Espíritus de pasión y muerte: Ier Microrrelato Espiritista Allan Kardec 2005

Por Ana María Fuster Lavín

 

El sabor de la carne fresca era una insípida masa en su boca. Los sueños naufragaban páginas en blanco a través de sus cristalinos ojos al tratar de alcanzar el espíritu de su amada. Ella no podía palpar el lúgubre corazón de quien fue su fiel amante, aunque él se lo arrancara y lo pusiera en sus labios, porque no se puede lactar un mundo de sensaciones, cuando los caminos se bifurcan o cuando la traición es la más lenta y cruel de las muertes. Él seguía observándola a lo lejos, acariciando sus pasos, ya no devoraba a sus rivales, sabía que sería inútil, la sangre no era la fuente de la corporeidad sin poder amar. ¿Y cómo hacerlo? Siquiera podía emborracharse, se sentía un espejismo mientras ella deambulaba por las calles de Santurce quizás del trabajo a la casa, o buscando otro amor que los recuerdos y sus fantasmas no idolatraran. En la oscuridad de los instintos sólo estaba ella; era su savia masculina que lo llevaba a profanar la carne de sus nuevos amantes, la soledad eterna era su grillete cuando la libertad yace en un libro disecado de palabras. Una ambulancia sólo transporta cuerpos, pero la magia de los amantes transportaba feromonas y esencias, risas y orgasmos como maldiciones y dolores. Ella conjuraba pasión en las noches y el abandono eterno, pues creía estar viva como él muerto. Ahora un hombre será tan sólo su sombra hembra esperando el amanecer de la vida o de la muerte, aún así devora el cuerpo del vecino que se venía en la foto de su amante, mientras ella deambula etérea hacia otra noche.

Diferentes categorías de mundos habitados: Certamen de Microrrelatos Espiritistas Allan Kardec 2005


De la Redacción de Estruendomudo
Foto: Tumba de Allan Kardec, cementerio Pere-Lachaise, París.

Texto tomado de El Evangelio según el Espiritismo, de Allan Kardec. El libro (1864) advierte que "contiene la explicación de las máximas morales de Cristo, su concordancia en el Espiritismo y su aplicación a las diversas posiciones de la vida". Estos pasajes de abajo son del resumen de las enseñanzas de Todos los Espíritus Superiores al pasaje bíblico de San Juan, donde este evangelista afirma que Cristo dijo: "En la casa de mi Padre hay muchas moradas" (Cap. III):
"De la enseñanza dada por los espíritus resulta que los diversos mundos están en condiciones muy diferentes los unos de los otros, en cuanto al grado de adelanto o de inferioridad de sus habitantes. Entre ellos los hay cuyos moradores son inferiores aun a los de la tierra, física o moralmente; otros están en el mismo grado y otros les son más o menos superiores en todos los conceptos. En los mundos inferiores, la existencia es eternamente material, las pasiones imperan soberanamente, la vida moral es casi nula. A medida que ésta se desarrolla, la influencia de la materia disminuye, de tal modo, que en los mundos más adelantados, la vida, por decirlo así es eternamente espiritual.

En los mundos intermediarios hay mezcla de bien y de mal, predominio del uno y del otro, según el grado de adelanto. Aun cuando no pueda hacerse una clasificación absoluta de los mundos, sin embargo, se hace atendiendo a su estado y a su destino y basándose en sus grados más marcados, dividiéndolos de un modo general como sigue, a saber: mundos primitivos, afectos a las primeras encarnaciones del alma humana; mundos de expiación y pruebas, en donde el mal domina; mundos regeneradores, en donde las almas que aun no tienen que expiar adquieren nueva fuerza, descansando de las fatigas de la lucha; mundos felices, en donde el bien sobrepuja al mal, y mundos celestes o divinos, morada de los espíritus purificados en donde el bien reina sin mezcla alguna. La tierra pertenece a la categoría de los mundos de expiación y de pruebas, y por esto el hombre está en ella sujeto a tantas miserias.

Los espíritus encarnados en un mundo no están sujetos a él indefinidamente, ni cumplen tampoco en él todas las fases progresivas que deben recorrer para llegar a la perfección. Cuando han alcanzado en un mundo el grado de adelanto que él permite, pasan a otro más avanzado, y así sucesivamente hasta que han llegado al estado de espíritus puros; estas son otras tantas estaciones, en cada una de las cuales encuentran elementos de progreso proporcionados a su adelanto. Para ellos es una recompensa el pasar a un mundo de orden más elevado, así como es un castigo el prolongar su permanencia en un mundo desgraciado, o el ser relegado a un mundo más desgraciado aun que aquel que se ven obligados a dejar cuando se obstinan en el mal".

Bases del certamen:

  • Kardec ha señalado la temática de este certamen de microrrelatos: Sólo se aceptarán microrrelatos que traten sobre la existencia de los espíritus en los mundos primitivos, los mundos regeneradores, los mundos felices y los mundos celestes o divinos. De su existencia o tránsito ectoplasmático por esos mundos.
  • Se prefiere el tono y la atmósfera del misterio, el suspenso, el terror, la metafísica, los médiums y el lenguaje de la nigromancia.
  • No se permiten microrrelatos irrespetuosos de las doctrinas del Espiritismo. Este blog es muy politically correct y respetuoso de la libertá de culto.
  • Los microrrelatos deben ser enviados a mclavell@gmail.com y no deben exceder la extensión de un párrafo. Breve es breve, please.
  • La Redacción de Estruendomudo hace el escogido de los textos que serán publicados y lectores son los únicos juzgadores de los microrrelatos. Los premios son intangibles, tanto como los espíritus pertinaces.

Road To Divas en la discoteca gay Eros The Club

De la Redacción de Estruendomudo
En la foto, la gran travesti puertorriqueña Lorna Vando
25 de noviembre de 2005

 

La noche de anoche resultó espectacular en la discoteca gay santurcina Eros The Club.

Después del pavo, las locas se tiraron a la calle para celebrar la vida, las circunstancias y disfrutar del espectáculo en vivo Road To Divas, que se celebra todos los los jueves desde octubre hasta diciembre, y que consiste en una sofisticada competencia de talento, "all you can have".

El famoso antro gay de la capital de Puerto Rico se encuentra bajo remodelación. Sin embargo, lejos de que la administración decretara el cierre total del edificio mientras se realizan los trabajos, ha sabido integrar el proceso de cambios a la oferta de entretenimiento regular.

De esta forma, hoy día se baila sobre un piso raspado de losetas viejas porque pronto se pondrán las nuevas. También, se observan las paredes desnudas, porque la decoración será renovada. Además, la tarima, que antes estaba colocada en el segundo piso, ha descendido al primero, proveyendo más espacio para el despliegue de artistas y, sin dudas, un atractivo más para fortalecer la industria y la calidad del travestismo en la Isla del Encanto.

Los baños han sido reducidos a la mitad, porque en el espacio que ocupaban se ha improvisado el "backstage" para los retoques de vestuarios y, las cervezas, lamentablemente, están a $5.00; porque ante una remodelación en grande como esta, y el alto costo de las sustancias controladas e incontroladas, hay que obtener ganancias de algún lado, sobre todo entre un público cautivo como el gay, que no tiene muchas opciones para janguear en espacios sólo para machos o "alla you can eat".

Road To Divas llegó a sorprenderme por la diferencia de las propuestas que subieron a la tarima, en comparación con los shows regulares que se ofrecen el resto del año. Se trata de una competencia de originalidad de proporciones impresionantes, en comparación con la oferta teatral y televisiva de la patria atribulada por mierdas como No te Duermas y Anda pal Cará. Por ejemplo, la primera concursante fue una travesti que escogió el tema de la India para desarrollar su concepto artístico. Esa noche estábamos todas folklóricas, con destellos multinacionales. Putamayo, digo, Putumayo Party in Eros The Club.

La improvisación de un cortinaje sencillo y hasta algo burdo fue opacada por la presentación de esta diva hindú, montada sobre un elefante que exhibía su trompa voluptuosa. El público (la discoteca estaba repleta a reventar) reaccionó con delirio de multitud apasionada y gritó, aplaudió y se gozó la primera salida, que estuvo a cargo de la candidata favorita.

La música que la ayudaba a contonearse, en primera instancia, fue la tradicional de las tierras de los sutras. Esto permitió que la diva, ataviada como una diosa del panteón hindú no identificada, se contoneara de mil y una formas, moviera sus caderas y sus brazos y cantara en lenguas.

Luego, la música fue cambiando y el diskjockey integró los "chanti, chanti", de Madonna, y la ya canción tema de las noches de lujuria: "Tú lo que quieres es que te coma el tigre, que te coma el tigre, que te coma ya…". Esta degradación de lo tradicional a lo tecno-disparatado transportó a la audiencia a un estado de éxtasis y euforia colectivas que no volvió a repetirse en toda la noche, logrando que la candidata luciera como la mejor de la velada.

Fue muy original en sus poses, muy agresiva, muy consistente, dominaba la coreografía hasta el mínimo detalle, estaba sincronizada con sus bailarines y la música, el vestuario quedó divino y era transformable en forma cómoda de vestido largo a corto. La muchacha pudo hacer una interpretación triple de un tema a todas luces ya tan manoseado y explorado. India, te la comiste.

La próxima travesti que subió al escenario escogió el tema de Argentina. Se trata de una chica trigueña, muy delgada, con una nariz perfiladísima y un maquillaje de magazine. Comenzó su presentación poniéndole acción a la canción "Don’t Cry for me, Argentina", por lo que un grupo de americanos que estaban frente a mí se moría de la risa, quizás pensando en que era una diva muy clichosa.

Sin embargo, para su sorpresa, se toparon con una interpretación que fue transformándose aceleradamente del cliché a la pose elaborada con originalidad para impresionar a un público tan exigente. Ya se sabe que las locas no tienen corazón y que en moda y espectáculos no perdonan.

La candidata putamayo argentina se separó de la pose alegre de la candidata putamayo hindú y aportó la actitud de la bicha. La bicha en escena entonces deja de ser Evita y pide macho para bailar tango, como una porteña regia, pero cualquiera de ellas. Hubo entonces un solo de tango muy bien representado, muy arriesgado si se entiende que en ese mismo espacio el rey absoluto es MR. Tecno.

De ahí, el espectáculo mutó en un gran partido de fútbol en el que el River se enfrentaba al Boca Juniors. La diva dejó de serlo en el sentido estricto de la palabra y se calzó los pantalones cortos y la camiseta "hombruna" para jugar al ritmo de las líricas de "Matador, matador"; de los Fabulosos Cadillacs. Para mí, la impresión fue de pasme absoluto. Al fin veo en mi país una draga atrevida e ingeniosa con un tema latinoamericano y con una música tan difícil para una draga full power blast como el ska. La candidata transmitió toda la fuerza de una jugadora en plena pelea con el equipo contrario, mas no perdió la compostura, el glamour o la expresión femenina chic ni un solo instante.

De inmediato, subió a escena la diva más fina y delicada de la noche, metida en un traje blanco de hilo a la usanza de las madamas brasileñas, pues Brazil fue, precisamente, su tema. Esta travesti interpretó "Santo, santo" de Gloria Estefan para calentar motores y despegar del cliché fácil de lo conocido charro. Una vez fuera de las vainas populistas, y con el público en un bolsillo, la diva despegó hacia la interpretación de un difícil tema de carnaval nada más y nada menos que en portugués. No todas son bestias en la discoteca Eros, como muchos piensan. Esta diva estaba en tacas, con un traje ahora escotado de carnaval con sus plumas y todos sus accesorios blancos y cantaba en portugués a una audiencia que supuestamente sólo sabe de Ednitas y Yolanditas, Britneys y Chantelles. Esta era una reina de verdad, la ilusión de la trepadera de un espíritu femenino en un cuepro de varón fue exacta, excelente, no había posibilidad de que a esa distancia, con esas luces, y con ese maquillaje, vestuario y contoneo aquello en tarima fuese nada menos que toda una diva de Brasil.

La última fue la española, que salió vestida de torera, y no pudo relizar más que una interpretación sencilla, casi tradicional, que no logró ni acercárseles a las anteriores. La española, a mi juicio, sólo pudo llegar a la primera etapa, mas no pudo desarrollar un concepto artístico sostenido por más de cinco minutos, sólo sirvió como opening, lo único que en vez de ser al principio, fue al final.

Las presentaciones terminaron a eso de las 3:00 y pico a.m. y el jurado rindió su veredicto parcial. También el público, que puede votar en papeletas -no a viva voz- para eliminar o salvar candidatas. La próxima cita es el jueves que viene a eso de las 2:00 a.m., cuando Road To Divas entra en su ronda final.

-m.c.c.

Manifiesto Sartriano en Contra del Puertorrican PEN Club

"Para mí la cuestión principal sería más bien la de la sinceridad".
-Jean Paul Sartre, "Las palabras". (1905-1980).

 

  1. Sartre, que tenía verguenza, o que era un desvergonzado, rechazó en esmoquin y bebiendo Scotch and Soda el Premio Nobel de Literatura
  2. Simone lo apoyó y más tarde practicó el cunni sabroso en el cuerpo de una estudiante parisienne
  3. El PEN Club de Puerto Rico = Club de español, club de oratoria, escolar
  4. Es pompa y circunstancias de los mediocres, de la baba homenajeada consagré
  5. 4 gatos dándole vuleltas a la noria, o a las marmotas, que son las que no tienen la culpa, los gatos sí, que por eso son libres y divinos
  6. No hay diferencia alguna entre ganar el primer puesto de novelista nacional -o el segundo puesto de poeta nacional- y ganar un field day
  7. Las dos actividades del año 2005 para el PEN se reducen a dos esquelas publicados en la prensa: Una por la muerte de Enrique Laguerre y otra por la de Filiberto Ojeda.
  8. El jurado del premio PEN está encapuchado, las deliberaciones son más secretas que en el Cónclave papal.
  9. Un premio del PEN en esta isla es un premio de consolación que no aporta en lo absoluto a la difusión de las obras premiadas ni a la publicidá de los autores elegidos por el dedo imperial
  10. Un sello de autoridad gubernamental no puede ser la aspiración última de un escritor, mucho menos si ese sello es del PEN.
  11. La trepadera y la nébula, junto al silencio de 363 días están inscritas en la lápida de la escritura puertorriqueña
  12. Sartre: "Sólo hacían falta dos condiciones para arrancar a la especie de la animalidad: que se conservasen en locales vigilados las reliquias -telas, libros, estatuas- de los clérigos muertos: que quedase un clérigo vivo por lo menos para seguir la labor y realizar las reliquias futuras". El PEN Club de Puerto Rico es ese clérigo sobreviviente, el custodio de las reliquias
  13. Sartre: "Sucias necedades"
  14. La fiebre del oro no arropa los libros de los escritores del PEN, pero eso pocos lo saben, eso no importa, lo que importa es verse bien en la foto y volver a participar en la farsa otra vez.
  15. Sartre: "Así es el orgullo, la defensa de los miserables"
  16. Hay ese sueño pequeñoburgués tan de la izquierda ilustrada que nos une, las ganancias, los metales preciosos de las medallas, todos aplauden su extraña ridiculez.
  17. Las plumas, las laptops… bien, gracias. La solidaridá gremial, una entelequia disfrazada de reconocimiento, de jerarquías, de divisiones en escuadrones, de envidias también.

-Manuel Clavell Carrasquillo
noviembre de 2005

Resumen de la ensayística de Magali García Ramis en sus propias palabras: “Daría tickets y tickets”

De la entrevista: "Magali García Ramis: Incansable orfebre de la palabra escrita".
Por Mabel Figueroa
Primera Hora
19 de noviembre de 2005

 

“Yo hubiera sido policía feliz. Yo soy bien represiva, yo me doy cuenta (risas)”, reveló, para mi sorpresa.

-¿Represiva? ¿Cómo que represiva?

-A mí me encanta la policía, la gente que anda con uniforme. Me da mucho trabajo cuando tengo que ir a una marcha antimilitarista, porque está bien, lo militar es malo, pero los uniformes son bien chéveres (risas).

-¿Te has puesto algún uniforme?

-No, porque mami no me dejó ser ni Girl Scout.

-¿Llegaste a considerar ser policía alguna vez?

-Te lo juro, si me retiro todavía sana y no tengo otro proyecto, me encantaría ser de esas personas que le dan tickets a los que molestan. Ah, yo iría para la (parada) 18, donde están todos esos sinvergüenzas que te tiran el carro encima y no dejan a uno coger la guagua. Daría tickets y tickets, pa’ limpiar la carretera.

La insigne escritora boricuo-setentista Magali García Ramis mejor no pudo haber descrito el trabajo que realiza como portavoz literaria de su retrogeneración a través de su infame ensayística. Más homenajes y más espacios culturales ascépticos para los policías de la moral: más y más libretas de tickets. -Redacción de Estruendomudo.

Hash Stash: 24to Microrrelato Psicotrópico Allen Ginsberg-Churumba Cordero

By Tomás Redd

 

Para Aravind Enrique Adyanthaya, maestro de este género

A few tokes from the pipe were more than enough to calm my nerves and anxiety after the 20 or so hours of flight that I endured to be in an ancestral land, enjoying the company of older family members that I have only known in pictures and younger cousins who were bred to drink, fuck, marry, run the family business and then breed. This long line of tasks is culturally sanctioned and is basically the only functional tie that binds me to my elders; some of which fought lions, never wore shoes and built the roads that we youngsters have filled with coke bottles and condom wrappers. Cocaine is no good here. It fucks up your ability to digest curry and makes you want to slap a few beggars as you stroll through the marketplace in search for some good opiates: a politically sanctioned practice. I have yet to figure out how this trip is going to turn out. Walking towards the huge tent where more than two hundred guests, twenty-seven servants and eight musicians churning some bhangra tunes await for me I start to feel a bit cold in my hands and pause briefly to examine my pointy shoes which are now covered in mud and shit. I feel an urgent need to know which is it ‘cause the smell of this dung is inebriating—it might come in handy. Today I fall in line with the rest of them. Drinking and fucking have been crossed off the list. In about an hour, seven rounds around a blaring fire are going to take care of the next one. Man, am I jonesing a hit right about now.

La novia urbana

Por Edgardo Nieves Mieles

 

Después de hallar el oasis de semen en el mismo corazón del desierto, la mujer vestida de novia (no usa ropa interior) baila alrededor de un cofre de bronce durante 28 días y 28 noches.

Ya en el vigésimo-noveno día y a la sombra de una palmera, un sombrero de gorriones cruza por el costado de su memoria tatuada de naufragios. Al fin logra olvidar el té de ruda en ayunas y el rostro de hiena burlona pisoteando las indefensas amapolas.

Exhausta pero decidida, comienza a bañar con leche de cabra su piel suave y morada como las ciruelas. Bosqueja la nostalgia ensimismada en el rosal pensante derramado sobre la almohada verde rellena con plumas de arcángeles. En la mierda de brujas que abonaba la esquina de la casa y el mosquitero atestado de jueyes de tierna mirada. Suaviza su odio palpando el lecho de anémonas. Las manchas de alcoholado en la caoba. Introduce un búho en las semillas de guanábana que engalanan sus grandes ojos y comienza a saborear la victoria con un placer casi sexual.

El Sol se sabe derrotado. Al fin hunde sus mástiles y sus trapos de aceite en la arena. En el caño Martín Peña, una estrella forcejea por liberar del fango sus cinco puntas luminosas. Por el sur asoma uno de sus cuernos la Luna. Mientras tanto, la mujer vestida de novia diluye su espera degustando ostiones con zumo de limón. Ahuyentando moscas y hormigas. Pintándose las uñas con una sangre espesa.

El luto lame al cuervo en lo mejor de su traje. La enorme ostia de cera sube y sube sobre las palmeras y su cabeza; crece, crece, sube y se aleja creciendo y subiendo. El olor de la noche es dulce.

No bien la Luna ha alcanzado su nido, el cielo de papel se pone morado y una capa de abejas muertas cubre todo el oasis. Es entonces cuando ella saca del cofre las tijeras del desamor, descubre sus labios secretos y, con el cable de un teléfono extrañamente desaparecido de un hotel en El Condado, se cose la vulva, temeraria como un escorpión en un cerco de fuego.

El vino blanco del oasis riela bajo un chorro de luz.

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Ilustración: Max Ernst, "El vestido de novia", 1940.

Insomnio cada miércoles, y lamentablemente no soy tuya

De la Redacción de Estruendomudo

 

Gastar energías nocturnas en cervezas y cigarrillos, una comida bien cara en restaurante chic de la capital, no le pareció inoportuno. Se entregó al caldo de coco con pescado, a la buena actitud de la mesera. Más tarde, le dio en propina al valet cinco dólares norteamericanos y arrancó el carro hasta la discoteca gay más cercana. Se entregó a la multitud, que perreaba, supuestamente enajenada de la inauguración del Centro de Convenciones, la confirmación del Secretario de Estado y las nuevas revelaciones de la pesquisa del vídeo 59 de la Superintendencia del Capitolio, casa de las leyes borincana. Buscó un espacio en el baño para observar el pase misín de la movida de la coca, porque le atraían tantos hombres metiéndose la blanca diosa peruana por las narices para soltar inhibiciones. Veía cómo entraban de dos en dos a los cubículos, o de tres en tres, la cosa es estar acompañado. Decidió salir a la pista para cambiar la visión psicotrópica y enfrentarse al despelote de las mamises bailando con las loquitas, y de los macharranes con las mamises. "Rácata, esta noche quiero darte…", ésa era la canción que retumbaba en las bocinas amplificadoras en las que se recostó para encender un cigarrillo mientras ligaba. Y qué ligue a esas horas de la madrugada (3:00 a.m.), qué tronco e ligue se dio el tipo cuando se le presentaban en bandeja tantos negros en camisilla con los bíceps expuestos y los mahones anchos para ocultar la erección prometida, surgida en la penumbra y -no hay que decirlo, porque es evidente- pacientemente esperada. Puro amor de parejas estables rozándose unas a las otras, pura solidaridad sin freno ni gloria en medio de la nada santurcina. Es el calor, se repetía para sus adentros; es el calor de esta isla envenenada. Mientras tanto, bebía Bacardí Apple con Seven Up y limón para refrescarse y coger la nota asquerosa del ron más malo. Ya se le subía a la cabeza el pasito marcado de la parejita de jevos chiquitos extraídos de las raíces suburbanas de Levittown. Bien suavecito que iban esos machitos filoteaos mientras en Ghana se mueren sus pares sin blinblineo como moscas erotizadas por el morbo del contagio de sida y de hambre. Pero nada de vainas represeivas de la mente aquí, que lo que importa es ese desquicie de los miércoles desenfrenados en el espacio de embuste y fantasía del nada que hacer: estamos con insomnio a mitad de semana, pero estamos gozando.

Octavio César Augusto me invita a empolvarme la nariz
le digo que no es posible
protesta
tiene derecho
él es el césar.

HBO promociona el capítulo final de la serie Rome
y él insiste
vaya, titán, una huelía en lo que nos acomodamos.

Nuevo rechazo.

Si más alante vive gente,
no necesariamente el Residente Calle 13,
de seguro conecté con el rubio amanerado:
me contó par de chistes y me invitó un trago.

Dejo testimonio de la maldá del negro de las tenzas en el pelo bien arreglado, pai,
que me ignoró,
porque es absolutamente bello e inaccesible,
por el momento,
porque, sepa usted:
el chamaco cede ante la girla de las caderas descomunales.
Despampanantes postas de carne.

Lo otro es que el bartender me fía,
porque ya estoy de local,
y ahí es que entra el papel del Visitante:
vaya, de nuevo, ¿tú bailas?

Nacarile.

Yo perreo.

Me doy cuatro percoseps y dos altanes allí mismito.
Pastillas para dormir, me digo, pisadas con Busweiser.
Me las consigue a dos por uno el bouncer.

Estoy a la espera de mañana, noche libre de raperos, reinado de las dragas.
-nótese la rima-
Poesía urbana
revista alternativa Masturbana
PEN Club de pacotilla y dos o tres autógrafos,
dos o tres epitafios al año,
que no borren los créditos de la solapa.

Gano un premio, me lo como.
La comida es mi última trinchera posmoderna:
me gusta el caviar sobre una camada de tostones.

¿Viene al caso?
¿Esto será arte?

Nadie llama al celular en este momento
está apagado o vibrando
me cansé de esperar esa comunicación aplazada.

¿Cómo estará de bien mi próstata?,
me pregunto, ipso facto, como Silverio,
macroautoayudador autor de décimas espinelas.

La tiento,
así,
dando vueltas sobre un eje de carne,
sólo por joder par de capilares.

Pero, cuidado con el culo,
ya lo dijo Rosario Ferré en su último libro,
precisamente en el ensayo que nadie quiere aceptar que escribió la sesentosa,
que nadie ha leído en Puerto Rico:
Se titula, nada más y nada menos, que
"Oda al culo".
Rácata.

Y tantos beatos
por milla cuadrada.

-Bis-

Un cliente mío se tatúa.
Le aconsejo,
como su abogado,
que no lo haga
sufrirá bastante.
Le amputarán todos los diseños puercos.

Se va a tener que tragar su propia tinta
y esta que es de embuste

recesa hasta mañana

porque

ya llega

-al fin-

el

sueño.

Desprestigio del antro y del New Wave

Bienes raíces
Réquiem por el CBGB

 

Las deudas atenazan a la meca del punk neoyorquino, a punto de convertirse en un comedor para indigentes. Pero al grito de "no nos moverán", Hilly Kristal se atrinchera en la sala que dirige desde 1973
En el local nacieron grupos como los Ramones, Blondie y Talking Heads y Patti Smith leyó sus poesías

BRUNO GALINDO – 16/11/2005
La Vanguardia

La cultura pop está sujeta a las implacables leyes de la longevidad de sus protagonistas. Referentes que hasta hace poco formaban parte de nuestra contemporaneidad -los Ramones, Hunter S. Thompson, Nirvana, el sesenta y ocho, el LSD, el periodismo cultural- se han convertido, en pocos años, en ideas del tardío siglo XX, en señales protomodernistas, en batallitas del abuelo: en carne de museo. Apunten otra entrañable referencia: el club neoyorquino CBGB.

El infame garito en el que nació la nueva ola neoyorquina está a punto de desaparecer si no ha desaparecido ya. El arrendador -una asociación benéfica consagrada a alimentar a los pobres, el Bowery Residents´Committee- se ha hartado de reclamarle al arrendatario -Hilly Kristal, gerente de la sala desde su apertura en 1973- el pago de alquileres atrasados por valor de 90.000 dólares. Hilly (nacido hace ya casi 70 años de una pareja de granjeros de Nueva Jersey) se ha pasado el verano reclamando la solidaridad de público.

Seguramente no ha ocurrido ninguna otra vez en la historia de Occidente que un puñado de punks haya elevado el rango de un barrio. Con todo, cuesta creer que ese haya sido uno de los lugares históricos del mapamundi musical desde hace casi 32 años. Imagínese el más infecto local posible, una covacha oscura ubicada en el barrio yonqui del Bowery, escenario de mil borracheras de Edgar Allan Poe. Cada centímetro cuadrado de la sala, pintarrajeado. El mobiliario: destrozadas sillas de instituto. El sudor, condensado en una gruesa capa negra en el techo. ¡El que tenga que limpiar todo eso! Atentos a eBay: no sería de extrañar que se pagaran miles de dólares por el váter donde vomitó Debbie Harry, el taburete donde se metió un pico Dee Dee Ramone oun trozo del escenario donde debutó David Byrne. Para el que sabe qué pasó allí, cada milímetro del local es historia, y cada trocito de pared se cotiza más caro que el kilo de muro de Berlín. Ni siquiera el punk británico tuvo una sede tan importante como el CBGB, ya una especie de Cavern Club de la nueva ola.

Yeso que Kristal empezó con la ambición de hacer… un clásico del country. El reclamo inicial del CBGB -acrónimo de Country, Bluegrass, Blues- era poder tomarse unos huevos fritos a partir de las 6 de la mañana viendo a un crooner con sombrero plañir su nostalgia ranchera encima de un escenario. La idea de las matinés vaqueras, horrible, duró un mes. A Kristal se le ocurrió probar con el rock. Tenía en contra que la escena artística anidaba en la otra punta de la ciudad, en el Soho, donde los lofts y las fábricas desmanteladas eran abundantes y baratos. El público de rock no tenía grandes motivos para internarse en el Bowery, a no ser que uno quisiera llevarse un navajazo. Pero se dieron circunstancias clave a su favor. Una de ellas fue el cierre del Mercer Arts Center, donde solían actuar los New York Dolls. El otro favorito, el Max´s Kansas City, era la clase de sitio fino donde sólo podían moverse libremente los llamados Bowie, Lou o Mick. También estaba el Electric Circus, donde Warhol echó a andar el Exploding Plastic Inevitable, posterior Velvet Underground. O el Ondine´s, donde debutaron los Doors. Pero todo era demasiado exclusivo para una generación que quería tocar y aún no sabía qué. Los chicos empezaron a ir al CBGB, proletario y macarra -el portal de al lado era la sede de los Hell´s Angels- porque allí podían tocar. Y lo hacían… hasta seis veces por semana. Una de las características del local era su norma de meter ocho grupos por noche (media hora cada uno) o de hacer varios pases. Siempre lo hicieron así.

Un día, en 1974, entró allí un chico llamado Tom Verlaine. Convenció a Hilly de que podía tocar lo que fuera y le pidió una oportunidad. No, su grupo no cantaba sobre la vida desde un caballo ensillado. Pero Television tenían algo. Y allí se quedaron. Verlaine trajo al guitarrista Lenny Kaye, y este a Patti Smith, y ella a Mink De Ville. Blondie telonearon a los Ramones, que invitaron poco después a tocar a unos debutantes Talking Heads. Después llegaron Dictators, Plasmatics, Dead Boys. Y más adelante Pere Ubu, Devo, B52´s, The Cars o Tom Petty. Todos tenían veintipocos años, originalidad, ganas y amigos que hacían bulto en los conciertos. Poco importaba que el escenario estuviera agujereado: los músicos más veteranos se llevaban sus propios trozos de madera para no irse abajo. Aquellos fueron los años buenos, los mismos en que el Reino Unido hervía de punk. De hecho, el CBGB se hizo de visita obligada para los que daban el salto desde las Islas (The Police y The Jam fueron los más asiduos).

Pronto los grupos de la casa se hicieron grandes, ficharon por multinacionales y ampliaron sus públicos. Y llegaron los 80, con su soundtrack discotequero y el gran momento de salas como el Ritz, Danceteria, Palladium y Peppermint Lounge. Truman Capote bailando encocado a Donna Summer en Studio 54 entre un Warhol hierático y una Grace Jones medio desnuda: esa es un poco la imagen de la época. Está claro que los tiempos pedían ahora algo distinto a lo que el CBGB tenía que ofrecer. Algunos años más tarde la sala del Bowery repuntó algo con los inicios de bandas locales como Living Colour, Butthole Surfers, They Might Be Giants, Pussy Galore o Sonic Youth, pero algo había cambiado. Pero después, en los 90, la atención se desplazaba hacia Seattle -el grunge- y California -el hardcore- y el club del Bowery, aunque siguiera abriendo siete noches por semana, cayó definitivamente en el olvido y las deudas. Hasta hoy.

Las vueltas de la vida han llevado a Paul Collins, miembro de aquella generación CBGB (y componente de los históricos The Beat) a vivir en Madrid, donde trabaja preparando cócteles para gente que sabe o no sabe que el barman es una leyenda de aquella new wave. Él mismo tocó mil veces en la sala, y ahora no se sorprende de la decadencia y la ruina. "Hilly es un tío muy listo a quien siempre le han importado un pito los grupos. Ganó mucha pasta. Vivió de la leyenda, no se ha molestado en limpiar el garito en 20 años, y ahora tiene que hacerse la víctima. Ni él ni el CBGB hubieran sido nadie si un tipo llamado Tom Verlaine hubiera entrado por esa puerta". Duele, en todo caso, encajar un final tan malo para la leyenda del CBGB – y del sueño punk americano- cuando sólo es cuestión de 90.000 dólares. ¿Tan difícil sería conseguir que un alma caritativa y punk hiciera un préstamo a un interés bajo? ¿Quizás uno de los jóvenes deudores del sonido del 77? ¿No deberían poner el dinero los Strokes?

Puya: 23er Microrrelato Psicotrópico Allen Ginsberg-Churumba Cordero

Por Leonardo Dapena Wirshing, escritor y ponceño de corazón.

 

Poco se habla de la verdadera causa de la muerte de Rafael Cordero Santiago, el pintoresco ex-alcalde del Municipio Autónomo de Ponce. Es un secreto a voces entre el politburó ponceño que Churumba murió de una sobredosis de droga. Aunque se debe decir que nadie muere realmente de una sobredosis. Una sobredosis no es otra cosa que la gota que colma la copa, que es casi lo mismo que decir que a todo lechón le llega su Noche Buena. Cocó Vicéns, su médico de cabecera, se lo decía. "Hombre, deja eso; piensa en Madeline, en las nenas", le dijo alguna mañana, con tono paternal y cierto aire de senilidad, mientras leían los periódicos en el "remanso de paz" de los Cordero. Su amigo César recuerda muy bien aquella confusa madrugada, hace muchísimos años, en que Rafi lo despertó, convocándolo inmediatamente a su apartamento en la calle Isabel. El segundo hijo de Hernández Matos hizo lo que le pedía su amigo hiperactivo. A su llegada a la residencia de Cordero, César lo encontró en el balcón, hablando con un amigo. "Rafi, ¿qué pasó? ¿todo está bien?", le preguntó con un tono genuino de preocupación. A lo que Churumba contestó: "Sí, chico. Es que estábamos hablando de algo y queríamos saber tú opinión". "¿Y para eso tú me llamas a las dos de la mañana?". "César, para qué son los amigos sino pa’ joderlos." Esa noche, César descubrió lo que sólo ahora se puede decir en voz alta: Churumba era un adicto del café prieto.