Escribe Manuel Clavell Carrasquillo
I. Dust In The Wind – Kansas
Pido cojones de plástico para hacerle un altar a la organización
brújula barata para sumarme al culto unidireccional
medio de transporte público que me eleve.
Me convenzo del carácter compulsorio de estos ingredientes de poción
supersticiosa
y de las marcas en la frente con cenizas de mis muertos
porque I can feel “it” melting in the air
(my bent karma)
rererererepetición eterna
viaje infinito para revolcarme en las aguas radiactivas
de todos los rÃos sagrados
que son las noches de san juan
y mis proyecciones personales
en barquitos de papel periódico
entrevistas televisivas
ganas de encuevarme, desnudo, sin haberme afeitado, y renunciar
a los deseos ambiciones peaches peacocks ipods
Salto a lo largo de la incapacidad ascética
-sex is too important, awsome-
food is vital
even if is junk y esté marcada en la etiqueta con altos grados de grasas saturadas
compro inciensos
para disimular la peste de las heridas abiertas de mi crueldad
y busco al guru mafutero que me guÃa en mis pesadillas
a pesar de mi rechazo
(al sadhu se le permite inhalar marihuana para que cesen las actividades cerebrales automáticas).
Si la exposición de las vÃsceras es proyecto polÃtico performático
entonces he caÃdo en lo más vajo / en las trampas de la fe
en la equivocación de los burlados [en la tanda de los embustes prefabricados]
reiterados para uso exclusivo de consuelo como alcahuete charri-mendicante.
Sospecho de la ceremonia de despojo de vestiduras caras
de la entrega a la búsqueda de la verdad
que es que soy nadita de nada
pero de vez en cuando pienso en la cara de elefante de Eleguá
o el dios azul del Ganges caribeñizado
y me digo qué porquerÃa, Manny,
qué clase de estupidez estás pensando.
II. Les Voix Du Silence – Malraux
«L’humanisme, ce n’est pas dire: ‘Ce que j’ai fait, aucun animal ne l’aurait fait’, c’est dire: ‘Nous avons refusé ce que voulait en nous la bête, et nous voulons retrouver l’homme partout où nous avons trouvé ce qui l’écrase’.»
Regreso a la imagen del monje vestido con hábito amarillo
que ha ido a morir a la ciudad indicada por los vedas
pero que no muere y sólo vive observando la lenta procesión de cadáveres
que van hacia el crematorio más importante de la India.
What a shame.
What a fiction made of the opposite of gambling.
En el fondo de mi pozo abierto
y bien cuidado
tengo la certeza de que la rueda de la vida es pura apuesta
que soy judeocristiano y que no puedo escapar a la teorÃa
del destino manifiesto
pero como “admiro” la no jerarquización de la religión hindú
y la explosión barroca de su panteón de trescientos dioses
que mortifican a los hombres mortificados
pido cojones de plástico a Ganesh para mudar de piel
y jugar con ellos hasta vulverizarlos
en una mitologÃa de seis mil años
que no entiendo.
Thy Kindom Come.
In Earth As It Is In Heaven.
Retrato para opinar y opino para retratar-me
defiendo para escribir y escribo para defender
y cada dÃa me alejo más del yoga
no medito no ayuno no me privo / explayo
fumo desde que me descubrà tecato suicida dizque chic
estoy contagiado de vacÃos
y me rÃo de mà mismo cuando la cámara me devuelve una pose estoica
que intenta -sin lograrlo- sombrear el pánico.
Muak!
¿De qué no me he quejado –revodrunken?
¿Qué no he dicho –soberretro?
¿Cuántos trucos he mostrado y cuántas casualidades
cursis, kitschs y queers
he traspasado a la página en blanco?
Si el poeta es un fingidor, según Papi Pessoa
entonces mis lectores
no me importan = si el saddhu es un santón
impregnado de las cuatro gotas de la inmortalidad
que cayeron en las cuencas del subcontinente
-y yo soy más parejero que sadhu, inconsecuente-
entonces mea culpa:
de este Yo-manny maldito no me salvan ni los cojones plásticos
ni este poema absurdo
ni dosmil seicientas sesentayseis reencarnaciones.