Escribe Guillermo Rebollo-Gil
Especial para Estruendomudo
con los labios tensos, cuarteados,
boqueando apenas la última sÃlaba
de una palabra extrema,
con un historial de fracturas y accidentes domésticos
debidamente documentado, incapaz de formular
un paréntesis entre tus dos mitades
para explicarte carnoso,
latente,
con la dentadura intacta aún para morderla
en la ingle,
con la caricia hecha añicos,
muerta a medio camino en el bajo de su espalda,
sin dejar de decir algo de peso acerca
de la capacidad expansiva de tus poros, hombros,
o abdomen,
bajo la nube nÃtida de su hedor mas instintivo,
como una pregunta abierta,
la cercanÃa se resume
en el hilillo de saliva que cuelga
entre tu boca y la de ella.