Especial para Estruendomudo
0. Un ojo mira extraño. Un ojo de almendra, el derecho para que no se equivoque, detiene o contiene un mar crujiente en el filo de su pupila. Un ojo de extrañeza, el izquierdo para que no se confunda, contiene el aire que detiene las aguas que a veces fallan al caer (el mar es peligroso si no se conoce). Pero advertí en la mirada, siendo ella la palabra de los ojos, que el mar puede ser más grande de lo que uno piensa y el aire, siendo un signo incontenible, puede soplar tan fuerte que puede apagar las cenizas del mar en la mitad de su espuma. Pero ¿Qué sería del mar sin un vientito que lo mueva? Será, entonces, una vasija de materia blanda en tranquilidad. Digo en tranquilidad porque todo animal después de una tormenta queda tranquilo, pensativo.
El cuento completo se puede leer en la edición del 16 al 22 de octubre de 1998 de la revista En Rojo, publicada en San Juan.