A favor del procesamiento penal de los enemigos del arte que bloquean el Teatro de la Universidad

electronicEscribe manuel clavell carrasquillo

San Juan, Redacción de Estruendomudo El empresario de la industria de seguros y líder distinguido del Partido Popular Democrático Adolfo Krans anunció esta tarde por la vía televisiva, y su programa de radio Fuego Cruzado, que someterá una querella penal en contra de los estudiantes que interrumpieron y no permitieron la entrada del público al teatro de la Universidad de Puerto Rico en reclamo de participación en su junta de gobierno.

Los enemigos del arte tienen que ser procesados penalmente. No se puede permitir que la Política de No Confrontación de la Universidad se utilice como excusa para que el teatro permanezca abierto o cerrado de acuerdo con la voluntad de un grupúsculo de estudiantes molestos y desorganizados que pretenden interrumpir las actividades artísticas para conseguir poder en un órgano administrativo del Estado Libre Asociado. (Batatas políticas de la colonia seremos jóvenes y más). ¿Esta es la aspiración estudiantil que quiere quemar en la hoguera violonchelos, tacos y gabán?

No se puede perder de perspectiva que el modelo de administración de la institución ha cambiado. Tenemos un teatro que ha costado mucho remodelar y que ahora hay que mantener con sumas millonarias. No se puede perder de perspectiva que el mundo del espectáculo artístico es el mundo del dinero también. En esas circunstancias, es imposible pretender que la administración del teatro de la universidad permanezca en manos de una población flotante, que es la población estudiantil del Recinto de Río Piedras. Hoy están y mañana no, hoy están verdes y mañana también. ¿No es una cooperativa económica inclusive el Taller Cé?

El teatro lo tiene que administrar un cuerpo compuesto por gente que sepa de administración y producción de eventos artísticos. Por supuesto, además de la representación universitaria pertinente. En cuanto a la pertinencia, es fácil suponer que se trata de la Facultad de Humanidades, la Facultad de Administración de Empresas, los empleados, profesores, estudiantes y personas de la empresa privada que puedan llegar a tomar decisiones serias sobre la oferta cultural y todas sus dimensiones. No puede ser entonces la Hermandad de Empleados Excentos No Docentes ni la Unión de Juventudes Socialistas las que administren el teatro de la universidad.

Cuatro o cinco bocones que no tienen ni idea de lo que se debe o no se debe presentar en el teatro, tampoco de cómo se va a administrar, no pueden secuestrar el trabajo universitario en el campo escénico-teatral. No puede ser que unos chamaquitos en proceso de formación y bellaquera permanente con mínima capacidad de gobernarse ellos mismos decidan lo que va o no va a apreciar una comunidad universitaria enorme, que no puede asumir los costos de boletería, esa responsabilidad, los costos de mantenimiento, esa responsabilidad, los costos de contratación, esa responsabilidad, los costos de promoción, esa responsabilidad, los costos de utilidades, esa responsabilidad, la agenda del año y el presupuesto, esa responsabilidad.

En cuanto a la aspiración revolucionaria de pacotilla de los enemigos del arte, el colmo de colmos, estudiantes universitarios fanatizados con la enorme teta del estado Libre Asociado, estamos ante el fraude la de desobediencia civil. La desobediencia civil es un acto de reto a la ley que supone violarla y asumir las consecuencias de la violación. Es un reto al estado de derecho as we know it y conlleva la pena por el acto criminal, que en este caso es un acto de terrorismo criminal perpetrado contra la libertad de expresión artística presente y futura en la universidad. ¡Son los enemigos del arte, los que tienen como arma el terror!

De un lado, nos enfrentamos a un grupo de cobardes que no están dispuestos a asumir las consecuencias de sus actos políticos porque con la boca es un mamey. Si uno no ha abandonado el diálogo, el debate, el libre flujo de ideas en el contexto de una negociación; si uno se acepta animal político, racional y pensante, uno entonces tiene que agotar los mecanismos del estado de derecho antes de lanzarse a la desobediencia civil. Una vez lanzado, entonces uno tiene que ir a la cárcel por sus ideas. Tan sencillo como eso. Ir a la cárcel por las ideas e incluso la muerte por las ideas han sido los valores más altos de toda revolución. Esta, como no es de ideas sino de rebuznos, pues es una mierda de revolución.

Lo que pasa en la Universidad de Puerto Rico es que los héroes galopantes de hoy llegan en Pathfinder con la tarjeta de crédito de mami y la beca federal bajo el brazo a seguir chupando de la teta, abandonan la vía política y comienzan a impartir terror. Cancelan la discusión. Lo que pasa es que las ideas de los enemigos del arte no están claras, hay un montón de disparates en sus pechos henchidos de patriotismo banal, resentimiento de clase media wannabi, antiintelectualismo mediocre y no están convencidos de que para participar de la administración de lo que sea hay que saber hacer y hay que trabajar.

Hay que trabajar en mantener ese teatro vivo y decente. ¿Cuál es la propuesta estudiantil? “Que paguen los ricos”, luego, ellos deciden qué montar o desmontar. Hay que trabajar para que ese teatro permanezca abierto por los próximos 20 años. ¿Cuál es la propuesta estudiantil? Francamente no sé. No ha podido ser esbozada, discutida y presentada en los foros correspondientes. Quizás, lamentablemente, no la hay.

Ante ese panorama un bravo a Adolfo Krans y a la cárcel los desobedientes civiles, como debe ser. ¡Que permanezca abierto para siempre el teatro de la Universidad!

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