Por Federico Irizarry Natal
- Del
poemarioKitsch
Sentirse entre los rinocerontes;
reconocerse el asesino;
sacudir la gota de pis en el cenicero.
Todo ello
muy bien
puede ser poesÃa.
Agitarse en la biblioteca;
reÃrse en el confesionario;
aplaudir los novios que quedan solos en casa.
Todo ello
también
puede ser poesÃa.
¡Cuántas veces decirlo!
Bajo estas torpes luces de farol
una y otra vez lo repito.
Pero nada comprendes.
Insistes, por el contrario,
obsesionada en la misma pregunta:
“¿Qué es poesÃa?”, dices mientras clavas
en tu inquietud extraña un dedo inútil.
“¿Qué es?”, repites en la espera enorme
de recibir la falsa flor de siempre.
¿Qué es?”, insistes. Y no puedo más
que proponerme a replicar un duelo.
A estas alturas en que no se mata
ni se muere uno por amor,
ninguna otra puede ser mi réplica:
PoesÃa no eres tú.
¡Quien lo probó lo sabe!