Carta pública a mi madre, breve versión

Geeky MomQuerida Mom:

Anoche recordando, casi soñando contigo y con tus olores de pecho, leche y miel, volví al momento de la muerte de abuelo, a su locura y sus fuerzas sin límites que no se dejaban ir. El tronco del árbol. Después empecé a imaginarme cómo fue que lo cuidaste luego de la medicación y los ingresos y las prisiones medico-hospitalarias del loquero, de las mujeres que lo vestían a medias de los hombres extraños que lo aseaban de pies a cabeza de los viajes que diste hacia allá para visitarlo hasta el lecho de muerte y la tumba, las palabras de despedida de duelo, toda la ceremonia en fin.

La abuela ya es cosa aparte. Con los huesos hecho polvo, las carnes guindando. Una agonía lentísima que casi nunca asumió frente a nosotros en forma de queja ni lamento ni reclamo de por sí. Porque indirectas hubo. Señales de disgusto, recuperaciones, esta vez pude medirle el tiempo segundo a segundo al fin del sueño de la eternidad. Se apagaron los astros para siempre y nosotros en órbita viendo a ver hasta cuándo vamos a recordar para durar, ¿o es al revés?, querida mamá.

Brillo* Wharhol

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