Respuesta a crítica de cine de Tomás Redd sobre North Country

Por Miguel Angel Siña Neyra
Desde Lima, Perú
Especial para Estruendomudo

 

Soy un extraño para ud., pero el hecho de que me haya topado, por esas circunstancias que nos impone la web cuando uno está buscando algo interesante para leer, con un texto en su blog, me hace dejar de lado mi resistencia habitual a comunicarme con un desconocido para compartir algo. Si estoy siendo impertinente, por favor deje de leer y acepte mis disculpas. La razón por la que le escribo es que ante el texto de Tomás Redd que usted publica en su blog me doy cuenta de que es muy fácil indignarse ante lo que la mayoría está dispuesta a hacerlo, es muy sencillo y muy común en estos días atacar al MACHISMO, hermanando subliminalmente, (no sé si adrede o por falta de reflexión) la masculinidad con la ignorancia, la violencia y todo lo concerniente a ese estereotipo del hombre abusivo que no puede aceptar que una mujer haga lo mismo que él o lo supere.

Le pido que observe a su alrededor, vea analíticamente los programas de t.v. que nos envía gringolandia, que escuche atentamente lo que dice la gente sobre ser hombre o ser mujer; es muy fácil reconocer "la heroicidad" de las mujeres que se enfrentan ante los machos de la especie para demostrar que ellas también pueden; si como en la reseña de Redd usted también cree que hay que indignarse ante los comentarios sexistas, entonces también le pido que se indigne por la configuración social a la que hemos sido sometidos, que nos dice que los hombres somos unos seres irracionales y violentos y las mujeres unas heroínas que se han liberado del yugo patriarcal para al fin ocupar el verdadero lugar que les corresponde en la historia de la humanidad. Por favor, lo que ahora estamos viviendo es un espejismo que nos quiere hacer creer que hombres y mujeres son iguales, lo cual, a parte de ser falso, es estúpido.

Solamente porque en estos tiempos es políticamente incorrecto decir que los hombres somos mejores en ciertas cosas en las que las mujeres por naturaleza no lo son y viceversa, no es honorable callar el daño que estos tiempos de afanes igualitarios están ocasionando: la desintegración de la familia, la falta de revolucionarios, la apatía y la miseria emocional que son los rasgos característicos de las nuevas generaciones; tal vez le parezca exagerado achacar todo esto a lo que seguramente muchos pensarán que es el justo y divino derecho de las mujeres a hacer lo que les plazca, pero el problema es que se está vejando lo que significa ser varón para lograr una falsa sensación de libertad feminista.

No sé si ha sido una mente diabólica o la dinámica autodestructiva del ser humano la causa de toda esta huachafada de la "liberación femenina" pero lo que sí sé es que se destruye la familia diciéndole a la mujer que ella merece su espacio, que el esposo la usa, y que el sexo es malo, sucio y peligroso, si las madres les dicen a sus hijos e hijas que su padre es un desgraciado abusivo, si se le enseña a los niños varones que ser hombre significa ser violento, inútil y peligroso, obtendremos las familias disfuncionales que tenemos, las jovencitas que quieren ser como la chica de alias o como Xena la vaca guerrera, todo esto es injusto. Indignémonos.

Este texto ha sido publicado luego de haber recibido la autorización escrita del autor.

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