Cuatro cuentos de cuernos: 15to al 17mo (Micro)rrelatos Eróticos Nuestra Señora de las Infidelidades

Por Elías Galarza
Especial para Estruendomudo

 

I.

Los hombres se reunían cotidianamente en La Esquina de Margot, el bar más famoso del pueblo, para jugar dominó, tomar cervezas y hablar de las últimas infidelidades desveladas por el fan club de La Comay. Casi todos burlados por sus compañeras, se complacían, sin embargo, en aquel recuento morboso –calle por calle- de las mujeres pegadoras de cuernos y de sus víctimas. Claro, cuando llegaban a sus propias calles, nunca faltaba una buena excusa para abandonar a sus compañeros de tragos y juegos. El viejo evangélico Ezequiel Santiago los miraba regresar a sus casas tambaleantes y apesadumbrados. Entonces hacía su oración diaria: “Señor, gracias porque los cabrones no cantan como gallos porque, si así cantaran, en este jodío pueblo no se podría dormir y Tú sabes que me tengo que levantar temprano todos los días”.

II.

Jorgito Álvarez se la jugó fría. Invitó a su novia de siempre, Leonor Salgado, a pasarla bien en el baile que aquella noche se celebraba en el Rotario. Luces casi apagadas. Boleros apretados. Sexos calientes. En medio de su creciente entusiasmo y al ritmo de “Bésame mucho”, Jorgito sintió que iba a estallar y apretando a Leonor contra su cuerpo, gimió: -Ay, Carmencita. La respuesta le bajó la nota: -Ay, Roberto.

III.

El viejo baturro levantó sus manos al cielo e imploró casi con lágrimas en los ojos: -Señor, concédeme que mi mujer nunca me sea infiel… -Ah, Señor, pero si algún día me es infiel, que yo no lo sepa. -Pero, si lo llego a saber, Señor, que no me esté malo.

IV.

Aquella noche, Andrés bebió, perreó y le dio fuete del bueno a cuanta girla se cruzó en su camino. Tranquilamente dormido en su apartamento, su compañero Joenel estaba seguro de su lealtad a toda prueba, de su fidelidad absoluta, de su estricto comportamiento gay. Terminada la fiesta, una joven mujer de negocios a quien Andrés había pasado por la piedra gritó a todo pulmón: “Ése sí que es un macho, carajo”.

Elías Galarza es Editor-Jefe de la Editorial El Nuevo Macharrán.

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