Can the subaltern speak? Las poscolonias y sus gestiones en el Mundial de Fútbol 2006

Por Tomás Redd™

Especial para Estruendomudo

Los jugadores de Trinidad y Tobago empataron y lucieron sólidos contra los suecos, desafiando todos los pronósticos. Igualmente, Angola y Costa de Marfil perdieron por diferencia mínima. La escuadra de Ghana, con su espectacular portero, Richard Kingston, perdió (2-0) pero jugó un buen partido contra Italia. Los expertos no se esperaban esta demostración, a pesar de que, en mundiales anteriores, equipos poco conocidos como Camerún (en el 1990 derrotó a Argentina en la primera ronda) y Nigeria (ganó frente a España en el 1998) han demostrado cría, talento y hambre de más. Es hora de que reconozcamos que en el fútbol todavía la tradición y las “historias oficiales” juegan un papel demasiado grande. Bajo este manto de ignorancia ¿podremos apreciar el fútbol de las jóvenes repúblicas en este mundial?

En los ochentas y noventas, un grupo de intelectuales de la India y otras regiones del globo que habían vivido en carne propia las colonizaciones del primer mundo se organizaron para formar grupos de estudios enfocados en realizar nuevas miradas a la experiencia colonial. Estas tribus académicas querían proponer, entre otras cosas, una nueva historiografía sobre los sujetos oprimidos: cómo se resistieron, qué nuevos discursos o retóricas plantearon y qué identidades se forjaron y desde dónde. Empleando el término “subalterno” para describir al de abajo, el jodido, construyeron numerosas teorías que buscaban contrarrestar las explicaciones consabidas que el marxismo hardcore y el eurocentrismo habían adelantado sobre la experiencia bajo sus opresores. Una de las preguntas medulares en el gran debate de los estudios coloniales ha sido expuesta por Gayatri C. Spivak, una filósofa de Calcuta: Can the subaltern speak?

La contestación a esta interrogante tiene demasiadas vertientes, tantas que probablemente es uno de los temas de tesis más abordados en la academia progresista. Más bien, la preocupación de Spivak sirve como una provocación, una invitación a un diálogo interminable que se alimenta con las aciertos y desventuras que se viven en las otrora colonias. Así mismo han jugado los equipos “desconocidos” en este mundial. Se han aprovechado de la incertidumbre y su estatus como descartados para incendiar ánimos y desesperar a sus rivales. A la misma vez, han logrado que uno que otro periodista tome nota y, en el caso más optimista, intente entender que han venido a representar algo más que una bandera y un himno.

El resultado más impactante, por mucho, es el empate entre los soca warriors y los suecos. Cuando cualificaron los caribeños, un reportero de AP exclamó: “Anything other than three straight defeats will be a surprise.” Las apuestas los ponían en el último lugar y con buena razón pues su desempeño en las fases de calificación no era nada impresionante- sus grandes victorias fueron contra los dominicanos y St. Kitts y Nevis- y luego de once intentos lograron llegar al gran torneo (en el 1990 por poco lo logran). Los muchachos de Trinidad y Tobago no llegaron a Alemania pensando que lo importante era cualificar, ellos vinieron a meter goles y ganar partidos. Para esto, sacaron del retiro a Dwight Yorke, ex jugador del Manchester United y ganador de la Champions League en el 1999, y convencieron a Russell Latapy, veterano de 37 años y antiguo miembro de los Rangers de Glasgow, para que se sumaran al sueño de jugar contra los mejores del mundo.

El verdadero héroe del partido fue el portero Shaka Hislop quien efectivamente paró todos los bombazos de los rubiones suecos, especialmente los del goleador de la Juventus, Zlatan Ibrahimovic. Todo esto mientras contaba con sólo 9 compañeros de equipo ya que John Avery se ganó 2 tarjetas amarillas y tuvo que ver el resto del partido desde las duchas. Las palabras del entrenador Leo Beenhakker sintetizan lo que muchos fanáticos entendimos después del partido: “You could see in the game today that there are no more small fish in international football. My boys put the big boys in their place tonight. Of course they had more chances and higher-quality players, but we fought hard all game long. That what is on paper is very seldom the same as what you find on the pitch. This is football, not mathematics and two plus two very seldom equals four, usually it’s three or five.” Ciertamente, las viejas fórmulas no sirven para interpretar los resultados recientes.

Los Elefantes de Costa de Marfil también dieron de qué hablar. Se enfrentaron a los Argentinos en lo que se esperaba fuera una masacre. La selección gaucha llegaba con el orgullo mancillado luego de haber perdido en la primera ronda del último mundial. Fueron vencidos sólo 4 veces en la ruta hacia Alemania y traen consigo a Juan Román Riquelme, uno de los mediocampistas más impresionantes del trorneo, y a Lionel “La Pulga” Messi, el futuro del fútbol nacional argentino. La “balacera” se dio, pero al final los africanos no contaban con cuerpos tendidos en el piso. Riquelme había organizado dos goles fenomenales, uno que marcó Hernán Crespo (minuto 24) y otro cobrado por “El conejo” Saviola (minuto 38). Didier Drogba, “El Maestro” y gran anotador del club inglés Chelsea, se encargó de no dejar a su equipo en coca. Su compañero Bakary Koné le cruzó un balón que pudo encajar en el fondo de la malla de Abbondanzieri. Los argentinos nunca jugaron cómodos. El final del partido fue totalmente emocionante pues parecía que los elefantes se crecían y en cualquier momento callarían los gritos de Diego Armando Maradona, que saltaba y vitoreaba a sus muchachos desde las gradas.

En el tercer partido del domingo se le sumaban páginas a la saga histórica de dos países con un pasado tormentoso. Angola, antigua colonia portuguesa, se enfrentaba al viejo opresor en su primer partido en una Copa Mundial. A pesar de que la bienvenida no fue nada placentera, las “Palancas Negras” probaron que ahora las cuentas se arreglan de otra manera. Paciencia tienen de más pues luego de ganar la independencia en 1975 soportaron 27 años de guerras civiles que cobraron un millón de vidas y enviaron a otros millones a vivir como refugiados. Si han esperado tanto por la paz, seguramente el primer gol estaría a la vuelta de la esquina.

Su mejor jugador e integrante del club portugués Benefica, Pedro Mantorras, no comenzó el partido y tampoco pudo marcar la diferencia. Del lado portugués tampoco se vieron genialidades salvo el primer gol que llegó cortesía de Pauleta servido por el galáctico del Real Madrid, Luis Figo, en el cuarto minuto del partido. Portugal vino con una selección bastante sólida que también incluye al delantero del Manchester, Cristian Ronaldo y el mediocampista estelar del Barcelona, Deco. A diferencia de la selección de Angola, cuyos desconocidos jugadores estaban esparcidos por el mundo huyendo de la guerra, el pasado futbolístico de los lusos cuenta con grandes nombres como Rui Costa y Joao Pinto, miembros de la “Generación de Oro” que ganó el campeonato sub 20 de la FIFA en el 1991.

Quizás lo más impresionante del partido fue la reacción de la fanaticada. Los angoleños se ganaron el estadio de la ciudad de Colonia (la coincidencia con el tema de los estudios subalternos es espeluznante) con su determinación y espíritu de lucha. Andre Macanga, mediocampista, expresó la emoción que sintieron: “It was amazing to see all of that support in the stadium, and to hear the noise coming down from the stands. And I’m sure that back home in Angola, people would have been glued to their televisions.”

Esta actitud resume la mentalidad de muchos de los jugadores de las selecciones desconocidas. Tienen mucho que ganar aunque el marcador no les favorezca pues en la mayoría de los casos, gracias a las balas, las divisiones étnicas y al colonialismo, ya han perdido mucho. Entre sus planes también está ser firmados por algún club europeo que les pague lo suficiente como para poder olvidar los desagravios de su pasado y acumular capital. Ellos también tienen derecho a ser capitalistas.

En Costa de Marfil se vive una guerra entre los islámicos del norte y los cristianos del sur. Angola apenas se recupera de los estragos de generaciones bajo las descargas de AK-47’s y las luchas entre el clan de Savimbi y el MPLA. En Trinidad y Tobago (T&T) apenas comienzan a registrar un crecimiento económico sostenido. Los “subalternos” han llegado al escenario deportivo más importante, no a competir de cara a cara con sus verdugos (además de Angola, T&T se medirá a Inglaterra, su viejo colonizador) sino a redefinir el significado de la victoria. Su expresión máxima se da cada vez que entran a un estadio, pues muchos de ellos han salido ilesos de partidos improvisados donde la amenaza más grande no es ceder un penalti sino pisar una mina terrestre. Su éxito se mide en el número de retrógrados y anormales racistas que en vez de soltar gemidos de monos se quedan boquiabiertos ante su arte con el balón. Su gran gesta es saber que, al menos por 90 minutos, millones de personas hacen una pausa en su agenda bélica para compartir alrededor de un televisor y animarlos en la distancia. Si estas hazañas no logran contestar la pregunta de Spivak, el mundo no se merece una Copa Mundial.

bastimento@gmail.com

Mala suerte

De la Redacción de Estruendomudo

Descubrir que no es positiva
la prueba de la amistad
entonces
aplicar la ética en este mundo de extraños.

Posas
y en la otra esquina
fraude.
¿Cómo se sale
de las trampas de la fe
en los ascensos sociales?
Nuevas adquisiciones de violencias contra uno mismo
mutilaciones sin cicatrices
se ruega la expiración de tratamientos.
A veces sueñas con un itinerario
que señale en rojo fechas
y resulta que tachas.
Culpas a los libros.
Palabras de aliento:
“fuera de aquí,
nadie me espera al otro lado”.

Mundial de Fútbol: Comienza el partido (No pun intended)

Colaboración futbolística de Tomás Redd™

Me atrevo a soltar esta nota porque me aterra pensar que los únicos eventos emocionantes en esta isla tienen que ver con las despedidas de esbirros del gabinete gubernamental y la nueva entrega literaria de Angel Lozada. Mientras miles de metropolitanos nos lavamos la boca con agua La Montaña comprada en el colmadito de una gasolinera, gracias a una avería forzada, una quinta parte de la humanidad se adentra en la saga del deporte rey: La Copa Mundial. Algunos aficionados inclinados al fair trade, la justicia global, la diversidad cultural y el café orgánico, entienden que este es el evento mediático más importante pues todos los rincones del mundo están representados y, al menos por un mes, los gringos no tocan ni mucho pito ni flauta. Para otros, aquellos que creemos en la rivalidad férrea, asumimos una nueva nacionalidad flexible que raya en el absurdo y organizamos nuestras vidas alrededor de las transmisiones en vivo de Univisión, los 64 partidos que se jugarán en Alemania son dosis placenteras de una droga exquisita. En otras palabras, para los que no se han enterado, fuera de nuestras costas está pasando algo grande, quizás demasiado grande para nosotros, para tod@s. Gracias a mi incesante deseo por convertirme en periodista o crowdsourcer extroirdinaire y la sed de noticias deportivas que demuestran los lectores de este medio, estruendomudo me ha comisionado una columna cultural/gutural/semi-macharrana dedicada a la orgía deportiva mundialista. Comienza el partido (no pun intended).

Klinsmann respira profundo y Ecuador cobra una deuda

A Noel Algarín quien fue enviado a Alemania para “educarnos” sobre el fútbol

Hoy los jugadores de la escuadra alemana se despertaron con una carga histórica más liviana. Anoche, en un estadio de Munich lleno tepe a tepe, lograron vencer convincentemente (4 goles a 2) a los Ticos, una selección que nunca ha sido una potencia futbolística pero que cuenta con varios jugadores de buena monta que pueden hacer daño.

El entrenador de Alemania, Jurgen Klinsmann -leyenda viviente del fútbol germano y miembro de la escuadra campeona del mundial en 1990- se expresó satisfecho con la victoria de su equipo a la vez que ofreció excusas por permitir que su rival anotara: “We were a little nervous both before and during the match. Because of that we made a couple of mistakes and gave away two goals.” Las declaraciones de Klinsmann demuestran un lado hasta ahora desconocido en el juego alemán: la vulnerabilidad. La imagen popular de frialdad o dureza se derritió con las declaraciones del coach. Un individuo que ha sido criticado consistentemente por expresar un interés en revolucionar las instituciones futbolísticas de su país, coachear al equipo mientras reside en Los Angeles con su familia y ser un tipo plain spoken, hijo de un panadero de Stuttgart.

Si bien los finalistas de la copa del 2002 demostraron que su defensa es quebrantable, también hay que mencionar que, gracias a una leve lesión, jugaron sin su nueva estrella, Michael Ballack, mediocampista de 29 años nacido en el lado socialista de la muralla y pieza indispensable del club Bayern Munich. Oliver Kahn, portero ganador del premio al mejor jugador del Mundial del 2002, tampoco jugó pero las razones detrás de su ausencia hay que preguntárselas a Klinsmann.

Los Costarricenses regresaron al mundial buscando mejorar su desempeño mundialista. En el 2002 fueron eliminados en la primera ronda del torneo luego de ganarle a China (0-2), empatar con Turquía (1-1) y recibir una casi paliza (5-2) propinada por los campeones, Brasil. Regresan al torneo con Paulo “La Cobra” Wanchope, el único jugador de su país que ha tenido una carrera exitosa en el fútbol europeo y que recientemente ha vuelto a las filas de un club en su país natal. La mayoría de sus compañeros de juego salieron del club Saprissa “El equipo de Costa Rica” que en el 2003 fue comprado por un empresario mexicano dueño también de las Chivas de Guadalajara.

Como bien dijo el entrenador Tico, Alexandre Guimaraes, los costarricenses jugaron bien pero salieron sin nada al final. En los primeros 17 minutos de juego se registraron tres goles. Primero anotó Alemania (minuto 6) con un bombazo de Philipp Lahm luego de burlar o “gambetear” efectivamente a un defensor de Costa Rica. Luego le tocó a Wanchope (minuto 12) quien cobró efectivamente en un “mano a mano” contra el portero Jens Lehmann (que juega para el club Arsenal de Inglaterra, subcampeones de la Liga de Campeones europea). En el minuto 17 Miroslav Klose, el jugador del partido, anotó el primero de 2 goles que registraría en la tarde.

Luego de la avalancha inicial llegó la calma. La fanaticada alemana estaba bastante impresionada con la reacción de los muchachos de Guimaraes y en ocasiones se percibían baches de silencio. El control del balón lo mantuvo Alemania y Costa Rica se dedicó a defender, no muy efectivamente, casi todo el partido. Wanchope volvió a cobrar de cara al portero faltando 17 minutos de los 90 reglamentarios. Cerca del fin, los teutones se crecieron de nuevo, Torsten Frings soltó una patada impresionante desde bastante lejos que puso a volar al guardameta Porras y terminó dentro de la malla. El golazo logró cautivar a Claudia Schiffer, la supermodelo germana y anfitriona de Project Runway, quien minutos antes acompañó a Pelé al terreno de juego en la ceremonia inaugural.

En el otro partido del día inaugural los ecuatorianos se midieron a la selección de Polonia y se alzaron con una victoria sorpresiva (0-2). A primera vista este partido aparentaba ser un encuentro medio charro entre dos equipos poco conocidos. Sin embargo terminó siendo el partido del día. Fue un encuentro cerrado, sumamente físico y hábilmente jugado por ambas escuadras.

Los ecuatorianos engañan pues aunque cuentan con jugadores que han tenido algo de suerte en el extranjero, no son tan conocidos como los polacos Zurawski y Smolarek. No obstante, previo a llegar a Alemania los jugadores de La Tricolor le ganaron a Brasil y Argentina. Vale la pena aclarar que estos juegos se dieron en Quito, a más de 9 mil pies de altura, donde la gente se descompone con altitude sickness. Fuera de la capital la historia fue otra: sólo ganaron un partido frente a Bolivia (a 12 mil pies de altura).

Las águilas blancas de Polonia son conocidas por su ataque, pero en el estadio de 5 estrellas de Gelsenkirchen, un pueblo medieval y minero, no pudieron marcar goles gracias a una defensa hermética liderada por el juego rudo del ecuatoriano Giovanny Espinoza. Ambos equipos se dieron duro- el árbitro principal japonés sacó la tarjeta amarilla 3 veces- y los goles no llegaron con facilidad. El mediocampo parecía un ring de lucha libre donde volaban cuerpos y se soltaban bimbazos. En el minuto 24, Tenorio encontró el gol. En la segunda mitad llegó el otro cortesía del “Tín” Delgado, el primer jugador ecuatoriano en llegar a la liga Premier inglesa.

Luis Fernando Suárez, el entrenador del lado ganador, sacó pecho al final del partido y explicó que ganaron en un estadio pegadito al mar y cerquita de Polonia. Los ecuatorianos le están pasando la factura al mundo del fútbol. Más allá de las locuras de su ex presidente Abdalá Bucaram y la proeza de su héroe deportivo nacional, el caminante olímpico Jefferson Pérez, el mundo está tomando nota de un país pobre de 13.2 millones de habitantes olvidado en un rincón de Suramérica. Para qué les sirve eso, aún no sabemos.

Los polacos al igual que los germanos están luchando contra sendas sombras históricas. El mítico equipo de Alemania del 1954 que le ganó a los Húngaros de “Cañoncito Pum” Puskas, las victorias en el ‘74 y el ‘90 de Franz “El Kaiser” Beckenbauer –como jugador y entrenador, respectivamente- y su pasado genocida mantienen a los anfitriones de la Copa en un estado constante de preocupación pues la marca del éxito que se traduce en aprobación popular es difícil de alcanzar. Sus vecinos geográficos andan en las mismas. Tras haber llegado al tercer lugar del torneo en el 1974 y el 1982 no han podido sacar la cara por una nación que le cuesta redefinirse luego de un tortuoso pasado soviético. Evidentemente el fútbol es mucho más que un juego.

bastimento@gmail.com

Francisco Font Acevedo critica la nueva novela queer de Angel Lozada: Apostilla de la crítica por Manuel Clavell Carrasquillo

Crítica de Francisco Font Acevedo, de Radio Universidad de Puerto Rico

Apostilla de la crítica a “No quiero quedarme sola y vacía”: Pues te jodiste, mija

Por Manuel Clavell Carrasquillo

La censura literaria ocurre en Puerto Rico

unos cuantos deciden qué se lee y además pretenden ser intocables

entonces comienza la circulación de las mentiras y los golpes bajos
los pactos se sellan trasbastidores

las manos comienzan a temblar

las tribus de uno y otro lado se transforman en cheerleaders

la mayoría no sabe lo que está pasando pero agita banderas comoquiera

les entregan sus libros a los mercenarios de la cultureta

uno tras otro como corderitos

comulgan

con el mínimo de esfuerzo requerido

no saben lo que es un contrato editorial

algo que supone de dos partes en igualdad de condiciones, al menos

no quieren exigirles calidad y compromiso a los editores

sólo quieren publicar a toda costa

sin que les tumben la pajita

sin preocuparse por ser editados

no se elevan los estándares

los editores no leen los textos que publican

después quieren cortar párrafos que les molestan

después gritan a los cuantro vientos que para publicar bajo su nombre “hay que vender el alma”

corren tiempos de cinismo fáustico y de saqueos

y los anaqueles con las mismas telarañas

esbirros escritores arrodillados

editores entregados a la chapucería y el paternalismo decimonónico

nadie quiere profesionalizarse
quejas y más quejas pero nadie hace nada

sólo algunos se atreven a entablar demandas

sólo algunos se atreven a denunciar con fundamento

sólo algunos se meten en la producción de un buen libro

chijí, chijá

que continúe el baile de las terribles portadas

de la falta de pago de regalías

de la falta de informes sobre los ejemplares impresos y vendidos

de la falta de distribución sistemática

de la falta de colaboración de los escritores con el proyecto editorial

del primadonismo de los escritores que se creen que se lo merecen todo

del glamour de pertenecer al canon arrebatado y el canon soterrado y el canon establecido y el canon apestoso y el canon anticrítico

porque nada se puede criticar con coherencia y proyecto
todo lo que hacen nuestros compañeros es malo

o maravillosamente bueno

he aquí los escritores maravilla los beatos editores lo mejor o lo peor

nadie es humano

todos para el Pulitzer

y punto

nada más con los testigos.

-m.c.c.

oh my

Por Charles Bukowski

very painfull to write this
of course
but most poets are just big
tit suckers:
accepting readings
taking university chairs
praying for tenure
writing books on poetic
technique and
giving
lectures

very painful to write this
of course
but hardly as painful
as
attempting to read
their
Selected Works.

having said the above
there goes
my last chance
to join their
worldwide
circle
jerk.

En la foto, Bukowski en blanco y negro. 

Guerra del estáblishment contra lo fascinante y aterrador o Museografía y geriatría cultural en los medios del Estado Libre Asociado (Segunda Parte)

Por Manuel Clavell Carrasquillo
De la Redacción de Estruendomudo

Si el problema del arte en Puerto Rico es de contenido, entonces ni soñar que algún día será representado de forma seria y sostenida en los medios tradicionales del Estado Libre Asociado, dominados por la agenda cultural de las generaciones del 60 y el 70 más sus esbirros de las del 80 y el 90. ¿Habrá que conformarse con migajas?

Todo el arte puertorriqueño que se está produciendo en el contexto del trabajo sobre el tema de lo urbano, lo capitalista, lo postcolonial y lo posmoderno queda absolutamente degradado a un segundo o tercer plano –más bien a la invisibilidad– según lo que se percibe de los medios tradicionales del Estado Libre Asociado, transformados hoy día en instituciones geriátricas y museográficas.

Si bien se produce un descubrimiento diario de las tensiones políticas a nivel estatal y municipal, un panorama de tensiones deportivas y un explaye de tensiones faranduleras, los medios del estáblishment cultural del Estado Libre Asociado manejan con guantes de seda todos los contenidos artísticos que tengan que ver con lo fascinante y aterrador de los tiempos que corren y los espacios transformados de esta isla.

Pareciera que en este país tan pequeño todos estamos de acuerdo en que los gringos y su cultura constituyen el infierno y sus demonios, que aquí nadie ve televisión por cable, que nadie va al cine a ver lo que ofrece Hollywood, que nadie escucha otra cosa que no sea salsa o reggaetón, que nadie lee otra cosa que no sea referente a nuestra tierra, que nadie está influenciado por otra cosa que no sea la bomba, la plena, las alcapurrias y los bacalaitos fritos. Parecería que una población de cuatro millones y pico de personas continúa pendiente a las costumbres de los jíbaros, los hacendados y los ñames que cultivaban los esclavos libertos en el siglo XIX.

Según se presenta el arte nuestro en los medios del Estado Libre Asociado, este arte nuestro, autóctono, nacional y propio –nadie se confunda– de nosotros, d’aquí como el coquí, parecería ser la última trinchera de lo que “¿somos?” frente a la penetración del maldito jincho americano que nos quiere dominar a toda costa para robarnos el alma, que quiere decir flamboyán, abecedario hispano con eñe más che y el refranero popular que todos llevamos dentro.

Consultando los medios del Estado Libre Asociado uno puede llevarse la impresión de que aquí nunca tuvo lugar un proceso de modernización revolucionario -fascinante y aterrador-, que la isla no está absolutamente urbanizada, que la influencia mundial (globalizada) no penetra en todos los hogares, que no vivimos en un sistema capitalista vinculado por miles de maneras a los Estados Unidos, que esa relación política multifacética de Puerto Rico con los Estados Unidos es exactamente la misma que en 1952 y que necesariamente las cosas importantes que ocurren en el país tienen que discutirlas o representarlas a través del arte única y exclusivamente los hijos y herederos directos de ese momento histórico.

Veamos un ejemplo del teatro.

El pasado fin de semana subieron a escena en San Juan dos propuestas teatrales: una, en el contexto del Festival de Teatro del Tercer Amor (que no puede llamarse Festival de Teatro Gay por escrúpulos y pudores de los organizadores, para no herir algún endeble sentimiento) y otra en el contexto de la Casa Cruz de la Luna; una compañía vinculada al arte del performance. La primera obra se llama, nada más y nada menos que, El beso de la mujer araña (1976). La segunda fue titulada simplemente La biblioteca (2006). El beso de la mujer araña (repito, 1976) fue dirigida por la veterana directora Victoria Espinosa. La biblioteca (2006) fue dirigida por Aravind Enrique Adyanthaya.

Desde el punto de vista de los contenidos, El beso de la mujer araña (repito, 1976) es una obra absolutamente inofensiva hoy para el publico boricua; presenta una problemática que nada tiene que ver con el Puerto Rico contemporáneo. No menosprecio el valor de un clásico, pero me pregunto qué relevancia puede tener en una isla donde hay un marica suelto en cada esquina viviendo experiencias urbanas, de libertad política, de convivencia, comunitarias, etc., una cárcel tremebunda típica de dictadura latinoamericana en la que comparten celda una loca lumpen y perdida y un bugarrón revolucionario. Las cárceles boricuas tienen aire acondicionado, Jesús, están privatizadas, Jesús, y allí las locas pertenecen también a la mafia. Las locas cortacaras, Jesús, tienen poder.

Pues bien, ninguna. ¿Entonces a qué se debe el despampanante despliegue anticrítico y antintelectual de los medios del Estado Libre Asociado al cubrir este evento geriátrico y museográfico de 1976, repito? Sencillo: El beso de la mujer araña (repito, 1976) no representa ninguna espina enterrada en el tejido social de la isla. Todo lo contrario, El beso de la mujer araña (repito, 1976) desvía la atención (arroja una cortina de humo y rocía una cremita suavizante a los cuerpos de las masas) de la celebración del Día de Orgullo Gay (4 de junio) en las calles de la capital, todo un despliegue del poder económico y de convocatoria de la comunidad gay en Puerto Rico, fuerte, sólida y central (hace tiempo que se movió el margen de sitio) en cuanto a la industria del entretenimiento y el consumo se refiere. Otro cantar es el poder electoral y el del reconocimiento de sus plenos derechos civiles.

Entonces, ¿qué tienen que ver con esta realidad urbana, capitalista, postcolonial y posmoderna de la comunidad gay isleña de 2006 la loca lumpen y perdida del gran escritor argentino Manuel Puig y su bugarrón revolucionario, los tres de 1976? Pues nada, que son burdos paliativos contra lo fascinante y aterrador de la complejidad cultural de la verdadera comunidad gay que ocupa las calles de Puerto Rico en drag.

Esa complejidad es la que no aparece ni en la obra ni en los medios que la cubren y ese –precisamente- es el problema. Si se cubriera esa omisión de una manera crítica y no ascéptica, o sin el ay bendito de siempre, tan infantil, yo no estaría escribiendo este ensayo contra el estáblishment y entonces asistiríamos a la relevante puesta en escena de un clásico hecho y derecho o queer, escoja usted. Los clásicos se reponen con un motivo de peso, no a última hora, porque resulta que ningún dramaturgo boricua ha escrito algo que valga la pena subir a un Festival del Tercer Amor (puro eufemismo) en los últimos cinco años.

La otra obra, la que no recibió cobertura despampanante de los medios del Estado Libre Asociado, la que sólo fue mencionada de paso en los calendarios de actividades culturales, La biblioteca (repito, 2006), esa tuvo lugar en el Cementerio Santa María Magdalena de Pazzi en el Viejo San Juan. ¿Cuántos han asistido últimamente a una obra de teatro en un cementerio? Bueno, pues una cobertura seria por ahí empezaría. ¡Teatro en el cementerio, vaya ironía de la cuestión artística nacional! Esta es una obra que hiere todas las sensibilidades del público, que inserta espinas por todos los ángulos y que simbólicamente hace sangrar. Está basada en un cuento de Jorge Luis Borges (La biblioteca de Babel, 1941), así que también está basada en un clásico.

Sin embargo, el director Adyanthaya hace de ese clásico un experimento de alto riesgo perturbando a los espectadores en cuanto a sus convicciones sobre el dinero, la prosperidad, la seguridad, la certeza, la complejidad de la vida urbana, capitalista, posmoderna y postcolonial. Inserta heridas en el raciocinio invocando excentricidades y esoterías, convocando al público a que participe activamente de la puesta en escena, eliminando fronteras entre él y sus cocelebrantes, cuestionando precisamente el carácter sagrado de esa celebración artística. El público tiene que interactuar entre sí para resolver problemas, para enfrentar el miedo al vacío, para consolarse sin infantilismos en medio del absurdo. Surgen entonces iniciativas individualistas y comunitarias, líderes y seguidores que terminan trazando planes y obedeciendo para poder sobrevivir en la escena que ellos mismos han creado.

Entonces, es evidente el por qué del silenciamiento de este proyecto cultural antigeriátrico y antimuseográfico en los medios del Estado Libre Asociado.

A pesar de ello, las dos funciones de La biblioteca (2006, repito) fueron exitosas. ¿Por qué? Pues porque les hemos adjudicado demasiada importancia a los medios del Estado Libre Asociado y hemos subestimado los esfuerzos independientes que llevan mensajes de boca en boca a pesar de la exclusión, que por supuesto es deliberada y no casual. Existe una tendencia de los jóvenes de las generaciones del 80 y el 90 a depender de los medios para ver legitimado un producto cultural pero, al mismo tiempo, existe un movimiento fuerte y paralelo que excede clasificaciones generacionales que simplemente está dispuesto a lanzarse por el túnel centenario que separa el fortín de El Morro del cementerio de Santa María Magdalena de los Locos para llegar a la obra de Aravind. Para llegar a sumarse a cualquier iniciativa cultural desconcertante del estáblishment y el statu quo.

Para ello no se necesitan artículos, reportajes televisivos, reportajes radiales, entrevistas con el performero y director. Para ello se necesita tener voluntad de romper con la idea del arte promovida por los medios de la museificación y la geriatrización de lo que está ocurriendo en Puerto Rico. Para ello se requiere romper con el antiguo paradigma de lo que es una autoridad cultural y lo que no lo es. No hay duda, para muchos, los medios del estáblishment del Estado Libre Asociado no lo son.

¿Que las espinas de la cultura no pueden contra la “tiranía” ineludible de las ondas radiales, televisivas y el papel? Pues otros medios (se) hincarán.

-m.c.c.

Guerra del estáblishment contra lo fascinante y aterrador o Museografía y geriatría cultural en los medios del Estado Libre Asociado (Primera Parte)

Por Manuel Clavell Carrasquillo
De la Redacción de Estruendomudo

Si el problema del arte en Puerto Rico es de divulgación, entonces no hay espacio en los medios tradicionales para otra agenda que no sea la insularista, nacionalista y populista de acuerdo a cómo la conciben las generaciones del 60 y el 70.

Es sabido que las secciones culturales de todos los medios tradicionales están dedicadas a un servicio público geriátrico y conservador de valores antintelectuales, anticríticos y antivanguardistas.

Sus directores pertenecen a la finca de las vacas sagradas del Estado Libre Asociado educada en la tradición de la izquierda marxistoide que ha degenerado en la principal cantera de producción intelectual de melones o guardianes de los intereses del Estado.

Estos intereses, sin duda, son los de la extirpación de todas las espinas que hinquen la carne de los problemas del país y sus tejidos; sobre todo los que tienen que ver con su condición urbana, capitalista, postcolonial y postmoderna.

De ahí la insistencia diaria en la museología y la construcción de capillas a los beatos del régimen; las urnas funerarias de los guardianes de las mejores tradiciones excluyentes de los hijos del Estado Libre Asociado.

El desfile de personalidades para prender velas en las capillas es imparable: los cocolos de siempre porque aquí no hay rockeros, los pintores del pueblo porque los demás no se entienden, los escritores de verdá porque los demás no se entienden, los teatreros de compromiso con la patria o el Show de las Doce porque los demás no se entienden, los intérpretes del arte “clásico” porque el resto no se entiende o no edifica. En fin, salen las caras lindas, sólo las caras lindas, y no necesariamente las de mi gente negra, aunque esas caras bastante que guisan.

Muchas veces el problema no se reduce a la exclusión, sino al enfoque y al encauzamiento de los mensajes que sí incluyen. Impera en el discurso de los medios la bobería rimbombante al estilo del modernismo latinoamericano, el vitalismo reconstruccionista de los valores patrios perdidos u olvidados, la cursilería sentimental favorecedora del panismo y la compraventa de favores ideológicos, la estupidez de la solemnidad burocrática que hay que preservar a toda costa.

Entonces reculan los miembros de la generación del 80 y el 90 que luchan por obtener esas mismas posiciones en las capillas. Colaboran, pactan, imitan las estrategias de los guardianes del Gran Museo de la Cultureta Puertorriqueña. Un ñe-ñe-ñe aquí que circula a través de un e-mail que se envía una vez al año. Un ñe-ñe-ñe allá, en la reunión de los cuatro gatos que andan en la eterna queja de café y cafetín sin producir un ápice o produciendo para el museo o el asilo, que es lo mismo. Sobre todo, estos jóvenes permanecen callados o circulan como estaciones repetidoras en los mismos ateneos, en los mismos institutos, en las mismas culturas vivas, en los mismos telediarios y radiodiarios y periodiarios diciendo las mismas sandeces y argumentando con las mismas panfleterías o desviaciones bobas que los administradores de los pabellones de geriatría y museografía cultural que nos rigen.

Ese regimiento no es imaginario ni pequeño, lamentablemente: incluye la repartición de fondos y de espacios de exhibición. Incluye empleos y sueldos de toda una industria cultural subvencionada por el Estado. Incluye premios y cátedras, conferencias y viajes al exterior. Incluye conexiones con los mecenas. Incluye contratos para seguir reproduciendo el arte. Incluye condiciones pactadas para que entonces no te censuren.

Ante este panorama, es momento de aceptar que los medios del Estado Libre Asociado cubren todas las guerras menos ésta. Las secciones de hard news cubren todas las guerras políticas y a todos sus actores. Las secciones de deportes cubren todas las guerras deportivas y a todos sus actores. Las secciones de espectáculos cubren todas las guerras de las industrias televisiva y discográfica más todos sus actores. La única guerra que no se cubre en este país es la guerra cultural que acontece todos los días que aquí parece tener sólo un grupúsculo de actores: LOS MISMOS DE SIEMPRE SON LOS QUE HABLAN DE CULTURA. En la cultura lo que se cubre en esta isla es el consenso extirpador de todas las espinas.

Por esa razón, sólo los medios independientes y las iniciativas privadas como la de pasarse mensajes de boca en boca son las que están dictando pautas culturales y artísticas sin tener que dictarlas, valga la contradicción. Digamos que han asumido la ética del “enciende y pásalo”, la que tiene que ver con provocar para contagiar, la de transmitir a través de chorros de críticas e incoherencias, invitaciones, links y continuación de la conversación. La sostenida. Sólo en los medios independientes de la Égida Museo del Estado Libre Asociado los consumidores de arte participan de comunicaciones con lo fascinante y aterrador.

-m.c.c.

*En el próximo artículo discutiré algunos de los problemas que tienen que ver con los contenidos del arte en Puerto Rico tomando como punto de partida la frase: “sobre todo los que tienen que ver con su condición urbana, capitalista, postcolonial y postmoderna”.

Sobre un tono apocalíptico adoptado recientemente en poesía

Por Federico Irizarry Natal

  • Del poemario Kitsch

Sentirse entre los rinocerontes;
reconocerse el asesino;
sacudir la gota de pis en el cenicero.

Todo ello
muy bien
puede ser poesía.

Agitarse en la biblioteca;
reírse en el confesionario;
aplaudir los novios que quedan solos en casa.

Todo ello
también
puede ser poesía.

¡Cuántas veces decirlo!

Bajo estas torpes luces de farol
una y otra vez lo repito.

Pero nada comprendes.

Insistes, por el contrario,
obsesionada en la misma pregunta:

“¿Qué es poesía?”, dices mientras clavas
en tu inquietud extraña un dedo inútil.

“¿Qué es?”, repites en la espera enorme
de recibir la falsa flor de siempre.

¿Qué es?”, insistes. Y no puedo más
que proponerme a replicar un duelo.

A estas alturas en que no se mata
ni se muere uno por amor,
ninguna otra puede ser mi réplica:

Poesía no eres tú.

¡Quien lo probó lo sabe!

Adjudican premio de microrrelatos del blog Estruendomudo

PRIMERA HORA

La Redacción del blog Estruendomudo (carnadas.org/blog) anunció este viernes que el premio de su certamen de microrrelatos confesionales fue adjudicado a María de Lourdes Javier, por un jurado compuesto por los escritores Mara Pastor, Guillermo Rebollo-Gil y Yara Liceaga.

El propósito del certamen, que ya cuenta con seis ediciones en dos años, es que los participantes desarrollen un relato breve a partir de un tema preseleccionado. En esta ocasión, debían develar un secreto, real o ficticio. Como la convocatoria coincidió con el “Premio Príncipe de Asturias 2006” y la “Palma de Oro” del Festival de Cannes-Mejor Guión al director español Pedro Almodóvar, la confesión debía ser cursi, kitsch o queer en honor a su estilo.

Entre las 28 participaciones narrativas, la más impresionante para el jurado resultó ser la de María de Lourdes Javier. Esta escritora de 24 años, que además es estudiante de historia del arte, publica en su blog: La No Aptitud para la Humanidad (http://laverdaddelasmentiras.blogspot.com/).

A continuación, el texto íntegro del microrrelato ganador, titulado “The Morning After”, con una entrada al estilo del escritor guatemalteco Augusto Monterroso: “Cuando desperté entre las sábanas sudadas me di cuenta no sólo de los trajes, pelucas y maquillajes que poblaban su habitación, sino también de que aquel hombre que dormía a mi lado tenía un pie más grande que el otro”.

La votación fue unánime y el jurado resaltó las cualidades humorísticas del microrrelato, que no sólo presenta un conflicto ingenioso en breves palabras, sino que mueve a la risa a través de una imagen inesperada que lo “resuelve”.

En la foto: Gael García en La Mala Educación, de San Pedro Almodóvar, Premio Príncipe de Asturias y Palma de Oro-Mejor Guión Cannes 2006.