En debate: El pesimismo conservador de Sánchez Dragó

Sánchez Dragó: La cultura occidental ha llegado a su término
Agencia EFE
Miércoles, 7 de septiembre 2005

El escritor Fernando Sánchez Dragón afirmó en Arnedo que "la cultura occidental ha llegado a su término" y dijo que "igual que el primer y el segundo milenio han sido del Mediterráneo, el tercero es el del Pacífico".

Sánchez Dragó, que ofreció en la noche de ayer una conferencia en el XII Curso de Verano de la Universidad de La Rioja, que se celebra en Arnedo, añadió en una rueda informativa previa que "Japón, China, Indonesia, Corea, Vietnam o Tailandia se comen el mundo y no hay nada que hacer, ha llegado su momento en la historia".

A su juicio, "los europeítos están ciegos porque no se dan cuenta de que la cultura occidental ha llegado a su término y que Europa, en un plazo de veinte años, será el tercer mundo. La economía europea va para abajo y eso es irrefrenable, no podemos competir y debemos hacernos a la idea", También dijo que "en Oriente ha imperado siempre el espíritu de la negociación y en Occidente el de la confrontación", por lo que cree que "Occidente es un accidente mortal para la historia de la humanidad".

Para Sánchez Dragó, "el fin del mundo ya ha empezado, es un proceso en el que ya estamos inmersos y basta encender la televisión para ver lo que está pasando".

Según dijo, el actual "es un momento análogo a la decadencia del imperio romano" y añadió que "es impresionante constatar que todo lo que pasó entonces se está repitiendo ahora punto por punto".

Puso como ejemplo la existencia de "la nueva cocina, todas esas tonterías y disparates ya se hacían en la época de Roma" y aseguró que "El Bully de Ferrán Adriá era la casa de Lúculo en Roma".

Para el escritor madrileño, "la cultura está en abierta decadencia, sobre todo, por la confusión que se está produciendo entre cosmopolitismo y multiculturalismo".

A su juicio, "el multiculturalismo es la muerte de las culturas, la uniformización generalizada, la desaparición del criterio de excelencia y el todo vale, que nos conduce a una situación terminal de la pintura, la escultura, la arquitectura, la literatura, al pensamiento y a la religión que es otra forma de cultura".

Sánchez Dragó aseguró también que "los términos cultura, masa y espectáculo son antitéticos porque la masa puede ser espectacular y el espectáculo puede arrastrar a las masa, pero donde hay masa y espectáculo nunca hay cultura porque la cultura es reflexión, interiorización, concentración y el espectáculo es distracción".

Además, añadió, "por definición, es elitista y lo que hay que hacer no es rebajar el listón de la cultura al de la masa, sino conseguir que la masa se desmarque de sí misma y ascienda adonde está la cultura".

El escritor sostuvo que "la historia del arte se detiene hace un par de siglos, porque el arte es la búsqueda de lo sublime, la profundización en los conceptos de verdad, bondad y belleza pero cuando el arte busca lo lateral, lo deforme, la provocación, pierde el norte de lo sublime y deja de ser arte".

Para él, las obras creadas en los dos últimos siglos "son manifestaciones de una cultura en decadencia" porque "se busca lo feo, lo ruidoso, lo desequilibrado, lo no armónico" mientras que "el arte, para serlo, tiene que estar sometido a determinadas normas de armonía, equilibrio, buen gusto o buenos sentimientos en definitiva".

Según Sánchez Dragó, "pensar que puede haber cultura en un concierto de rock es un delirio absoluto, porque no es más que ruido, humo, un espacio en el cual se animaliza al ser humano".
Por eso, dijo que "el individuo que más detesto es Mick Jagger, con esas contorsiones brutales y horribles incitando a que las masas vuelvan al mono, confundir eso con la cultura es lo propio de una cultura que esta en decadencia, es la fase final de una civilización".

Puntualizando que no critica a las personas sino a sus obras, el escritor dijo que una escultura de Chillida "no es cultura, sino una lata de sardinas vacía y oxidada, aunque todas las plazas de todos los pueblos de España están llenas de esculturas de la escuela de Chillida".

Según Sánchez Dragó, "estamos en siglos oscuros, la religión ha desaparecido y se mantiene como liturgias integristas para atacar al otro".

En el ámbito de la literatura, afirmó que "la novela en el mundo occidental es un género totalmente agotado, porque ya no hay novelistas, hay funcionarios, y antes éramos escritores por vocación".

Agregó que "los best-sellers son un entretenimiento y un negocio, no pertenecen a la historia de la cultura, porque la cultura no es ocio ni negocio" y dijo que la celebración del cuarto centenario de El Quijote "es el perfecto ejemplo de cómo los poderes públicos nunca deben inmiscuirse en el mundo de la cultura".

Dragó dijo que "han conseguido que todos los españoles, incluyéndome a mí, que he sido siempre devoto de Cervantes y apasionado lector de El Quijote, oiga hablar de él y me entren ganas de vomitar".

Añadió que "no se ha ganado ni un sólo lector de El Quijote, sino que se ha convencido a muchas personas de que, como han visto una representación o a un papanatas leyendo diez líneas, ya lo han leído, así que hemos alejado a la gente de su lectura, ha salido el tiro por la culata".

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