Por José Oquendo
Con la izquierda abrà la cortina y con la derecha mi bragueta.
El autor escribe desde el este de los Estados Unidos con la Cordillera Central boricua siempre en la piel y en la mente. La foto es del autor.
Segunda Epoca
Por José Oquendo
Con la izquierda abrà la cortina y con la derecha mi bragueta.
El autor escribe desde el este de los Estados Unidos con la Cordillera Central boricua siempre en la piel y en la mente. La foto es del autor.
Por Lucienne Hernández RodrÃguez
Era Viernes Santo, asà que buscó al Cristo de yeso, se lo acomodó en la falda y se escondió detrás de la puerta a decirle todas las malas palabras que sabÃa: “Coño, coño, coñoâ€. Mientras, su madre adobaba la sierra.
La autora, puertorriqueña, es acrtriz, vegetariana radical y profesora de teatro. Ha participado en las sesiones de teatro deportivo dramático y cómico, y pronto dará el salto al campo de la dramaturgia y la dirección de actores.
Por Gloria Carrasquillo Padró
Hijo e puta, ojalá y te caigas y te partas una pata cuando te bajes de la guagua, fuck you, canto e cucaracha blanca. ¿Pero dónde carajos tienes los ojos, no ves que esa pobre mami se está esbarrigando y tú, jodio gringo de mierda, no la dejas que se siente?
La autora es puertorriqueña y reside en El Bronx, New York. Todas las mañanas, para ir al trabajo, se enfrenta a los demonios que pululan los trenes y las guaguas.
Por Amanda
En su pesadilla, creyó que le susurraba, dulcemente, al oÃdo: tú podÃas haber sido mi único hombre.
La autora escribe la gran bitácora Siempre nos quedará ParÃs.
Por Rey Emmanuel Andújar
Haberte querido con la sangre debajo… para odiarte como si te hubiese parido; cosa de un dÃa.
Andújar vive en California, es dominicano y ha publicado en Puerto Rico la novela El hombre triángulo. Además, publicó aquà el hÃbrido titulado El factor carne.
Por Isabel Batteria
Le sonreà al cliente de oreja a oreja y le busqué el libro que me pedÃa, entre temblores, feliz, mientras ocasionalmente me olÃa el dedo, no fuera a ser que también notara el olor de mi vulva.
La autora, puertorriqueña, está vinculada al mundo de la publicidad y completa su grado de maestrÃa en escritura creativa. Forma parte del colectivo literario Derivas, pionero de la producción todos a una en la blogsfera, compartimiento boricua.
Por Juan Carlos Quiñones
A mà no me importa que tú seas un faggot, una tipo, un she-mail (sic), un vaquero pato o el village people entero, ese no es mi asunto. Yo te admito que estas bien buena, o bueno, o lo que sea, y si quieres follar después de la entrevista, pues metemos mano. Pero ahora lo que yo tengo que saber es si tú lo mataste.
-Yo siempre los mato. Siempre. A ti también te voy a matar. ¡MÃrate papi! ¡Si ya estás medio muerto de deseo¡ ¡Mira toda esa carne trémula, toda esa piel erizada, toda esa verga que se te quiere salir del pantalón!
-De la risa, sólo de la risa me matas tú a mÃ. Entonces, ¿lo del polvo vá?
-Papi, cuando tú quieras.
-Ok. Primero dime, ¿fuiste tú quién lo mataste?-le pregunté, sacando las esposas del bolsillo de atrás.
-¡Ah!- exclamó- ¡Si te me vas a poner kinky! Sà chulo, yo lo maté por ser tan bembón- rió
Yo también reÃ. Me estuvo gracioso el chiste. Pero ya tenÃa a mi culpable confesadito. HabÃa resuelto el caso.
-Ok mamita, volteate. Tú sabes que llegó la hora de las esposas, y no es bondage. Es que tu vas pa’ la jaula, y no es de las locas, ¿tú me entiendes?
-¿Me puedo retocar el lipstick?-preguntó.
-Dale, pero rápidito-respondÃ. Nunca he podido resistirme a la coqueterÃa. Eso un dÃa de estos me va a costar la vida.
-Gracias papichulo- respondió. Metió la mano en la cartera que llevaba, una cosa rosita y de lentejuelas, y sacó una .22 de esas bien chiquitas y ¡pum! ¡pum! me sopló dos tiros en la barriga. Llegó aquel dÃa de estos del que yo hablaba.
-Bella ingrata, ¿cuál es tu nombre?- le pregunté, por aquello de.
-Me llamo letal- respondió, y se quitó la peluca.
El autor, puertorriqueño, ha publicado la colección de relatos para adultos Breviario y La pandilla, que es para niños. Su libro Todos los nombres el nombre está en imprenta.
Por j.a. bonilla
Para que el futuro no venga a hipotecarnos el deseo, me hice la vasectomÃa.
bonilla insiste en escribir su nombre con minúsculas: es poeta y puertorriqueño. además, es narrador, crÃtico literario y editor. pronto sale de la Ãnsula en busca de grado doctoral en el extranjero.
Por José Fernández
Mis ojos le dicen que la odian, mi pulso dice que tengo una mirada mentirosa.
El autor, puertorriqueño, es aspirante al ejercicio de la abogacÃa.
Por Juan Dicent
Y mirando sus medias de terciopelo rojo deseé ser la reencarnación de Lorca o por lo menos llamarme Kika.
El autor, dominicano, publica maravillas y cosillas chulas en su blog, Blogworkorange.