Escribe Tomás Redd™
Desde Bastimento, su nuevo blog
XI.5.06
La exposición antológica de Jean-Michel Basquiat que se presenta en el Museo de Arte de Puerto Rico nos abre una pequeña ventana al genio creativo de un artista que vivió muy poco para ser inmortalizado, pero lo suficiente para convertirse en una leyenda.
Sus dibujos resaltan lo que muchos crÃticos de arte han comentado: un juego visual y estilo child-like, su afinidad con la anatomÃa, la rayadura y los subtextos del black pride que se perciben en la colocación de textos como AARON (en homenaje a Henry Aaron, el mejor pelotero afroamericano de todos los tiempos).
Para el ojo no entrenado en los malabares discursivos de la estética, la muestra permite conocer de cerca a un sujeto y una época que se ha asociado con los excesos, la intensidad y la pérdida. El catálogo ochentoso de happenings en NYC no sólo incluye al performero que se dió a conocer en las paredes como SAMO; la ciudad sirvió de escenario inicial para el hip-hop, el new wave y remanentes de la escena post-punk. En los dibujos de Basquiat se develan huellas de diversas corrientes artÃsticas y los ritmos de una ciudad que bombardea y estimula sin tregua.
Para los antropólogos urbanos amateur, que se tornan insaciables ante la posibilidad de conocer sólo un poco más sobre un fenómeno con edge, la exposición suelta prenda. Casi guardada en una esquina del museo y sin mucho audio se proyecta una entrevista realizada en 1983 por Marc H. Miller, curador y personaje de la escena artÃstica, donde se puede apreciar la irreverencia del ya laureado veintiuñero y el embelezamiento y la condescendencia del entrevistador que intenta “entender” sus propuestas.
El high point de la entrevista: (tratando de que Basquiat le explique su lógica a través de una pieza)
MM– “What’s the difference between a leech and a parasite?”
JMB– “Hardly any”
Dénse la vuelta.