Sueño de K. (Ier Microrrelato Paranoico)

mantis3Escribe j.a. bonilla

No hay salida. Siento las pulsaciones huecas en esta cavidad ocre, como si paredes de sangre me acecharan. He aprendido a amar las tinieblas de mi encierro, esta celda húmeda donde floto sostenido por un cable baboso y carnoso. Escondidos en la oscuridad líquida veo los fogonazos de luz de los seres que me observan, sus dispositivos oculares son como chispas eléctricas bailando en la bóveda de esta habitación. Se abre un huequito tenuemente iluminado que me empieza a succionar la cabeza y al poco tiempo me apachurra el cuerpo y los huesos. Me miran, mejilla contra mejilla e inclinadas, dos criaturas azules y enmascaradas mientras otra agarra un objeto largo y filoso para cortarme el cable baboso que llevo adherido al ombligo. No he parado de llorar.

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