en el cielo. La luna me persigue, y no sólo de noche. Veo. Hay que quitarse. Amor. Su cuerpo a caballo sobre el mío, yo mismo cabayo de la histeria el desvarío, la influencia del delirio en la razón, otro clisé. Habría que llorar o salir a matar. Yo escojo la segunda. La primera ya me aburre, la tercera está excluida, soy un inútil barato pero esta pistola barata baratita, esta pistola. Esta jeringuilla. Este pito. Esta copa. Esta pistola. Esos colores inciertos. Ese olor a pacholí. Repugna. “Me das asco”- me dices. “Borrachón” – me increpas. ¡Pum! – te riposto. “Te pegaste, mi amor, en la lotto, por ser tecata del odio”, te digo.

Las drogas matan.

4. luces largas

Debo confiar en mí, lo tengo que saber.

Charly García/Influencia

Mira, yo a la verdad que no te entiendo. Te ilumino y te ilumino y tú que nada de nada, no haces ni jí, como un muerto o peor, porque los muertos se prestan a la memoria, juegan el juego del recuerdo, sirven como vehículos para las fantasías propias y las ajenas. Los muertos son vicios como cualquier otro. La ceguera de tanta luz te ha hecho una mierda, ha hecho de ti un fogonazo de polvo, un shot de cobardía, ¡Bang! un muñeco de trapo, un muñeco de ojos lánguidos, hiperdilatados, luces largas de un carro que está a punto de estrellarse. ¡Cuidado! Ahí estás tú, hecho ya todo un venado vendado, un animal paralizado en el medio de la carretera de noche, caught between the headlights, tus ojos dilatados esperando la penetración total de la luz. White light, white heat. Velvet Underground. Dame lumbre. Buen provecho. Me la cuentas luego. Yeah right.

Fiat Lux.

5. puerta trasera

Una parte de mí dice stop, fuiste muy lejos. No puedo contenerlo.

Charly García/Influencia

Coger por el culo es un vicio como cualquier otro. Mal orquestrado, es un vicio que mata como cualquier otro. ¿Por qué insistes en la muerte, chico? En el esfínter del ano se acumulan ocultos y sedientos mil doscientos treinta y tres nervios que son conductos directos no mediados al placer. Receptores del roce que causa el goce, y viceversa. Por eso es tan rico cagar. Rózalos y tú verás. Totalmente adictivo como el amor. Como cagar. No tengas miedo. Ten todo el miedo del mundo. Como quiera. La vida es una mierda y un bicho y una droga tan peligrosa como todas. Una jeringuilla por la que se cuela se inyecta el ser a la nada. Una pistola pum pam bang, don’t you fuck with me, you fuck, you wanna see the end? Una nota musical. Sopla la flauta. Besa la negra flor. Una flor amarilla. Dispara. Recibe el pingazo de metal. Como quiera.

La vida mata.

6. poppers

Si fue hecho para mí, lo tengo que saber.

Charly García/Influencia

El objetivo principal es dilatar el esfínter anal para facilitar la penetración. De modo que es una puerta para abrir una puerta para abrir el acceso al placer. Un umbral que traspasa un umbral. El efecto secundario, el by-product, el bono, el perk, el beneficio marginal si se quiere diríamos es la alucinación. ¿No es chichar en sí mismo un acto alucinatorio? Yo digo sí. Respira profundo. Cierra los ojos. Dime frivolidades. Mal usados son adictivos como el diablo. Bien usados son peor, pues son una puerta a sodoma. ¿Quieres visitar a sodoma?

Aspira.

7. poesía

Puedo ver y decir y sentir mi mente dormir bajo tu influencia.

Charly García/Influencia

Una droga como cualquier otra. Te la metes al cuerpo por los ojos, te trastorna la testa, te jode el cerebro, vez animales raros, te cagas encima, se te para el bicho, te mojas, te da calor, amas a los demás, odias a los demás, te compras más y más, te arruinas la vida espiritual, te da con repetirla y repetirla en voz alta o peor, acaso te da con escribirla. Te conviertes en usuario, y en pusher y en tecato y en patético y en mierda. Y ves la luz por primera vez. O ves un caballo. Modo de intake: separar los párpados.

Abre.

8. labor de luto

Puedo ver y sentir y decir mi vida dormirse bajo tu influencia.

Charly García/Influencia

Siempre que muere un tecato, se reunen en el funeral mil doscientos treinta y tres extecatos o tecatos en ciernes o en recuperación o rompiendo en frío o arrepentidos o en probatoria sin probar ni pizca, tos quitaos y se fuman todos todos los cigarrillos del mundo. Yo los he visto, en las funerarias, en los cementerios, bajándose en bonche de las guaguas de crea, fumándose los cigarrillos to the hilt, hasta el filtro, pisando las colillas contra el suelo del vestíbulo de la funeraria o sobre las lápidas del cementerio, enterrándolas en los tiestos de las plantas artificiales o las flores de plástico según sea funeraria o cementerio, según sea el caso esto quiere decir, víctimas indefensas de una lección ineludible: si no te quitas de verdad, el próximo vas a ser tú. Y nosotros fuma que fuma requetefuma frente a tu ataúd, frente a tu tumba, mamatranca. Lo que no sabe Chejuan: el ritual es de suicidio colectivo.

A fuego lento.

9. beso

Trato de resistir y al final no es un problema. Qué placer esta pena

Charly García/Influencia

Me han dicho que besar está prohibido. Lícito chichar, meterse hasta el dedo y el hierro de carne mismo mismamente, distintamente, meterse poppers, ver elefantes rosados, rascarse la cabeza, fumar de todo, inyectarse de todo hasta la vida, hasta la muerte si es preciso, ponerse en cuatro, separar la vulva con el pene, abrir la boca, decir frivolidades al oído, maltratar, usar un látigo, esposas, sadomasoco todo todo, excepto besar. A esa droga de besar yo le temo como a cosa del mal. Por ahí se ven los colores más alucinantes; por ahí se cuela el amor.

Esto es: la peor de todas todas requetetodas las drogas de esta película.

último: síndrome de retirada.

Puedo ver y decir y sentir algo ha cambiado. Para mí no es extraño.

Charly García/Influencia

Cuando despertó del trip, ya no estaba allí.

Sucesión de palpitaciones estimuladas por la crónica rosa dominical

Por Rosanna Ducal Maradiaga de Fonfrías (Manatí, 1960)

Especial para Estruendomudo

 

"Eso define al hiperrealismo: llamar las cosas por su nombre".
-Pedro Almodóvar.

Toda la vida me he reprochado como una estúpida que no me haya permitido más tiempo frente al mostrador de las revistas del corazón. Considero que le he dedicado muchísimo a la lectura de las mejores y peores crónicas rosa, pero eso no ha sido suficiente para desintoxicarme del complejo de lectora adscrita al High Fashion Book Club.

Cada día este repechar mío hacia los sótanos de la literatura pop me sorprende más. Por ejemplo, es momento de confesar que nada compensa más a un alma sedienta de historias cursis como la mía que una buena lectura de Vanidades u Hola en el baño de la casa de mi abuela en la campiña borincana o un buen robo de espacio en Borders para devorar aunque sea en la imaginación de otra experta en filantropía caribeña una historia de la Paris Match.

Son los espacios de la coqueta femenina, del vanity stuff tan necesarios a lo Bianca y lo Jazmín, esas novelitas pequeñas de papel barato que me devoro una tras otra haciendo las filas en los supermercados o en las farmacias de la comarca capitalina, ese escenario de encuentros y performance del pase usté, después de usté… el no hay por dónde.

Este domingo me sorprendió la nostalgia de haber abandonado por lecturas más hard core ese placer anal retentivo de llorar con ellas en silencio la partida de un amor, el robo despiadado del cuerpo del macho querido por parte de la amante lujuriosa, la puesta en montaje de un banquete fino, para conversar sobre matrimonios posibles y conspiraciones familiares por matizar.

Toda la vaina sentimental se me recrudeció gracias a un artículo de la Sra. Claudia Rivera, publicado en la revista Magacín, intitulado: "Cumpleaños medieval". Los invito a leerla y luego pasar por aquí para que le echen un ojo a mi final.

(3 minutos más tarde)

¿Notaron la precisión descriptiva de algunas oraciones del primer párrafo: "El Castillo Serrallés de Ponce se convirtió en el escenario perfecto para que el Dr. Carlos Díaz realizara su cumpleaños número 44 al estilo de la época del Rey Arturo. La entrada del castillo estaba vigilada por los guardias medievales, mientras que Arturo, hijo de Uther e Igraine -representados por el Dr. Lynn Ramírez y Maribel Ramírez-, se preparaba para sacar la espada de la piedra para coronarse rey."

¿No ha sido ésa, precisamente, la petición que les hemos hecho todas a la Virgen María y a nuestros padres… precisamente, que nos lleguemos a encontrar frente a frente con un hombre que pueda portar en su piel y vestidos de gala la imagen de un rey medieval?

A mí la literatura del corazón me ayuda a mantener esa fantasía muchísimo después de la aparición de la primera arruga y el primer bajón del flujo normal de menstruación. A mí la crónica rosa me gusta por su aproximación a un detalle aparentemente frívolo-social, porque deja marcada sobre un papel una falta mía que bombea deseo de ser tomada por un Arturo distante al físico y a la mentalidad de mi marido, con quien me acuesto religiosamente hace más de diez años. Hay una gran fuerza actractiva hacia el recreo en un espejo de palabras que brillan porque iluminan los lujos que nunca tendré, el tiempo suficiente para planificar un agasajo para mi esposo durante todo un año y el valor de escoger los atuendos que se merecen mis amistades, que por supuesto nada tienen de medieval, excepto el alma noble de aquellas princesas Ginebras, los príncipes Lancelots y el look de adúlteros enamorados hasta el fin de los tiempos en potencial.

Si muchas tuviésemos el valor de encarar nuestras frustraciones sexuales de la forma y manera en que las heroínas de este tipo de literatura nos revuelcan los cargos de consciencia, otra historia se contaría y otras posibilidades de convivencia podrían surgir. Las feministas del primer estadio de la lucha reniegan de estos documentos lacrimógenos que se convierten en vicios para las ilusas como yo. Los hombres doctos y letrados abjuran de este modo de expresar tanto feeling, tanto montaje entrañable, para que al menos una pueda reírse al salir a la calle a escuchar cuchicheos de otras por lo fea y grasosa que una está.

Mi secreto refugio no tiene nada que ver con las paredes y los estucados coloniales del Castillo Serrallés. Mi cofre, mi bóveda espiritual, es una acumulación de detalles de heráldica europea. Escapo de mis tareas rutinarias por unos minutos al recordar el ataque de mudez de la princesa Masako, porque los esbirros del trono japonés la hostigan hasta el hartazgo por no haber podido producirles un heredero al tromo del crisantemo con cromosomas de varón. Siento cada contracción del parto de la Princesa de Asturias, doña Leonor Rocasolano de Borbón. Me acurruco en la presencia de la difunta abuela querida del trono español disfrutando una corrida de toros en Las Ventas o las cuitas de amor del príncipe Alberto de Mónaco, que ha reconocido en estos días a un hijo negro chocolat blanche que tuvo con una azafata, negra como el betún, ciudadana de Togo, y tantas cosas otras que suceden allá lejos; en el mundo de facilidades y conexiones sanguíneas al que nunca -sólo a través de la escritura, el vídeo y la fotografía- podré yo accesar.

¿Si los ricos también lloran, cómo es que las sanguijuelas literarias del mainstream le ponen trabas al libre intercambio de libros del corazón y, al así hacerlo, no me dejan a mí llorar en paz?

Isla serena: 10mo Microrrelato Psicotrópico Allen Ginsberg-Churumba Cordero

Por Tiao 051104

la república ha sido ocupada, carla antonia está presa y el tapón empieza en la milla de oro por un lado y en el túnel minillas por otro. este país no se entiende. mira, a los dos años de los americanos tirarse al charco, sobrevino la primera amenaza a la supervivencia del bisoño gobierno republicano de puerto rico. la cantidad prevista, quizá un poco más, de puertorriqueños pudientes (pudientes-pudientes y profesionales pudientes) abandonó la isla. con los valores en estampida, el cimarronaje cobró auge; el más fuerte, que siempre ha mandado, salió de la oscuridad; la confusión reinaba y el estado nacional naciente enfrentó, creo yo gallardamente, la ontología del poder para qué, y trató de levantarse del despavor y construir una nueva dilemática, casi de los muertos, por que no se esperaba nada de esto y por lo mismo, tuvieron que inventar… pero la solución salió de una sóla fuente: la mente de carla antonia alvarez. como secretaria de agricultura, una posición incolora, donde sus aliados-enemigos políticos pretendieron neutralizar su inteligencia, promovió el proyecto piloto secreto siban nac, la base de toda la economía del pico. luego, como legisladora, logró que se aprobara la ley del cultivo, posesión y uso del cannabis y sus derivados, que contenía en su exposición de motivos una invitación abierta al mundo a participar de un experimento a escala planetaria de enteogenia, insistiendo en que no íbamos a esperar por él. era tan descabellado que el incipiente y megainsulante mundo político nuestro se estremeció a sus cimientos, pero después de una serie de arrestos y convicciones claves y tras la campaña de educación brillante llevada a cabo a todos los niveles donde se expusieron los retos, los riesgos, los incentivos, protecciones y nociones exaltadas de beneficio nacional para este requerido cambio de conciencia; pero (más concretamente) tras el primer trillón, puerto rico se zambulló en su nuevo rol como isla de la serenidad. el gobierno de carla antonia no tiene parangón. tercera generación de heterarquista, quiso poner en su práctica del estado sus ideas irracionalistas del bienestar, que participaba a una reducida plantilla mientras conducía lo diario del estado posposmoderno. entre las medidas más lúcidas de su primer mandato se hallan: la organización de la nueva economía desde la siembra del cáñamo a su mercadeo, para lo cual, antes, gestó incansablemente por reposicionar y reenfocar la sicotropía como derecho humano global y a esos efectos adelantó un caso sin precedentes ante las naciones unidas que, de aprobarse, incorporaría a su carta de derechos el derecho absoluto a la sicotropía; además, el afán exagerado de su administración de investigación y desarrollo (énfasis en desarrollo) , el éxito rotundo del reciclaje de la infraestructura farmacéutica, el reclutamiento agresivo de inversionistas locales y globales balanceado con contratos con mayorías nacionales obligatorias en todos y cada uno de los proyectos sin excepción; sus mecanismos de estricta fiscalización, por lo general honestos, equitativos y entusiastas; la reinversión del grueso de las ganancias en programas educativos y de salubridad universales; pero, no menos impresionantes fueron: la sustitución masiva en el gusto popular, técnicamente voluntaria, de los opiados, alcaloides basados sobre coca y destilados etílicos por los canabinoides; el rescate de los terrenos agrícolas, incluso los urbanizados por el sistema de microempresas y cooperativas que no requerían de grandes predios para generar buenas purruchás; el desarrollo del turismo enteogénico con su concomitante florecimiento de las artes y las ciencias, todas; la reducción de la violencia urbana; el alivio sobre el fisco de la reducción de la interdicción; todos redundantes en la redistribución instantánea de la riqueza. acarrearon índices de popularidad inéditos. la atención mundial se volcó sobre nosotros: el experimento sicodélico, la apuesta al éxtasis, puerto rico, por fin! puerto rico la última colonia, el primer estado libertario, la amenaza de la libertad, puerto rico y su política enteogénica, era el tipo de titular que proliferó en esa primera época; también atrajeron atención a la entusiasta participación popular que se regó y ablandó hasta la resistencia religiosa más refractaria, cuando los jóvenes abrazaron la nueva desfronterización y contestaron terrorismo con una calidad de vida que apenas hacía cinco años hubiera parecido imposible, además de los doscientos mil potjeds que vinieron, vieron, compraron, alquilaron y ocuparon. algunos fugitivos seguían criticando por criticar, pero muchos decidieron ver cuál era el peo. lo que fuera no podía durar. tomó el tiempo que tomó arreglar que todos pudieran funcionar arrebatados y se pudo defender. otros problemas nos son conductuales, son estocásticos, obligatorios, tramáticos. el reemplazamiento terapéutico del pasto iniciado por la república confligía con intereses poderosísimos, por mencionar dos, la american tobbacco y los carteles colombianos, dos de cien, letales, tomados desprevenidos. para éstos su reenfoque fue de puesto de trasborde a competencia, para aquéllos, de mercado a estocada final o, habiendo dejado de ser un escenario especulativo, posibilidad de redención. pero un tercero se llevó la pelota, nintendo. nintendo / sinestis había sacado la primera generación de los cascos cibernéticos sinestéticos de la serie sinestopia, precisamente cuando los estados unidos declararon la independencia de puerto rico. la actual sexta generación ha logrado tal credibilidad sinestésica que muchos usuarios han experimentado la suspensión de la incredulidad, absoluta, una heroicidad inducida, intensa, indudable. de más decir, causó furor. la compañía llamó al producto mayan, pero en las calles del mundo fue rebautizado tek. objeto de culto en la cibercomunidad y aun fuera de sus bordes. pronto se abrió un mercado negro de programas tek de fuentes no licenciadas, hipersexo, ultrasuper-violencia, crímenes sin víctima que calmaron una superpotencia en el borde y le brindaron otro frente de guerra. la república trató de impedir su importación. eso bastó. los estados unidos no sólo lograron que el consejo general de la onu declarara la república, proscrita como nación, sino que invocando rompimiento de los tratados de transferencia de soberanía, consiguieron permiso de la asamblea, como mayores agraviados, para bloquear puertos, congelar fondos e imponer sanciones y cuando ya habían desestabilizado completamente nuestras relaciones internacionales se movieron militarmente. con la cooperación de oficiales y vecinos desafectos al giro, la operación stoned kingbird (pitirre arrebatado) introdujo tropas por las antiguas bases de ceiba y aguadilla, causando pocas pero prominentes bajas y logró el arresto y convicción de la presidente álvarez y la parte idoblegable de su gabinete, en un asqueroso despliegue de prejuicios, medias verdades y pirueteo legal; su ejercito intentó arrasar con la nueva cultura en par de meses como diciendo, este es el nuevo juego de pelota: el más viejo juego de pelota del mundo. pero pensar que triunfaron no sería totalmente correcto. ha sido imposible la reilegalización, por ejemplo, ni siquiera con toda la presión militar, la gente se niega, punto. aun restricta, la prensa mundial nos cubre [no es lo mismo territorio que nación (por el peso metafísico del discurso)]… la reacción popular a las quemas los puso a pensar, creo, y el latigazo del componente internacional del nuevo agro fue determinante en la forma que adoptó este interregno. pero hoy llega el primer cargamento de apteron, el full-sin[esthesia] de vuelo, compatible con las dos plataformas, que mejora por mucho la versión beta que corrió pirata meses antes de la invasión. y han aparecido unas diademas chinas a menos de la mitad del precio en costco y gente vendiéndolas de tres en tres cuatro en cuatro entre los vehículos. hay gente guiando con diademas puestas arrebatados. ¿Dónde estaba esta gente?

Notitas sueltas en el medio y un poema de arrebato arrabalero

Por Manuel Clavell Carrasquillo

 

Antibiología plumífera

El suicidio de los avestruces consiste en un estirón de cuello. El ave necesita ayuda de un colega, que de pronto se pone a picarlo de tal manera que el primero se cansa y empieza a dar volteretas irreprimibles. De esta forma, el animal va reventándose contra el barro colorado y seco hasta que se parte el cuello.

Cada vez hay menos barbas

Sufro por la proliferación de productos de belleza para la mutilación de los bellos faciales. Bueno, celebro que ciertos macharranes estudiantazos de mi edad se afeiten las nostalgias guevaristas, pero, en general, estoy en contra de que los machos se depilen.

Supimos de lo tuyo

El último día de la misión, supimos de lo tuyo. En el primer informe se determinó que trataste de convertir la situación en un malentendido, pero fue en el segundo que se revelaron tus motivaciones. La tercera oportunidad que tienes para confesar es ésta: como tu superior inmediato te recomiendo que la aproveches antes de que se me acaba la paciencia.

Raras veces cobro

Trabajo pro bono todas las causas que me parecen derrotadas. No espero nada a cambio de denunciar la estupidez de mis compañeros cristianos. Defiendo la vagancia sólo en horas de asueto, los calvinistas me parecen tan sangrientos como los islámicos así que por mi asesoría al Concilio de Agua Viva en tiempos de crisis con el Estado, por impuestos dejados de pagar, según investigaciones de la prensa, raras veces cobro.

Rácata

Esta noche voy a deambular por las calles de San Juan
-rácata-
voy a pasear en Toyota
en busca de restaurante de la capital.

Revisaré la guantera
sacaré los kleenex
y pensaré en la causa general de todas las alergias.

Me espera la azotea (¿ésta viene de azote?)
de la barra más yuppie de la comarca
solicitaré un chocolate martini en la del Waterclub
y me lo tomaré mirando la desolazión de la barriada santurcina.

No lloro por la desolazión física
más bien celebro
congestiones
que este fin de semana ofrecen una obra de Shakespeare:
El mercader de Venecia.

Tengo opciones amplias de ir al cine
voy
me río de los muertitos de Tim Burton.

Regreso a casa y meo.
Salgo de nuevo y me encuentro con que al vecino le han robado el auto
en pleno estacionamiento del condominio.

Llamo a Estanislao, que es mi consejero psicológico
me dice que lo tome con calma
que me siente a escribir
que eso me sirve de terapia
pero no puedo
no puedo escribir
no quiero bregar con esa mierda.

Me dirijo entonces a una barra de la Ponce de León
me sirven una Corona con limón
a un amigo ésa le sabe a agua.
Lo regaño por el comentario xenófobo
le exijo que respete a los mexicanos.

Miro a mi alrededor y
diviso a un tipo que se parece a Federico Torres Montalvo,
uno de los más importantes líderes obreros
me cachi in dei,
hasta en la barra hay conflictos
con los convenios.

Saco dos libros de la mochila
pero me voy
y camino hasta la barra gay del Condado.
Allí en Atlantic Beach
frente a la playa fría de noviembre
me los leo:
"Cannibalia", de Rafael Acevedo
"Donde", de Eduardo Lalo y
"Boat People" de Mayra Santos Febres.

A la verdá que me siento mejor
porque son buenos libros
sedantes
para deprimidos
sedantes en un sentido figurado
porque ahora estoy peor

no del ánimo
sino del espíritu maligno.

Algo anda mal con la ciudad de San Juan,
conmigo,
lo escribo,
lo envío al periódico
lo publican
y yo vuelvo y leo y vuelvo y caigo y vuelvo y sigo.

Ladies Only: 9no Microrrelato Psicotrópico Allen Ginsberg-Churumba Cordero

Por Ana María Fuster Lavín

 

Ella: Tres tequilas y un grullo fueron suficientes para abrirse a un mundo húmedo. Sus laberintos manaban sándalo en un magma salado, esperando la invasión. Él: la nieve rodeaba los tabiques de su confusión, ese perico mudo que perforó dos años de otro él. Ellos: un letrero ladies only, unos gistros en el desagüe, y la luz azulada pintaba la viscosidad del lavamanos y los pensamientos drenaban las traiciones. Cabalgaron humos, hasta ahogarse de peces y lunas. Otra ella: entra, grita, mi gruta, tu muerte. Inyecta en el culo colgante de ese él una dosis de caballo, cae a media rodilla, y se lleva a su ella lágrimas, semen, sangre, y perdones rosados, azules, negros. Dos ellas: se besan, cuarto trago en la barra, brindando la convulsión de un él sombreado que reencarnará en nueve meses, mientras otro él llorará el tiempo y la ausencia.

Dormido sobre la mesa: 8vo Microrrelato Psicotrópico Allen Ginsberg-Churumba Cordero

Por Yolanda Arroyo

 

7:36 p.m. Me toca esconder la marihuana entre las nalgas. Pasa la perrera de los policemen con su toldo azul y su biombo de luces rojas. No sabemos si son de los nuestros así que tomamos las precauciones. Sacan la cabeza detrás de las gafas negras por la ventanilla del auto en señal de manda mases. Marcan territorio. Nos recuerdan las reglas de su juego. Les damos la señal: un saludo. Todo bien, brother, ¿Cuál es la que?, nada nuevo. Vuelven a menear las cabezas. Murmuramos algo encojonados y con una sonrisa hipócrita los despachamos. Movemos el cogote de izquierda, derecha, derecha, izquierda, mascamos chicle, nos limpiamos los mocos de la nariz el Gómez y yo, y nos acomodamos las bolas en el calzoncillo para luego regresar al negocio. Me meto la mano en el culo, saco los cigarros de mafú en su más que bien sellada bolsita de plástico y entre corre y corre de clientes hacemos la noche. A veces pasa la Stephanie con sus trencitas y su faldita corta y a mí se me para el gusano, y me desconcentro dando espacio a cualquier error descomunal. Si el bichote pasa en la hora de supervisión y me ve pajareando me abofetea y me amenaza con no dejarme vender otra vez, entonces yo me disculpo, I’m so sorry boss, forgive me, please, I need the money. It never happen again. Me despeina el pelo como si fuera un mandulete, me dice “Recórtate, pendejo”, y añade que hace esto por mi bien y el de él, para que yo ande despierto y atento, y para que nada me cueste una bala y a él menos dinero, You know, that’s life.

9:09 p.m. Entrego la bolsita de plástico vacía con el dinero de la venta y pregunto si ya por fin me dejaran fumarme alguno de los pitillos. El nene grande de Manhattan North se ríe. Me da un golpe con la mano abierta en la cabeza y llamándome “vato de mierda, boricua cabrón” me despide. Vuelve mañana, me dice, te pagamos en el weekend. Yo solo quiero fumarme uno de esos, pero no se me es permitido. Me despido, me monto en la bici, doy la vuelta a la placita mientras saludo a doña Ana, vuelvo a ver a Stephanie y le guiño un ojo. Entonces atino a ver a uno de los cerdos azules cobrando su comisión por la veladera del punto al otro nene grande del south. Llego a la casa, saludo a mom, le hago muecas a la bebita y me baño. Mientras me limpio unos gatos verdes que se me resbalan de la nariz, me cago en la madre del catarro del Gómez, que me lo ha contagiado a estas alturas.

10:30 p.m. Ya sentado a la mesa abro la mochila de las tareas. Saco la libreta verde que lee en la portada Carlos Jusino, Mathematics Sixth Grade y me dispongo a repasar para el examen de mañana. Media hora más tarde, sin poder evitarlo, voy cerrando los ojos sobre la mesa, con una laguna de mocos y saliva emplegostada en uno de los lados de la cara.

6to y 7mo Microrrelatos Psicotrópicos Allen Ginsberg-Churumba Cordero

La areolita: cuarta versión de un mismo cataclismo

 

Por Mara Pastor

Una muchacha va a bailar salsa a una barrita. La saca un señor borrachito borrachito. Ella dice que sí, con una gran sonrisa, por que sabe que el borrachito borrachito sabe bailar salsa como si en su vida además de borrachito borrachito hubiese sido bailarín de salsa profesional, o como si en los tragos le echaran poción mágica de salsa gorda–La muchacha no sabe que el borrachito ito ito tiene una jeringuilla sin tapa en el bolsillo, que la acaba de usar y que se le va a enterrar en su muslo durante una de las vueltas– ¡Puf!– El puyaso ya está, gente, y ella lo sintió, pero está tan chévere la canción que ella sólo reduce la velocidad, pero sigue bailando, porque él es una estrella que la hace girar y girar como un planeta en su órbita. Una segunda vez, ella siente un pinchazito, y le dice “algo me hincó”. El, que ya sabemos que estaba algo más que borrachito chito chito, con los ojos viraitos le dice, “eso no e’ na’, mami, una pantalla que tengo en el bolsillo”. En la falda una areolita de sangre daba vueltas en la pista de una barrita y una muchacha dejaba de bailar bonito.

 

 

Monólogo de un turista en una barra de Praga con un libro de Roque Dalton en la mochila

 

Por Mara Pastor

En el ajenjo, todos los marinos azules son sospechosamente de la República Checa. En el licor, la República Ajenjo es una checa que sospechosamente toma azules con un marino. En el azul, los marinos sospechosamente checan si hay ajenjo de la República. En la República Checa, el ajenjo es un licor sospechosamente azul marino.

Ilustración: "El ajenjo", Degas, 1876.

Historial: 5to Microrrelato Psicotrópico Allen Ginsberg-Churumba Cordero

Por Gloria Carrasquillo Padró

 

"I swing in a shaft of light, upside down, and I can see myself clearly…" -Jamica Kincaid.

Para R., con profundo sentimiento

Nombre: R. Edad: 12 años. Dirección: El Barrio, Harlem. Hermanos: siete. Número del nacimiento: Cuarto. Color del cabello: Como la noche e indio; negro. Ojos: Igual que la anterior. Con quién vive: Con mi abuela, mi mama murió. Ocupación de la encargada: Welfare. Padre: No vive en casa; en otro proyecto por allá, por la Clayton Powell. Ocupación del padre: Tirar billetes de mentira. -¿Y eso nada más? -No también vende playstations. ¿Dónde?: En el Proyecto, cuando los consigue, usted sabe, cuando puede dar un golpe. -Ah. Deporte: pelota. Qué quieres ser cuando grande: pelotero, de los Yankees, ¡por supuesto! Pasatiempo: -Qué es eso? -Es lo que te gusta hacer en tu tiempo libre. Jugar Uno. Experiencia más significativa: Cuando mi hermano, el segundo, le dio tres batazos a una viejita que iba en el ascensor. La misma a la que yo le hacía mandados. Fue delante de mí. Algún deseo: Desearía tener una nevera grande, con candado y ponerla en mi cuarto. Lugar del mundo donde viajaría: A Puerto Rico, nunca he ido. ¿Por qué?: Soy boricua, no ve esta sortija, es de corozo y tiene la monoestrellada. -Y usted: -Boricua también. -Algo más que decir: -Bueno Missy, no sé si decirlo o no: Que soy un crack baby.