Guerra del estáblishment contra lo fascinante y aterrador o Museografía y geriatría cultural en los medios del Estado Libre Asociado (Primera Parte)

Por Manuel Clavell Carrasquillo
De la Redacción de Estruendomudo

Si el problema del arte en Puerto Rico es de divulgación, entonces no hay espacio en los medios tradicionales para otra agenda que no sea la insularista, nacionalista y populista de acuerdo a cómo la conciben las generaciones del 60 y el 70.

Es sabido que las secciones culturales de todos los medios tradicionales están dedicadas a un servicio público geriátrico y conservador de valores antintelectuales, anticríticos y antivanguardistas.

Sus directores pertenecen a la finca de las vacas sagradas del Estado Libre Asociado educada en la tradición de la izquierda marxistoide que ha degenerado en la principal cantera de producción intelectual de melones o guardianes de los intereses del Estado.

Estos intereses, sin duda, son los de la extirpación de todas las espinas que hinquen la carne de los problemas del país y sus tejidos; sobre todo los que tienen que ver con su condición urbana, capitalista, postcolonial y postmoderna.

De ahí la insistencia diaria en la museología y la construcción de capillas a los beatos del régimen; las urnas funerarias de los guardianes de las mejores tradiciones excluyentes de los hijos del Estado Libre Asociado.

El desfile de personalidades para prender velas en las capillas es imparable: los cocolos de siempre porque aquí no hay rockeros, los pintores del pueblo porque los demás no se entienden, los escritores de verdá porque los demás no se entienden, los teatreros de compromiso con la patria o el Show de las Doce porque los demás no se entienden, los intérpretes del arte “clásico” porque el resto no se entiende o no edifica. En fin, salen las caras lindas, sólo las caras lindas, y no necesariamente las de mi gente negra, aunque esas caras bastante que guisan.

Muchas veces el problema no se reduce a la exclusión, sino al enfoque y al encauzamiento de los mensajes que sí incluyen. Impera en el discurso de los medios la bobería rimbombante al estilo del modernismo latinoamericano, el vitalismo reconstruccionista de los valores patrios perdidos u olvidados, la cursilería sentimental favorecedora del panismo y la compraventa de favores ideológicos, la estupidez de la solemnidad burocrática que hay que preservar a toda costa.

Entonces reculan los miembros de la generación del 80 y el 90 que luchan por obtener esas mismas posiciones en las capillas. Colaboran, pactan, imitan las estrategias de los guardianes del Gran Museo de la Cultureta Puertorriqueña. Un ñe-ñe-ñe aquí que circula a través de un e-mail que se envía una vez al año. Un ñe-ñe-ñe allá, en la reunión de los cuatro gatos que andan en la eterna queja de café y cafetín sin producir un ápice o produciendo para el museo o el asilo, que es lo mismo. Sobre todo, estos jóvenes permanecen callados o circulan como estaciones repetidoras en los mismos ateneos, en los mismos institutos, en las mismas culturas vivas, en los mismos telediarios y radiodiarios y periodiarios diciendo las mismas sandeces y argumentando con las mismas panfleterías o desviaciones bobas que los administradores de los pabellones de geriatría y museografía cultural que nos rigen.

Ese regimiento no es imaginario ni pequeño, lamentablemente: incluye la repartición de fondos y de espacios de exhibición. Incluye empleos y sueldos de toda una industria cultural subvencionada por el Estado. Incluye premios y cátedras, conferencias y viajes al exterior. Incluye conexiones con los mecenas. Incluye contratos para seguir reproduciendo el arte. Incluye condiciones pactadas para que entonces no te censuren.

Ante este panorama, es momento de aceptar que los medios del Estado Libre Asociado cubren todas las guerras menos ésta. Las secciones de hard news cubren todas las guerras políticas y a todos sus actores. Las secciones de deportes cubren todas las guerras deportivas y a todos sus actores. Las secciones de espectáculos cubren todas las guerras de las industrias televisiva y discográfica más todos sus actores. La única guerra que no se cubre en este país es la guerra cultural que acontece todos los días que aquí parece tener sólo un grupúsculo de actores: LOS MISMOS DE SIEMPRE SON LOS QUE HABLAN DE CULTURA. En la cultura lo que se cubre en esta isla es el consenso extirpador de todas las espinas.

Por esa razón, sólo los medios independientes y las iniciativas privadas como la de pasarse mensajes de boca en boca son las que están dictando pautas culturales y artísticas sin tener que dictarlas, valga la contradicción. Digamos que han asumido la ética del “enciende y pásalo”, la que tiene que ver con provocar para contagiar, la de transmitir a través de chorros de críticas e incoherencias, invitaciones, links y continuación de la conversación. La sostenida. Sólo en los medios independientes de la Égida Museo del Estado Libre Asociado los consumidores de arte participan de comunicaciones con lo fascinante y aterrador.

-m.c.c.

*En el próximo artículo discutiré algunos de los problemas que tienen que ver con los contenidos del arte en Puerto Rico tomando como punto de partida la frase: “sobre todo los que tienen que ver con su condición urbana, capitalista, postcolonial y postmoderna”.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *