Sea la luz; y fue la luz (18vo Microrrelato Paranoico)

Shadow Art by SwiftShadow777Escribe Isaías Santana Cruz

Nada atormenta tanto a Vanessa como su sombra. Está cerca de ella… de frente, de espaldas, lado a lado. Sea la luz; y fue la luz origina en su mente un continuo vaivén, semejante al del movimiento de un péndulo. Vanessa se distingue por una de sus características. Tiene la capacidad de hablar. Su “hermana casi gemela” permanece callada todo el tiempo. Esta situación produce un temor profundo en Vanessa. Es que su sombra permanecerá con ella…siempre. Sin pensarlo dos veces, Vanessa encuentra el momento propicio para establecer un diálogo con su hermana gemela. Espera que el sol proyecte su sombra desde un ángulo de 113 grados para encontrarse con ella. No obstante, su hermana gemela continúa esquivando toda oportunidad para comunicarse con ella. Vanessa suda copiosamente de sólo recordar esto. Sin embargo, Vanessa es una persona determinada y persistente. Busca otra oportunidad y decide hasta esperar el atardecer, cuando el sol está por completar su recorrido de oriente a occidente. Vanessa le ordena a su sombra que deje de continuar agonizándola, pero sus esfuerzos son inútiles. Vanessa trata otra vez y le ordena a su sombra que se mueva. Vanessa se mueve y cree que su sombra le informa que esa agonía terminará cuando ella alcance un estado de perfección absoluta. Vanessa continúa hablando y hablando, sin darse cuenta de su prolongado soliloquio. Continúa imaginando que su hermana gemela es uno de esos seres impuros que pululan por el Universo, con el sólo propósito de agonizar a la gente. Vanessa decide deshacerse de esta obsesión para siempre. Se viste de rojo y empuña su rifle. Camina diligentemente calle arriba y calle abajo de un pequeño pueblo. Sigue caminando hasta las 11:12 de la mañana. Se deteine a las 11:13. Se encuentra cara a cara con su hermana casi gemela. Levanta el rifle y apunta hacia su sombra. De pronto, se oye el ruido ensordecedor de una bala. Una multitud se congrega alrededor del cuerpo. A las 12:00 del mediodía, cuando el sol está en un ángulo de 90 grados en reación al cuerpo, la polcíia y el personal médico llegan al lugar de la escena. Vanessa no volverá a ver su sombra. Nadie la volverá a ver. Vanessa reposa sobre ésta. Alcanzó el camino que conduce al estado de descomposición material, poniendo así orden a su ya existente caos. Su lado negro existe todavía y espera comenzar su vuelo hasta encontrar otro ser en los planos inferiores de las regiones perdidas del Universo. Desde una de las regiones superiores, el espíritu maquiavélico de un psiquiatra sonríe.

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