Calor, calor y más calor

foca en el zoo del bronxPor Gloria Carrasquillo Padró
Corresponsalía de Nueva York
Redacción de Estruendomudo

The Bronx, N.Y. – Aquí todo ocurre en los extremos: un invierno largo y con mucho frío, que este año nos duró hasta junio, y un verano corto pero candente que se nos acabará en agosto. ¿Qué les parece soportar una temperatura de 107° F en una selva de cemento y acero? Lorca cantaría: “New York, New York, New York, bailas en un infierno de sudor y sol”.

Es como estar en la plaza Las Delicias de Ponce, sur de Puerto Rico, a las 12 del día en pleno mes de agosto pero sin atisbar la calle que sale para la playa de Boquerón, Cabo Rojo. Los cielos están despejados, amanece a las 5:00 a.m. y oscurece a las 9:30 p.m. sin crepúsculo, pero con una niebla como la que llega todos los años al Caribe desde el desierto de Sahara.

Última hora: niña muere en Queens por tiro de francotirador encolerizado desde un automóvil a las 11:00 p.m. en la noche de más calor mientras se refrescaba en una pompa frente a su edificio. En Longwood, Bronx, llevan 18 horas sin agua mientras todas las pompas permanecen abiertas cual regaderas gigantescas. La abuela bañada en sudor con una vena abierta para su dosis de quimio dormita en una silla de lona playera en la acera frente al juego constante de sus nietos que corren en patinetitas de aluminio quirúrgico.

¡Insólito! ¡Inaceptable!, las guaguas tuvieron demoras hasta de 15 minutos. El metro se detiene antes de las 7:00 un lunes en la maraña debido a la falta de energía eléctrica y causa el caos para millones de seres que van o salen hacia el trabajo. Niños que tienen que ir “mandated” a la escuela de verano llegan tarde porque en sus “buildings”- según lo justifica una madre emigrante ilegal del otro lado del Río Grande- no hay ascensor y ellos/ellas tienen que bajar a patitas quince míseros pisos. Un nenito de 15, engreído de mierda, después de unos minutos en la escuela se sintió con dolor de estómago y su abuela asmática, neuropática y sesentona tuvo que venir a buscarlo. Los nenes son menores y no se pueden despachar solos para sus casas como ocurre en las escuelas isleñas al otro lado del charco.

Nada menos que en Southern Blvd., en el mismísimo sur del Bronx, están sin energía eléctrica desde hace 24 horas. Allí se desplomó la cortina y el cartel de publicidad de uno de los supermercados más visitados llevándose la mitad del alero del frente y, según testimonio de un transeúnte espantado que paso por allí, el ruido que produjo el derrumbe es lo más horrible que haya escuchado. En el aeropuerto La Guardia se han cancelado cientos de vuelos y se les pide a los residentes que no usen sus electrodomésticos para combatir el calor. Esta reducción en el consumo permitiría que el metro y el aeropuerto puedan reanudar servicios.

¿Qué paso con los viejitos? Estos miembros de la tercera edad pueden recibir alimentos y permanecer en centros de refrescamiento con aire acondicionado. Pueden ir a esos refugios acompañados de sus diligentes cuidadores emigrantes legales o “home assistants”, bilingües y monolingües. La Cruz Roja americana hace un llamado a la ciudadanía para que done sangre aunque haga calor pues el abastecimiento que había se agotó por completo. También exhortan a la población de la Gran Urbe para que no dejen el aire de los dormitorios encendidos durante todo el día y que traten de no usar demasiados abanicos.

La venta de “iced cold water” ha incrementado en los últimos días y se venden botellas destilando frió en las luces, aceras y frente a los grandes centros comerciales. En Brooklyn, según una reportera de turismo televisivo, específicamente en el Johnny’s de la Avenida DeKalf, se hornearon 18,998 “cheese cakes” para la demanda de un solo día de fogón. Algo nunca antes visto: en Yonkers, uno de los mejores suburbios cercanos al Bronx, se está sudando la gota gorda porque no hay luz desde el domingo, cuando se inició la ola calurienta.

En Long Island se cerraron varias escuelas de verano debido a la ola de calor porque no hubo cupo para todos los niñitos en salones con aire acondicionado. A las dos de la tarde del martes 18 de julio la gente gritaba en las calles: “¡Qué calor compadre, qué jodido calor!”. ¡Esto es lo mismo que estar en el desierto de Arizona a las 12 del mediodía, qué Ponce ni qué Ponce!

Menos mal que las mamis andan medio desnudas, los muchachos están tumbados en sus sillas de lona a lo largo de las aceras candentes y los niños y niñas de las barriadas se refrescan en las pompas aunque lluevan sobre sus cabezas las balas de la violencia sin fin en la sobrepoblada Babel de Hierro.

Foto de la foca pasando el verano en el zoo del Bronx por Hourman (Creative Commons).

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