Escribe Manuel Clavell Carrasquillo
–Recinto de RÃo Piedras, Universidad del Estado. La Redacción de Estruendomudo recibÃo vÃa telefónica la terrible noticia de la toma del teatro principal de la Universidad de Puerto Rico esta noche por un grupúsculo de 50 estudiantes del CUCA (Comité Universitario Contra el Alza) y la Unión de Juventudes Socialistas (UJS).
El bloqueo tuvo lugar en el contexto de la reinauguración del primer centro artÃstico del paÃs luego de 10 años de clausura y silencio por remodelación. La actividad, en donde se presentarÃa la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico fue planificada como una gala benéfica de $1,000 por butaca a beneficio del fondo de mantenimiento de la estructura monumental.
“Se apostaron allà al frente en son de protesta y la situación se les fue de las manos. Exigen que los asistentes se quiten los gabanes (tuxedos) para entrar al teatro”, dijo con indiganación la señorita Hernández por teléfono desde el lugar de los hechos, ex alumna del Departamento de Drama, y añádió: “El concierto ha sido cancelado. Yo traté de cuestionarlos, soy de drama y conozco la situación, ellos están allà sin norte, porque sÃ, esto parece una justa atlética universitaria en vez de una protesta seria, ellos estan allà haciendo un party“.
Las consignas de los “huelguistas” se escuchaban a lo lejos y de ellas se desprende el “propósito” de la abrupta interrupción: “No a la privatización, en el teatro no”. En actitud beligerante, según confirman testigos del desplante, los del CUCA responden a la supuesta “entrega” del teatro remodelado a administradores ajenos al Estado y la Universidad, productores millonarios como Angelo Medina y Silverio Pérez, que integran la junta directiva de la institución.
Estruendomudo condena enérgicamente este disparate polÃtico seudoizquierdoso que demuestra una vez más el compromiso anti-intelectual de los lÃderes visibles del movimiento estudiantil más reaccionario que haya visto la Universidad en muchos años. Tomar el teatro por asalto en plena ceremonia de reinauguración es uno de los actos terroristas más terribles que se hayan cometido en nombre de una causa seudomarxista contra el arte en este paÃs.
Una cosa es censurar un procedimiento administrativo y otra impedir que la comunidad universitaria y los puertorriqueños disfruten de un concierto de la Sinfónica en su casa original.
El infantilismo de estos revoltosos de pacotilla sale a la luz pública de nuevo y en él se dibuja la falta de propuestas, estrategias, consciencia universitaria, seriedad y ceguera de un grupúsculo de tirapiedras wannabi que no tiene nada que aportar a la vida universitaria. Bestialismo, quema de libros y estatuas, ¡abajo el arte y el juego representacional! Son las fuerzas prosaicas de lo prosaico, el conservadurismo de la seriedad polÃtica mesiánica, los salvadores de lo politically correct.
Es más, la pandilla de la rabia y la griterÃa ha secuestrado por enésima vez el espacio de las ideas, de los conflictos racionales, del humanismo y el experimento social, de la democracia utópica; el lugar de la confrontación del pensamiento con la realidad. Parece mentira que los “hombres de gabán”, el público filantrópico que aporta mil dólares por butaca, esté allà defendiendo con su presencia la continuidad de las obras de restauración y el mantenimiento permanente -haciendo la revolución- mientras los barbudos capitaneados por Scott Barbés y compañÃa sean las retrancas históricas, los asesinos del arte, el grupo represor.
Más años de clausura para el mÃtico teatro se aproximan, porque los candados no son las cerraduras sino los ignorantes que se prestan para que en vez del sonido de la música brille la absoluta noche oscura de la mediocridad.