Colindante y desamado: Un encuentro ‘sentimental shock’ con la maravillosa escritura de Arnaldo Sepúlveda

autosuccion

Escribe Manuel Clavell Carrasquillo

Amanecido luego de una noche deambulante por antros pleneros, mariconiles y lecciones de italiano improvisadas en fiesta de terraza ripedrense, me llegan en un sobre manila los dos libros nuevos del gran escritor Arnaldo Sepúlveda: “Autosucción” (narrativa) y “Jugar al escondite de Popa y su srto. Pinguín, colindantes y desamados / Son serán, o sonetos del hedor” (poesía) y me da un sentimiento tremendo. Recibo un cantazo de placer. Aquí hay material para largo rato de gozo con la palabra, experiencia que les recomiendo a ojo cerrado, porque Arnaldo es un escritor de provocaciones e intensidades, de densidades terribles y barroquismos inteligentísimos llevados hasta las últimas consecuencias de las alusiones y las referencias problemáticas y preñadas de sabor. Arnaldo escribe con sorna y fuego, con ganas de metérselo a uno por los ojos y joder por un rato jirviéndole a uno la jiguereta, trasteándole las entrañas a uno con viajes que van desde las formalidades estéticas del horóscopo hasta las proclamas gubernamentales, desde los rotos húmedos en pleno derrame hasta la chulería plena derramada de un seductor exquisito y guasón; de un hombre que definitivamente hay que sentarse a pata suelta y comisuras abiertas a leer.

Los libros estarán disponibles desde mañana sábado, 17 de mayo de 2008, en la librería La Tertulia del Viejo San Juan.

Juan Carlos Quiñones presenta el poemario “Boringken” de Urayoán Noel

Como un petardo en el culo del Rubikscube, or the Pilot, scratching his head in bafflement and bewilderment, his self utterly stunned and flabbergasted, makes the following announcement through the good ol’ guagua aerea’s PA system: “It seems that we’re not in Itaca anymore”

Escribe Juan Carlos Quiñones
Especial para Estruendomudo

Intro, o and do you need a tour inside her?: No sé si a ustedes les ha pasado que, haciendo el amor (esto va para aquellos extraños antropoides que aun practican este hypervicio megainútil, superprimitivo, extrapassé y ultraboring) algunas veces, pocas veces, veces contables diría yo, la cosa esta tan y tan rica que a uno le vienen ganas de hacerlo todo a la vez. Uno esta en misionera y quiere doggie y también quiere misionera, quid pro quo. Uno está on top y quiere que le caigan arriba de cantazo acariciando el suelo sin dejar el cielo contemporáneamente. Uno está anal y quiere recibir y dar por el culo, simultáneo. Uno está mamando y quiere mamar y que le mamen, paralelo (afortunadamente, las tecnologías de diseño anatómico divinas permiten esta última variante, seguramente no contemplada en el blueprint inicial). Uno besa la boca y quiere besar el resto de la epidermis en su totalidad y toda esa totalidad en el mismo y único instante total, como si uno fuera el universo entero y el universo entero fuera una boca universal, all on the same stroke. Uno grita o susurra una palabra en el oído y uno quiere que esa palabra sea todas las palabras existentes pronunciadas en el mismo soplo, y lo que sale viajando en esa exhalación es un gemido.

Well, pues así mismito me pasó a mi con este esquizo compuesto de palabras llamado Boringkén. Porque algunos libros, pocos libros, libros contables diría yo, son tan y tan ricos que a uno le dan ganas de leerlos de todas las formas posibles a la vez. Yo quería leer este texto como crítico literario, como payaso visionario, como newyorican, como intelectual, como borrachón irredento, como detective perseguidor de pistas engañosas, red herrings one might say, como Deleuze y como Guatari a la vez, in one fell sweep. Desde la asombrosa y a la vez in your face perspectiva panorámica de la amistad. Todo eso por medio peso. Esto es, que yo quería leer este libro como si yo fuera un escritor. De literatura a literatura (¿es Boringken literatura? ¿post-literatura? ¿Es este rubiskiu literatura para armar y desarmar? Will we live to tell the tale?). Respondiendo a la invitación que Ura y el libro me hacen con todo el arsenal disponible, haciendo stop en todas las estaciones y cayendo en todas las trampas que me tendía Boringkén. Esto me propuse, shooting from the hip a mil millas por hora, poniéndome todos los sombreros de la película a sabiendas de que no me quedaba ninguno. Esto porque ninguno me sirve y porque todos se agotaron. Ahora sí que ambas a la vez. Le digo a Boringkén como se le dice al amante, good food good meat good god let’s eat, dale, papi, vamos a tratarlo todo todo pero bien duro/mama, c’mon chica, let’s go all the way this time baby, cover all the bases, let’s do it all. Twice. Y el cabrón se mea de la risa/and the bitch smiles her crooked siren smile y entonces against all odds, él acepta y ella acepta. Y cumplen. Y defraudan. Ellos sí, el texto sí respondiendo desde una inmediatez a la que se me hace imposible acercarme, yo como lector

En fin, que yo quería atreverme a responderle a este texto practicando la osadía del amor. Porque si Urayoán se atreve a declararle su amor quebrado, fracturado, incompleto e imperfecto y tongue in cheek a Boringken del modo estrafalariamente sofisticado en que él lo hace en este libro: ¿porqué no iba yo a intentar componerle una declaración de amor empedernido, cutting-edge, de lengua, fist fucker, a Urayoán usando el subterfugio de escribirle una cartita fill in the blanks pidiéndole el sí a este libro que se llama Boringken? Esto es lo que hace Ura en este libro, entre otras cosas incontables. Componer. En el poema “El espantamultitudes” se establece con claridad esta vocación poética: “yo quiero ser/el que crea las cosas/ el que compone la ciudad”. Las ciudades no como lugares a descubrirse y a descubrirse, sino para escribirse como se compone un poema ¿Acaso no estamos entonces enamorados ambos de la misma puta? Yep. No sir. Ura, I want your baby. And the name/y los nombres de tu baby se llaman Boringken.

En la cama, como en la página, hay que decidirse. Esto significa limitarse, reprimirse, entregarse en latex suit a la delirante sumisión de la dominatrix más químicamente pura cuyo nombre es el tiempo. La escritura, como el sexo, es lineal, no importa las formas en que aparezcan ante la piel, los testículos, los ojos y la página. Porque ambas le pertenecen al tiempo. Primero así, papi, después asau corazón de melón. Primero X y después Y y después Z. Una palabra, después otra palabra y ya estamos en la línea y una línea y después otra y después otra y ¡fua! ya estamos en la página y una página y después otra y otra y ¡wham bang let’s go ma’am! Liber habemus. Pero esto, tanto en poesía como en cualquier artefacto compuesto de palabras, no ha de darse a los ojos simultáneo ¡flash!, estilo Polaroid, sino una pose, una posición detrás de la otra, una palabra detrás de la otra en fila india como dirían los antedichos misioneros. Ahora, tanto la escritura como el buen sexo ansían liberarse de esta prisión construida literalmente de cadenas significantes, zafarse de esta camisa de tiempo y estallar. Lograr hacer de lo lineal un evento. Alcanzar el climax de que todo ocurra al mismo tiempo, simultáneamente. Esto es, fuera del tiempo. Estos intentos gloriosos están siempre destinados al fracaso. Y los resultados de estos conatos de incendio suelen ser monstruosos. Algunas veces un atisbo de belleza logra asomar su cabeza de bestia prehistórica sobre la superficie turbulenta del lago Ness, y viene un tecno-turista post-patria y marca el lugar del avistamiento en su GPS, y toma una foto indescifrable con la cámara de su teléfono celular. Yo espero que esta noche sea una de esas veces milagrosas. Anticipando la anterior imposibilidad, voy meramente a mencionar algunos lugares que me Bregaron del tour incide Boringkén. Ustedes, lectores turistas de pacotilla, preparen sus camaritas celulares. Calculen sus coordenadas GPS’s. Saquen sus condones. The Pilot’s voice is heard through the flying guagua’s PA system, southern accent dancing with static: “Distinguished Boringpassengers/personas importantes, please fasten your seatbelts, ‘cause it’s going to be a bumpy ride.”

Hey ho! Let´s go!

Boringkén al cubo, o las partes exceden a su todo, o los fragmentos huyen de su imán, o what the hell…?: Snippets. Cookies. Morsels. Solo celajes. Pajitas que le caen a la leche. Malecones sin playa. Pantallas sin cines. Rieles sin andén. Teatros sin gradas. Acaso un simulacro del I Ching, o de aquella bola negra que auguraba collares de clisés futuros, ask again later. Oija boards, vasos levitantes, vasos comunicantes transparentes profecías codificadas de la A a la Z del 1 al 0 en el tiempo, eso te ofrezco. Te la vendo como me la vendieron. Te devuelvo el cafetal/como me lo endilgaron. Así me vino Boringkén. Así te lo paso a ti, para que tragues gordo. El Waffle tridimensional cuadriculado. Ensamblajes rubiskiú. Troceadito. En pedacitos. Encantitos. Pequeños encantos. Buen provecho.

Sir, the doctor will see you now, o !Ay bendito!, catálogo hipocondríaco de las dolamas que afligen, asedian, agobian, angustian, atrofian, aniquilan, atestan and otherwise le joden la vida al Señor Boringkén : Este es el cuadro clínico que presenta el paciente Mister Boringkén, according to el diagnóstico exhaustivo realizado por el Cardiólogo Pediátrico, a.k.a Dr. Benway Naked Lunch. El diagnóstico (ya se ha dicho) es exhaustivo; este listado no lo es. De cualquier malla sale un ratón:

-insolación
-catarro
-autopistas
-sarcoma
-bisexualidad
-afasia
-esclerosis múltiple
-espasmos, marasmo
-erratas (fe de)
-artritis
-chistes compartidos
-coma, melanoma
-alcoholismo, drogodependencia
-neuralgia, histeria
-comején
-flemas, toses, fiebres
-cicatrices
-desquicies
-convulsiones
-año de elecciones

El Cardiólogo Pediátrico, a.k.a. Dr. Benway Naked Lunch dixit

-esquizofrenesí, digo yo
-síndrome de negación, digo yo
-síndrome de retirada, digo yo
-coitus interruptus, digo yo

-política terminal, Herr Doctor dixit, digo yo.

El Presidente del Estado Vegetal or, this is a test of the Emergency Broadcast System: En el poema “Milagro medico en la Ponce de León” aparece el siguiente verso: “La política es un intento de saturación de espacio/(mediático o inmediato)”. En este sentido y solamente en este sentido de relleno, de flatulencia hueca, de simulacro, de conato, podría decirse que Boringkén es un acto, un gesto, un performance de lo político en la misma entraña del miedo, esto es, en el colapso jubiloso de lo político. Es el acto grandilocuente y tremebundo de reventar el rubiskiú para descubrir, después del estallido, que ha ocurrido una operación fatalmente fractal, full of fake fatalities. Lejos de una destrucción, una deconstrucción real y devastadora, a una distancia de millones de años luz de lo que se dice crítica crítica, ocurre un chinas por botellas, un salió por lana, un fiasco, un me cambiaron los muñequitos. El no-lugar en lugar del lugar. La utopía mostrando su rostro esquizofrenético, sus voces tan apalabradas que quedan radicalmente alejadas de las cosas. Rellenando los blancos/filling the fillings of cavity-ridden-once- white teeth con vacío. Cavity searching, one might say. Así gobierna el presidente residente del estado vegetal.

Remember, this is only a test.

.Multiple Choice/ilusión óptica de la opción, alucinación o el lugar en lugar del lugar: Selecciona la mejor opción de entre las perlas del siguiente collar de clisés:

1¿Dónde queda Boringkén?

a)Madrid b)Paris c)Estambul d)San Juan e)Orlando f)La Perla
g) Encantada h)Desecheo i)La perla encantada j) el guante izquierdo de tito trinidad k) la Luna l) Nueva York m) Isla de Cabra
n) el baño de los impedidos del aeropuerto L.M.M
o) Long Island Iced Tea p) Paseo Caribe q)el biodomo de plástico
r) Collores s) un libro llamado Boringkén t) el equipo de volibol femenino de Caguas u) una lata de Medalla v) cualquier urbanización cuyo nombre empiece con la palabra “villa” y/o termine con la palabra “heights” w) la tercera piedra semipreciosa de la diadema de la penúltima Miss Universe (Venezolana)
x) donde quiera que sea que nació tu abuela
y) todas las anteriores
z) ninguna de las anteriores

Back-forward, la historia de un doloroso comenzar, o regresar al principio para terminar y terminar de desmontar/reventar/remontar el rubiskiú: El placer metonímico-fetichista de la parte por el todo, de ver la totalidad en el fractal, defraudado. Frustrado. Yo podría intentar un método pos-radiológico-quirúrgico de disección virtual (“Le someto el bisturí/a las entrañas del miedo” dice la décima doce), esto es, no el reventón violento del rubiskiu sino el desensamblaje sistemático y la posterior clasificación de las partes, los cubos-en-el-cubo (una de estas cosas no es como las otras, una de esas cosas no es igual a las demás), la erección del catálogo, las flechas del diagnóstico. Pero no lo voy a hacer. Eso te toca a ti, o a nadie, o a la familia de todos nosotros, que nos son otros. Solo he intentado una prueba, saborear algunos chunks, degustar algunos morsels de este almuerzo desnudo. Canitas al aire. Samples. Salivaciones pavlovianas del good old estímulo-respuesta o reventar el rubiskiú para descubrir que lo que no mata engorda, o que lejos de hacer el cubo irreconocible a fuerza de ¡pum! y de invento y de poesía, the motherfucking cube se multiplica, se disemina, replicante, fractal, proliferante. Al carajo las camaritas celuares, los GPS’s, los MRI’s, los aviones caza-huracanes, las lupas, los microscopios, los radiotelescopios arecibeños exploradores de los mindscapes del alma colectiva (enormes animales antediluvianos ocultos en el fondo del lago/caño/crater para mejor escuchar las melodías astrales, dinosaurios a punto de ser jubilados). “Soy el sonograma del espejo en blanco”, dice algún poema extraviado en Boringkén. El trago gordo, el spoonful, el tostón, el Motherfucking beautiful bookfull Boringkén bellyfull of books-within-a-book cubes-within-a-cube te toca a ti, fulano the fool

tecno-turista-
post-patria-
pacotilla-
payaso-visionario-
virtual-
holograma-
hipócrita-lector

Yo voy a ti. La última la paga el diablo; la penúltima la pagas tú.

Mapa lante es que vamos: versión bellaca

Mambo

Escribe Manuel Clavell Carrasquillo

De acuerdo con el déficit de información boricua en cuanto a las elecciones quisqueyanas que se celebrarán este viernes, nace una urgencia de demostraciones públicas de cariños y arrebatos en la avenida Ponce de León, territorio blanco PRD, y el casco de Río Piedras, feudo del PLD incumbente en el pillaje y despilfarro. Este año informa la policía 132 querellas por agresión sexual en la isla, pero aún así hay espacio para bellaqueras finas aunque con cierta violencia no necesariamente codificada en tomos penales. Uno podría comenzar la noche de celebraciones políticas de la hermana república en el negocio de El Padrino, comiendo pechuga de pollo en salsa de setas con mangú y tocándose los huevos debajo de la mesa al tiempo que el acompañante le roza los muslos sin detener el acto de beber cerveza Presidente fría. La jornada de optimismo carnal y electorera continuaría en pleno baño del picapollo, con tiempo y espacio para una agarradera mutua y par de mamadas por encimita antes del derrame lácteo último debido al apretujamiento de la masa negra en el local con la vellonera puesta a todo volumen vomitando bachatas de Monchi y Alexandra. Cierta prisa por usar el baño pospondría el derrame para un turno posterior, quizás para cuando los chispitos de coca politiquera hagan más efecto.

Un avistamiento del caluroso verano intenso que se avecina en ese baño, mientras la multitud se queja porque tiene que entrar a echar una meada como parte de la ceremonia del exceso, se mezcla con el delirio del chispito de coca y produce un sueño mojado que tiene que ver con pegaera, más sudor y grajos. Los tígueres sudarán hasta que sus sobacos huelan a sexo más negro que la noche sin luna, al decir del doctor José Francisco Peña Gómez, y los demás envidiosos de sus olores bestiales y sus carnes calientes que piden más los tumbemos con la mirada hacia la brea y los desvistamos al unísono mientras las madamas agitan banderas blancas y alaban con arrullos necios a sus candidatos. Estoy segurísimo de que así es que vamos a acabar con el caciquismo, moldeando vergas erectas detrás de los mahones marca diablo en cada mítin, chupando bembas poco a poco en un compromiso de estado con la succión menos explotadora y cruel posible, que es el beso negro o de los negros consigo, más bien en un acto de cariño colectivo para suavizar manos callosas y sobar nalgas duras ensartadas en calzoncillos Kalvin con infalibles tácticas de masajistas chinas y aceites con olor a piña colada.

Eso se merece una pausa en el Mitsubishi Mirage que tiene la neverita de foam en el baúl llena de cervezas. (La pausa, obviamente, es para refrescarse). Otra Presidente con limón y dos jaladas de Marlboro.
Luego, podría trazar la meta de tres orgasmos detrás de los postes marcados con la propaganda y la figura del candidato Miguel Vargas Maldonado. Podría hacerlo por la patria y la unión de las antillas en el programa bolivariano del presidente Chávez. Pero a mí me está que es mejor quedarse en la frase del gran privatizador de Harvard en el momento del clímax de los tres negros molletos: yo les digo con la carita de yo no fui, apuntad sus matracones y vénganse ahora mientras puedan detrás de los carros mal parkiados, porque después de los lechazos correspondientes “mapa lante es que vamos”.

Pemex, Macondo y la Autoridad de Energía Eléctrica

pemex 

Por Manuel Clavell Carrasquillo

De la Redacción de Estruendomudo

La supuesta izquierda mexicana está debatiendo la privatización de Pemex, corporación pública de los petróleos mexicanos que aporta nada más y nada menos que el 40% del presupuesto gubernamental, mientras el personaje del Partido Revolucionario Institucional habla en la Cámara de Senadores reclamando garantías sociales de manera que las corporaciones foráneas no se lleven todas las ganancias para afuera. Denuncia que el subsuelo mexicano, de acuerdo con la constitución nacional, le pertenece al pueblo y también así el derecho de explotarlo. (Acá el problema tiene la forma de contienda sobre la titularidad de los bienes comunes y los linderos de Paseo Caribe). De esa forma, explica que el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática -derecha e izquierda juntas en maridaje terrible- pretenden permitir concesiones a las empresas privadas tratando de hacer pasar gato por liebre. No le llaman privatización a las medidas para que las compagnías compartan tareas con la petrolera del estado o se encarguen de ciertos asuntillos menores de administración de dicho monstruo. Le llaman colaboración o junte necesario para entrar en competencia fuerte con los demás países. Nuestro personaje aboga (en la alternativa a la no privatización) por una cosa sencilla: que se pacte con los chanchulleros de manera tal que si -en efecto descalabran Pemex atacándola como vampiros hasta que se acabe el oro negro- respondan por su eventual saqueo. Ello, ojo, no significa que desde la presidencia de Lázaro Cárdenas, el saqueo no haya operado; todo lo contrario. Otro personaje, esta vez periodista, segnala que Pemex, tal y como está, cundida de tanto sindicalistas como ejecutivos corruptos, tiene que repensarse reestructurando los sindicatos y su poder cuasilimitado. Hay un tranque porque ningún partido quiere meterle mano a la urgencia de sangrar el pus sindical en la medida en que hacerlo supondría la pérdida de ciertos guisos electorales. Esa parte no la imaginó García Márquez en el momento de plasmar el asentamiento de la compagnia bananera en Macondo y la consecuente fiebre del banano que culminó en la explotación desmedida, la fuga de capital, el empobrecimiento de la provincia literaria más famosa de América Latina y una gran masacre. Por el contrario, Elenita Poniatowska sí aborda el problema hurgando en los trapitos sucios de este tipo de transaciones en su novela “El tren pasa primero”. Cualquier parecido al debate local sobre la privatización de la Autoridad de Energía Eléctrica y los encontronazos con la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego es pura coincidencia.