Especial para Estruendomudo
A él no le importó que sus piernas parecieran alambres de púa. El deseo era congénito al momento y su lengua, una caricia que se redescubría en la viscosidad fenestrada de cada empuje o cada beso. Fálico fue el estruendo de su mirada.
A ella no le importó consumirlo a sabiendas que todo eso tenía fecha de expiración. Aduló una sonrisa al saber que al menos en el espejo, sus cuerpos no mentían: se abrazaban, parpadeaban por instantes y justo cuando estaba por vencer algún temblor intermitente, retomaban el aire para prolongar sus estadías. Con luz o sin luz daba igual repetirlo. Sin embargo, ella se cuestionó que si la conjugación de los dos minimizaba el espacio de uso en la cama, cómo clasificarían los estudiosos la cantidad necesaria de lumens por pie cuadrado para una actividad como la de fundición de cuerpos.
No quiso volvérselo a cuestionar. Esa noche decidió que la próxima vez sería la última. Mas comenzó a dudar ante la duda: ahora cuestionaba cuántos lumens eran necesarios para cometer un crimen como ese y salir huyendo.
Jocelyn Pimentel, alias "Ojitos", puertorriqueña, se describe a sí misma: Futura arquitecta, capricorniana, bebedora de café con leche, aspirante a poeta, amante de la verdad, detallista, pintora "in the making"… // La revista Letras del periódico El Nuevo Día ha reconocido su obra poética al otorgarle en el 2005 una mención de honor en el Certamen de Poesía para Jóvenes Olga Nolla.