Levanto las manos al cielo, aquí está mi billetera.

Rafa Acevedo

Especial para Estruendomudo

Los trabajadores se lanzan a la calle exigiendo que, de una vez, nos impongan un impuesto sobre las ventas. De esta forma el impasse creado por partidos políticos que defienden los intereses de la banca (los intocables) se convierte, una vez más, en una pistola colocada en la espalda. El pueblo grita, levanta las manos. Le roban, otra vez, la billetera. Los trabajadores se lanzan a la calle exigiendo que les roben la billetera a cambio de volver al trabajo.

El partido político sigue siendo en nuestro mundo insular la encarnación del Príncipe. Es el espectro de una voluntad colectiva abstracta a la que todos quieren pertenecer. Y es el partido político quien decide qué parte de tu sueldo debes rendirle en tributo a los servicios que te ofrece: cuanto debes pagar para que te siga cobrando. En un momento de crisis los partidos políticos de la isla usan a otro partido, el de Dios. Resulta que en la primitiva mirada política nuestra la democracia se sostiene en los brazos prístinos de una teocracia fundamentalista. ¿Simón dice simonía? Los pastores levantan su cayado, cruzamos el Mar Rojo, las aguas vuelven a su nivel. Es decir, seguimos con el agua al cuello, pero tranquilos. Amén.

El pueblo (ese otro fantasma de las mil caras) se lanza a la calle implorando que se acabe el lío como sea. Como sea incluye que le impongan una carga económica adicional. Porque la situación es urgente. Y esa acción inmediata nunca es orgánica ni de largo alcance. El resultado: restaurar el orden y la potencia de Roma…digo, de la clase política local. Los máximos evasores de impuestos deben estar celebrando en el Bankers Club este espontáneo marchismo de los trabajadores y de los radioescuchas. Los que escapan a las cifras de Hacienda deben estar ofrendando sus botellas a Baco ante el carácter puramente defensivo de los movimientos sindicales que quieren volver a sus trabajos aunque eso represente aceptar un entramado absurdo en el que cada cual debe entregar sus alcancías.

Anacrónico como soy (contradictoriamente amante de la ciencia ficción y las nuevas tecnologías de información) cito a Gramsci porque pienso que este partido marchista fugaz que se ha formado no podrá tener vigencia donde hay que crear ex novo una voluntad colectiva, encauzándola hacia metas concretas y racionales (Antonio Gramsci, Notas sobre Maquiavelo). La única racionalidad que se ha impuesto aquí es la de los grandes evasores que, anacrónicos como yo, pero enriquecidos, se hacen la paja con la mano invisible de Adam Smith. Mano invisible que hoy escribe esas peregrinas hipótesis de soluciones de crisis. A cuarto cerrado (con Barolo, salmón ahumado, caviar) los representantes de los máximos evasores se reúnen para crear consenso. Consenso que se logra cuando no se incluyen alternativas que no hayan sido presentadas por los principales partidos políticos. Consenso que se logra excluyendo de la discusión la posibilidad de no aumentar el costo de la vida para la inmensa mayoría de los habitantes de esta isla de la locura.

Nadie se ha preguntado por las razones que explican la exclusión de otras alternativas a un impuesto sobre el consumo. Como sé que Funkie Joe o el Gangster no han dicho nada al respecto recurro a Kant: Todas las acciones relativas al derecho de otros hombres cuya máxima no es susceptible de publicidad son injustas. Nuestros políticos criollos usan (en un sentido peyorativo) a los medios de comunicación para agitar las emociones, para mostrar artes de farándula. Los legisladrones, representontos, cenadores y primer ejestupido usan (en un sentido maledicente) a la prensa para hacer propaganda. Ninguna explicación verosímil del por qué de la crisis. Ninguna explicación creíble de cómo resolverla. La cifra de los millones prestados es misteriosa, no se pronuncia. Cifra mágica: sefir, el vacío, el cero, la nada que nos llama y a la que hay que silenciar. El resultado es lo que aparece, se cuantifica: yo tengo que pagar el préstamo para sufragar la deuda del gobierno que se roba a sí mismo. Me estaré poniendo viejo, o eso no tiene sentido. La economía es psicología de optimismo. Creamos que todo ha regresado a la normalidad, para que los inversionistas estén tranquilos.

Ni siquiera la memoria se usa. El gobernador prometió (juró, para usar términos bíblicos) que no habría impuestos sobre las ventas. Alguna gente le creyó esa. Había allí una voluntad deliberada de engaño. Las palabras de los políticos criollos son muestra de la autenticidad de la mala fe. Otros la exhiben con orgullo, con intención deliberada. La sonrisa con la que el presidente de la Cámara Baja (indeed) termina cada comentario necio es de una torpeza abrumadora. Lo desenmascara. La voluntad de joder del presidente del partido mayoritario en la legisbasura revela su teología de la destrucción: apropiarse del poder destruyéndolo, para que el amo venga a ordenarlo todo, con él y sus siete mandamientos a la vanguardia. Esto parece más bien una campaña de agit-prop (agitación y propaganda) organizada por los partidos políticos (que, de facto, son uno sólo) para imponer, otra vez, un fiasco.

El oportunismo de izquierda florece. Se hace parte del libreto con gracia. El oportuni(z)mo, ese que vota por Aníbal o vive del fondo electoral; ese que se coloca al frente del espontaneísmo de las masas, no tiene a dónde ir. Porque las consignas no son programas políticos ni estrategias económicas. Las consignas son modos de entretener a los caminantes. Incluso, citar El capital de memoria te convierte en un experto de la economía inglesa del siglo XIX, nada más. Otra cosa es otra cosa. Entonces, marcha, grita, da vueltas. Es el chance de ocupar los medios. Se les excluye de manera fresca de cualquier discusión decisiva, pero no importa, ya dieron sus opiniones a la prensa. Da vueltas, grita, marcha.

Mientras escribo alguien respira aliviado. Ya se solucionó la crisis. Los trabajadores se lanzaron a la calle para salvar al gobierno de la debacle. Aquí está mi billetera. En algún lugar me perdí.

El autor escribe.

Quise eso y todos sus riesgos de rechazos

he recibido varias negativas

porque la tarde y la noche de desmadres así que los permisos

fueron denegados.

algunos,

creo que todos.

no hay paso hacia la dentadura perfecta que me falta

un ocupado permanente.

hay quien me dice que la condición humana esto y lo otro

se representó

pero está mal representada.

me fijo en que el alcohol no abre caminos, esta vez

ha habido otras en que el líquido convoca a ciertos arriesgados.

una intermitencia de futuro

yes

un atisbo de cambio. quise eso y todos sus riesgos de rechazos

quise la debilidad de verme vulnerable un precipicio una forma alterna de querencia

que tiene que ver con lo frágil

una añoranza de despeje total de reglas

quizás una nostalgia

pero es que eso fue libreto de folletín novela de las siete /

decimonónica / discurso de los oprimidos /
en plena situación de cheerleading liberador

estriptís.

sin embargo,

sigo aplazando el contacto

con la arena fría en pleno verano tropical

la forma de vencer la crisis de mi viejo aire acondicionado.

se escucharon a lo lejos varias conversaciones

que quedaron allí,

superpuestas

como esperando otros abriles cuando eso ya pasó

y los calores mediaban otras cosas.

un plano para solturas de amarras

quizás no tanto un plan\o sino una provocación

un comment.

tantos son los que están en contra de los comments.

no le hace, -creo- no le hace.

mcc

Miss Eros 2006: Noche de talento con la artista invitada Anaís

De la Redacción de Estruendomudo

Anoche serví de jurado en la competencia de talento transformista que auspicia la discoteca gay sanjuanera Eros The Club y que anima la experta comediante Jeimy Sunflowers.
Las dragas no dejan de sorprenderme.

La discoteca estaba repleta, llena a reventar, y a eso de la 1:30 a.m. ya no se podía bailar en la pista. El público estaba compuesto por maricones de todas las edades, colores y sabores, sobre todo chamacos bien jóvenes en ropas de reggaetón: listos para el perreo.

Es impresionante confirmar que las transformistas del patio tienen una fiel fanaticada, muy numerosa, con ganas de hacer escándalo y joder a pesar de la crisis nacional. Por eso, las transformistas de mayor experiencia, entre ellas Gia y Lorna Vando, las que me acompañaban en el panel evaluador, siempre repiten por el micrófono que no es fácil pararse en esa tarima artística: no existe criterio más despiadado que el de una loca en pleno calor tropical.

Así, con esa advertencia sobre cómo sería juzgado su trabajo, subieron las seis candidatas, una a una, a presentar sus números de coreografías e imitación. Es la visa para un sueño, versión trans.

La primera, trajo un séquito de bailarines y representó -como si aquello fuese el mejor de los café teatros de la avenida Ponce de León- una escena de la película de Disney Beauty and the Beast. La interpretación fue magistral, era una diva poderosa en escena, que con gran destreza supo ser miss. Cambió de vestuario allí mismo, frente a todos, utilizando varios efectos especiales. Supe que ella fue la que confeccionó sus atuendos y los de los bailarines. Se vistió, se maquilló, escogió la música, coreografió, se esculpio nueva toda; se construyó.

Otra no dio pie con bola en una interpretación del personaje de Batman Poison Ivy. No dominaba bien los pasos de baile, se enredó en su propio vestuario, algo no andaba bien.

Más adelante, la próxima salió sola con un atuendo negro muy bien confeccionado, con encajes y corset a juego. No imitó a nadie, dominaba bien el lip sinckin, porque allí no se canta, allí se dobla, pero no estaba concentrada en los pasos. Se llegó a comentar que no era baile aquello, del todo, si no más bien aeróbicos.

La cuarta también escogió el tema de Poison Ivy, muy originales ellas, pero esta fue muy efectiva en sus movimientos y tenía un maquillaje espectacular. Otra gran diva en pleno proceso de formación.

La quinta es la imitadora oficial de la cantante de Objetivo Fama, Anaís, que escogió temas tropicales y hasta reggaetón. La gran sorpresa de la noche la trajo ella, a quién más sino a la propia Anaís. Bailaron juntas estas estrellas y se demostró que la loca tiene talento, además de un cuerpo negro espectacular. Al lado de su inspiración o su némesis, según se piense la cosa, se veía regia, aunque por supuesto no tan bella como la artista televisiva, querendona del público gay.

En ese momento la discoteca se convirtió en un gran Coliseo Roberto Clemente y los fanáticos comenzaron a gritarles a sus ídolos con desenfreno. Anaís -“la verdadera”- se dirigió al público, se dejó querer por esa masa en pleno furor y delirio, perdida por la embriaguez que provoca un espectáculo de buena calidad.

Luego subió la sexta, con otro gran séquito de bailarines, inspirada en el tema de la película de Disney Aladdin. Esta diva se creció frente al público, cosa muy difícil de lograr si se considera que salió justo después de las Anaís. Una coreografía espectacular, bien cordinada entre la draga y sus personajes secundarios (el genio de la lámpara maravillosa, el sultán villano, y el monito famoso con el sombrerito marroquí, etc.).

El número terminó con un efecto especial que dejó a todos boquiabiertos y comenzó de nuevo la rutina del furor y el delirio: la draga subió a una plataforma de madera, de esas que se usan en las procesiones católicas para cargar las estatuas de los santos en procesión, junto a su monito, y recorrió toda la planta baja de la discoteca, como si efectivamente volaran, chulísimas, en alfombra mágica por sobre las cabezas de unos hombres en pleno virvana de consumo en tiempo de ocio “postmacharrán”. Un detalle demoledor para las contrarias. No hay que olvidar que se trata de una competencia despiadada, de un torneo de lucha por ser, no sólo “buena”, sino “la mejor”.

Nótese el énfasis infantil de las producciones, que no lo son tanto si se considera que se trata de dragas muy jóvenes, que despuntan en el mundo artístico tan competitivo de la intensa noche sanjuanera.

Lo importante aquí, a mi juicio, no es el toque infantil tipo Disney, sino la posibilidad de lucir una identidad “ultrafemenina”, delicada y virginal, que es la que proyectan los personajes animados que se dispusieron a imitar las que más ofrecieron. El contraste lo proveyeron las divas fuertes y sadomasoquistas chic de Poison Ivy y la “semipunka” vestida de negro y botas altas de “cuero en charol”, que intentan poner bajo control el salvajismo de la naturaleza cruda: la selva contexto de la hiedra venenosa y el cemento de la urbe maldita por la contaminación. Es una imagen de femineidad fuerte y atrevida que da el primer paso, al igual que Anaís. Abran paso, cabronas, llegaron las bichas.

La imitación de Anaís trajo un recuerdo fresco a la memoria del público, porque el programa televisivo lo siguen en estos días como si no hubiese mañana miles de maricones del país. Conocen los ademanes y fórmulas de la Anaís “original” al pie y al dedillo, por lo que la interpretación fue doble o triplemente juzgada, doble o triplemente ejecutada, sobre todo porque el modelo “original” se encontraba allí; de cuerpo presente.
¿Entonces cuál es la mujer: “original” o “copia”? Para los que estábamos allí una sola cosa era cierta. La diferencia es un pene deliberadamente oculto, en la mente de tod@s.

La industria del travestismo nacional sostiene las variaciones de la industria del entretenimiento nocturno de la comunidad gay puertorriqueña, whatever that means, repito, logrando que los pocos lugares gays de la isla sigan siendo frecuentados por los fanáticos, que se acercan allí no sólo para beber, fumar, bailar y ligarse a un “buen” “macho”, sino para presenciar una representación artística compleja, sumamente organizada hasta el mínimo detalle del backstage a las pestañas, que desemboca en la coronación de una reina para la comunidad.

Este es un concurso de belleza con sus frivolidades y sus violencias, ¡qué rico!, pero es más que eso. La ganadora se asegura al menos la posibilidad de un espacio en el lucrativo negocio que es el travestismo de espectáculos en esta isla, conquista un público que la seguirá procurando por un año entero, al menos, y “ella” podrá cobrar dignamente por exponer su arte.

Ellá será “lo que siempre ha soñado de sí misma”, diría San Almodóvar, frente a todos… no sólo frente a sus amigas íntimas y sus espejos. Ella será toda-toda una jeva por unos segundos mágicos.

Estará bien buena para intentar colmar nuestro deseo.

Será una soberana pink lady o una soberana bicha, you name it.

Será, a pesar de y con el cuerpo (otro),

nada menos que toda una mujer.

-Manuel Clavell Carrasquillo

Líneas reflexivas desde la Univ. de Puerto Rico: A 11 días del cierre gubernamental del Estado Libre y Asociado

CONVERSATORIO DE FACULTAD EN TORNO A CRISIS ACTUAL
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO,
RECINTO DE RIO PIEDRAS.
10 DE MAYO DEL 2006

A. Las ruinas del Estado moderno

1. La presente es una crisis política en el sentido amplio de la palabra pues expresa la imposibilidad de las formas de gobernabilidad contemporáneas (independientemente de las distintas administraciones de gobierno) de viabilizar la gestión de gobierno misma. ¿Cúales son las condiciones de posibilidad de la gestión de gobierno en este contexto?
2. En el 1973, James O”Connor, en Estados Unidos, publica su libro The Fiscal Crisis of the State. El problema de la crisis fiscal, tanto en Estados Unidos como en nuestro contexto, es un problema que lleva con nosotros más de tres décadas de discusión por lo que apuntamos a un problema de carácter endémico. ¿Cuáles son las singularidades locales que han imposibilitado lidiar con este problema de maneras menos catastróficas?
3. ¿Por qué, aún frente a la más que evidente insolvencia del aparato político partidista local, el debate público en torno a la presente crisis se sigue conduciendo desde esas coordenadas de “inteligibilidad”?
4. ¿Cómo podemos propiciar un punto distinto respecto de la responsabilidad del Estado en un espectro que va desde el Estado “papi” hasta la postura del “hands out” del Estado o del gobierno?

B. Crisis de la representación de la crisis-el fenómeno mediático
1. Podríamos decir que la forma en que aparece representada la presente crisis cancela la posibilidad de un abordaje -el que sea- más ponderado de los asuntos que tenemos de frente. Si el lenguaje utilizado no es, o bien el político partidista o el del economicismo más tecnocratizado, parecería que no hay posibilidades de incidir en este debate.
2. ¿Cómo incidir en ese debate? ¿Por qué la actividad del pensar parece no tener espacio e incluso es devaluada al momento de dirimir mediáticamente la crisis?
3. ¿Cómo deslindar la crisis de su representación mediática?
4. ¿En que medida el sesgo anti-intelectual prevaleciente en el país y en los medios, imposibilitan una discusión de la crisis fuera de los parámetros político partidistas y tecnocráticos?

C. Gerencia y economía política
1. ¿Por qué no ha surgido, al nivel del debate público, un saber estrictamente vinculado al polo económico de esta crisis que apalabre la crisis en otros términos que no sean los términos de Estado?
2.La consigna, ya vieja, de que “la crisis la paguen los ricos” no requeriría complejizarse y cualificarse a tono con lo social contemporáneo? Precisar por ejemplo: complejidades entre corporaciones, entre sectores profesionales, banca versus corporaciones, asalariados profesionales, trabajo por cuenta propia, negocio propio, etc.
3. ¿Qué sentido tiene una convocatoria a un “paro general” cuando es el gobierno quien efectivamente ha provocado un paro de los trabajos? ¿Lo contestatario no sería justamente lo contrario, presentarse a trabajar?
4. Si efectivamente esta crisis se mueve en la dirección de un eventual despido masivo de empleados públicos, ¿qué deslindes posibles entre justicia y ley y entre justicia y racionalidades sociales y económicas son susceptibles de ser producidas?

D. Reflexiones más puntuales
1.¿Cúal es el impacto de esta crisis al nivel del sistema de la UPR: matrícula, situación de los egresados, etc?
2.En la marcha Puerto Rico Grita, Roberto Pérez Santoni, del antiguo grupo Comité de Jóvenes y Adultos Unidos por Manuel A. Pérez, planteó que era preocupante el cierre de las escuelas públicas en el país si contamos con que hay niños para quienes el desayuno y el almuerzo de los comedores escolares constituye su única comida al día.
3. El “héroe” de la marcha Puerto Rico Grita lo fue el Superintentende de la Policía, Pedro Toledo, quien terminó firmando camisetas de los participantes al son de “Toledo tranquilo, el pueblo está contigo.” ¿Cuáles son las implicaciones políticas, psicoanalíticas, de un fortalecimiento del aparato policial en el contexto de una crisis de la política partidista y de todo el aparato de gobierno?
4. ¿Qué nuevos re-activamientos del lado de los sectores religiosos se van suscitando en el contexto de esta crisis que amenazan nuevamente tanto con colapsar Iglesia y Estado de derecho como con tachar o invisibilizar intervenciones de mayor solvencia social y política?
5. ¿Cúales son los efectos de esta crisis al nivel de la subjetividad de los distintos sectores sociales? El imaginario del huracán resignificado: alcances y límites, repliegue de espacio público, registro de lo que constituyen sus derechos, etc.

Crónicas de la Milla de Oro: A 10 días del cierre gubernamental del Estado Libre y Asociado

Por Tomás Redd®
Especial para Estruendomudo

El 2 de mayo de 2006, fue un día como cualquier otro en las 3 cuadras que componen el supuesto financial district de Puerto Rico –la milla de oro, como le dicen comúnmente los outsiders, los que no son del barrio, pues muy pocos en Hato Rey emplean ese término-. La noche antes, varios trabajadores se dieron la tarea de recoger banderines de varios colores con logos de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER) y la Federación de Maestros y sustituir tres o cuatro cristales rotos que los nenes y nenas del Frente Socialista habían quebrado mientras demostraban su indignación a lo que entienden es un atentado contra “la clase trabajadora” y “los pobres” orquestado por “los grandes intereses”: el cierre del gobierno que sólo se resuelve con un impuesto a la venta. Su versión flácida de los “Days of Rage” a la usanza del Weather Underground, o los Weathermen de los 70’s tuvo dos efectos inmediatos: la indignación de aquellos que tuvieron que quedarse horas extra a limpiar el reguero (especialmente los part-timers de McDonalds) y la risa socarrona de dos o tres banqueros y abogados regordetes y engabanados que miraban el show desde sus oficinas en el piso 10 del Hato Rey Tower.

Al amanecer, sólo un recuerdo/mensaje quedó impregnado en las paredes del vecindario para el disfrute de los miles que fueron despachados temprano ese día (sin cargo a vacaciones o enfermedad, por si acaso) y por ende no estuvieron presentes: “Que paguen los ricos”. Este mantra convertido en propuesta de lucha, contrario a lo que esperaban, no encontró mucha oposición entre los asalariados de la zona pues es un principio básico de cualquier sistema tributario. Según plantea la teoría, los que ganan lo mismo tienen que pagar lo mismo y los que ganan más tienen que pagar más; debe existir un elemento de justicia en el sistema, de lo contrario, sucede lo que nos tiene en tranque hoy: pagan unos cuantos, pagan mucho y, para colmo, no lo suficiente para cubrir los gastos. El mensaje de los “socialistas” está parcialmente a tono con lo que cualquier CPA recetaría. Los sindicalistas y “sandalistas” –término comúnmente aplicado a las huestes juveniles que se trasladan a Caracas para recibir entrenamiento ideológico– al igual que el ejecutivo, plantean que hay que hacerles llegar más dinero a las arcas del gobierno pues para que todos los antes mencionados puedan seguir mamando de la gran teta, el ELA necesita ser rescatado de la bancarrota. Se necesita una nueva inyección de dinero. Ya no nos da con lo que los federales sueltan anualmente y los intereses de los préstamos, gracias a nuestro crédito maltrecho, nos están partiendo en dos. Pero, ¿y los gastos del gobierno? Muy bien, gracias.

Minutos después de que se pronunciaran los representantes de las organizaciones que se dieron cita a la avenida Ponce de León tomó la palabra Ricardo Santos, el de facto líder de la pandilla justiciera que irónicamente no representa a ningún trabajador gubernamental cesanteado. Inspirado por la retórica anacrónica de los discursos de los 60’s y 70’s, el eterno caudillo sindical arremetió contra los bancos, las megatiendas, la globalización y, por supuesto, los adinerados. Allí, frente a su matrícula, explicó que la culpa de todo esto la tiene el gobierno y los que más ingresos ganan. No obstante, nunca definió quienes son estos últimos. ¿Estarán incluidos los unionados de la Unión de Trabajadores de la UTIER que se ganan sobre $70,000 dólares al año? ¿Serán las familias que ganan sobre $19,800 dólares, esas cuyos ingresos están por encima de la línea de la pobreza según el Censo? ¿Son éstos los “ricos” que deben pagar más? Su estrategia no puede estar enfocada únicamente en que sean los bancos y las megatiendas los que paguen, pues el efecto sería aún más perjudicial para los trabajadores. En el momento en que se le aplique el 5% adicional a “los grandes intereses”, sus contables y estrategas financieros probablemente harán dos cosas que están dentro del marco de la ley: aumentarán los precios de los bienes y reestructurarán sus finanzas para reducir su carga impositiva (posiblemente declarado mayores pérdidas, comprando instrumentos de inversión exentos, etc.) El saldo final de la gran estrategia de los sindicatos y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP): un nuevo impuesto no declarado al consumo sumado al nefasto efecto cascada del arbitrio y una insuficiencia de fondos en la caja del gobierno.

¿Qué pasó con la reforma contributiva que quería poner a pagar a los evasores, o mejor dicho, a la economía informal? ¿Por qué dejamos de hablar de meterle la mano en el bolsillo a esa gran masa que incluye doctores, abogados, consultores, bichotes, pimps y chiriperos? Es con este corillo en mente que tenemos que hablar de una reforma contributiva que amplíe la base de contribuyentes. En otras palabras, que sean más los ciudadanos que costean por los salarios de los maestros, las dietas de la legislatura, el bitumul de las vías de rodaje y la Orquesta Sinfónica.

Ciertamente un impuesto al consumo se encargaría de capturar una parte de esa economía. Sin embargo, ese mismo impuesto afectaría más a los que menos tienen. Por ejemplo: 50 centavos de impuesto sobre un six pack de Coors Light le erosiona el bolsillo más al que tiene $3 de presupuesto que a aquel que cuenta con $1,000 para gastar. El maldito efecto regresivo sirve de coartada para que la desgastada izquierda “combativa” del país tire por la borda cualquier intento de repensar este desbarajuste. ¿Por qué mejor no atendemos el carácter regresivo del impuesto y les damos un crédito contributivo a los trabajadores pobres? Además, cualquier impuesto al consumo debe venir acompañado de unas tasas menores de contribución sobre ingresos. Es decir, que cada quincena el Estado Libre Asociado (ELA) nos debe quitar mucho menos del cheque porque ya nos están dando un cantazo al comprar condones, cigarrillos y arroz frito. Las madres y padres solteros, los pensionados y algunos otros que sudan la gota gorda también deben de estar protegidos.

El flanco retrógrado del movimiento obrero unido (MOU) ha decidido no entrar en esta discusión porque pretende copar el terreno ideológico avalando el discurso de la crisis revistiéndolo como una lucha de clases. Creen, erróneamente, que sus estribillos trillados galvanizarán los sentimientos patrióticos y revolucionarios de una izquierda que cada vez más se afianza en el melonismo (se les dice melones a los independentistas que votan por el partido oficialista para evitar que el partido de la estadidad gane las elecciones) que campea por la salubridad del ELA. Sin embargo, con cada día que pasa su poder de convocatoria se diluye pues sus colegas de la CPT, FTPR y el CUTE, entre otros grupos ahora bautizados como MASO, han planteado que quieren negociar cómo se va a implantar un impuesto al consumo sin penalizar injustamente a la clase trabajadora. Esta movida, ha traído un poco de sensatez a las filas del movimiento obrero y posiblemente logrará cambiar el tono y contenido del debate.

Más allá de la falta de profundidad en los argumentos de una rama del sector sindical, entiendo que es hora de preguntar ¿por qué a los dirigentes del MOU, a Aníbal y a Primitivo no se les ha ocurrido plantear algo tan sensato como evaluar el impacto que tienen las numerosas exenciones contributivas antes de dispararse a proponer nuevos impuestos? ¿Sabemos cuánto nos cuestan y cuántos beneficios netos generan para la economía y los individuos? ¿Qué hay con los impuestos sobre la propiedad en este país? ¿Alguien nos puede explicar por qué estamos cobrando impuestos sobre valores de tasaciones determinados en los 50’s? Este tipo de impuesto lo pagarían todos los propietarios y tendría un efecto progresivo (opuesto al efecto regresivo del impuesto al consumo) pues el que tiene una mansión en Garden Hills, dado el alto valor de su pequeño feudo, terminará pagando más que el que acaba de comprar su apartamento en el residencial Manuel A. Pérez. Por ahí va la cosa.

Al finalizar la gran marcha de los trabajadores por la milla de oro, los simpatizantes y observadores se trasladaron a sus respectivos destinos para ver el debut de la telenovela Dueña y Señora o seguir con sus vidas. No obstante, un gran elefante blanco permanecía varado en el medio de la avenida. Su presencia se debía a una gran omisión discursiva. Durante la hora y pico que consumieron los próceres de la izquierda criolla, nadie, absolutamente nadie, habló en detalle sobre la otra gran parte de la ecuación: el abultado gasto gubernamental. La razón es sencilla: cortar gastos implica meterle mano a la nómina, uno de los grandes renglones del presupuesto gubernamental. Esto, a su vez, implica hablar de eliminación o congelación de plazas, límites en los aumentos salariales y la contratación de trabajo por contrato. Ninguno de estos asuntos es negociable para el movimiento obrero. En su lógica perversa, el único reclamo válido es el que se realiza para recaudar mayores ingresos que puedan mantener al ELA boyante y gastando pues de algún lugar tienen que venir los pagos de las cuotas. Pero, ¿no son estos mismos los que se alían con el Frente Socialista y otros grupos que buscan derrocar al sistema colonial? Parece que la falta de propuestas laborales de avanzada los ha forzado a convertirse en una especie de milicia circense defensora del ELA.

Las declaraciones del MASO indican que al menos hay luz al final de un largo túnel. Algo parecido sucedió en Irlanda durante los 80’s cuando, durante una de las recesiones económicas más profundas que evidenciaron los celtas, el movimiento obrero y el gobierno llegaron a un pacto: las uniones acordaron no sólo aceptar reducciones en el gasto público sino que moderaron sus exigencias salariales a cambio de que el gobierno no recortara programas sociales y reformulara el sistema tributario para el beneficio de los trabajadores. Eventualmente Irlanda salió del atolladero económico y los sindicatos cobraron fuerza y poder de convocatoria. Fueron vistos como representantes bona fide de sectores amplios y defensores de los pobres y los marginados en un momento histórico donde estaban perdiendo matrícula y su discurso se consideraba irrelevante. En otras palabras, tomaron medidas que aparentemente atentaban contra sus intereses institucionales para garantizar su supervivencia en el largo plazo.

Les llegó la hora a los sindicalistas del patio. Mientras triunfe la retórica y los modelos de negociación del siglo pasado, seguramente sus días están contados.

-T.R.

Las “dos” izquierdas puertorriqueñas: A 4 días del cierre del gobierno de Puerto Rico

De la Redacción de Estruendomudo

El escritor mexicano Jorge Castañeda explica en un artículo en inglés que publicó la revista Foreign Affairs que en Latinoamérica existen -al menos- dos izquierdas del espectro político.

Quizás esta división entre derechas e izquierdas hoy día sirva sólo para que los que nacimos durante la Guerra Fría nos entendamos un poco mejor, utilizando los términos de los extremos con los que nos educamos, hoy arcaicos, sobre todo si se entiende el culipandeo ideológico de izquierda a derecha y de derecha a izquierda que estamos presenciando entre los líderes políticos del momento.

Aclarado el problema con el lenguaje y sus restricciones, pasemos a lo que dice Castañeda.

…[T]here is not one Latin American left today; there are two. One is modern, open-minded, reformist, and internationalist, and it springs, paradoxically, from the hard-core left of the past. The other, born of the great tradition of Latin American populism, is nationalist, strident, and close-minded. The first is well aware of its past mistakes (as well as those of its erstwhile role models in Cuba and the Soviet Union) and has changed accordingly. The second, unfortunately, has not.

De esta declaración es fácil deducir que la izquierda puertorriqueña no se ha bifurcado. Si bien Castañeda observa una tradición ideológica que una vez fue “hard core” y que ahora es moderna, abierta, reformista e internacionalista, en Puerto Rico la izquierda que una vez fue “hard core” no ha enfrentado el proceso crítico que la llevaría a asumir dichos valores. Por el contrario, la izquierda puertorriqueña se mantiene con garras y dientes aferrada en la segunda categoría: es populista, nacionalista, estridente y cerrada. No se registra cambio alguno en el nivel discursivo. Aquí, el intento de modernización, apertura, reformismo e internacionalismo de la izquierda nuestra se fue a México exiliada hace muchos años y se lo llevó para allá, porque aquí no cabía entre tanto panfletero, José Luis González.

Dice Gervasio Morales Rodríguez, barbudo director del semanario izquierdoso Claridad (27 de abril al 3 de mayo de 2006), que la crisis presupuestaria que enfrenta hoy el Estado Libre Asociado es fabricada por el eterno cuco diabólico: la culpa de la crisis, por supuesto, es toda del capitalismo. Veamos: La crisis es fabricada. Al margen de esa pobre demostración, la economía no está en crisis. Las empresas, los bancos, las farmacéuticas, los desarrolladores, siguen generando enormes ganancias y contemplan, desde las gradas, la gallera que personifican los políticos fracasados.

Ante ese análisis irresponsable y chapucero de la situación actual, ¿a dónde, sino a los centros comerciales y la zona bancaria, acuden entonces los 100, 000 empleados públicos que están en el paro? Los presidentes de la Federación de Maestros de Puerto Rico y la Unión de Trabajadores de la Industria de Energía Eléctrica y Riego marcharon con cientos de personas hasta el centro comercial más grande del caribe: Plaza Las Américas, y hasta allí adentro, a “las entrañas del monstruo”, llevaron sus reclamos. Esto fue lo que dijo, según el periodista de El Nuevo Día, Eugenio Hopwood, el presidente de la Federación de Maestros frente a la joyería Bared y la tienda por departamentos JC Penney: [S]i no podemos ganarnos el pan, los ricos no deben tener sus ganancias. ¿Puede haber postura más populista o con ganas de convencer que pronto se va a llenar el estómago vacío de una masa amorfa en paro que ésta? Queda allí retratada la antimodernidad de la propuesta hueca, la estridencia y la cerratura de su mentalidad recalcitrante.

De ahí, al antiamericanismo rampante que aqueja a nuestra izquierda, un paso es. Para muchos, basta con gritar a los cuatro vientos abajo los yankees y abajo el capital para encausar una revolución social izquierdista. A estos dos “demonios” que se han erigido para trancar los debates en todos los foros, esta izquierda del segundo camino, que comulga con el gobierno permanente del Estado Libre Ascociado y es uno de sus brazos más fuertes a través del fenómeno que aquí conocemos como melonismo, se le suma el “diablo mayor”: Mr. Globalization.

Siguiendo el argumento de Castañeda, en este contexto, lo que la izquierda latinoamericana del primer camino ha adelantado -por ejemplo- en Chile, Uruguay y Brasil, en Puerto Rico se ha atrasado. Aquí, punto neurálgico de la globalización y sus cuestiones técnicas difíciles y fuera de mi alcance intelectual macroeconómico, pensar la globalización como problema, límite o posibilidad está absolutamente prohibido por la izquierda. El nacionalismo, el populismo, la estridencia y la cerratura del círculo -una vez más- impiden que los retos de la globalización entren en el debate cotidiano. Ese bloqueo ideológico, sumado al antiamericanismo hipócrita del gobierno permanente del Estado Libre y Asociado, ¿a dónde nos lleva?

Pues estamos parados en el terreno del no-debate con los Estados Unidos, nuestro patrón y vecino. Ese no-debate político, porque desconocemos qué es lo que está pasando allí, porque no podemos acercarnos a ellos porque “son el diablo” y como tal hay que reprenderlos a fuerza de garffiti, marcha, escupitinas y ruptura de cristales, nos tiene paralizados. A nivel comunitario, ¿cómo entonces se va a justificar un renacer de empresas, microempresas o educación y plataforma gubernamental democrática y decente si ése es precisamente el enemigo? De niveles culturales no hablo porque ya es vergonzoso que aquí a todos nos encante el rock y andemos negándolo. El nacionalismo de esta izquierda del segundo camino demoniza toda manifestación cultural experimental, clásica, extranjera. Todo aquel arte que no sane ni salve, que no esté en función de su proyecto, está fuera de sus programas de defensa, y es censurado, de múltiples maneras.

Castañeda resume las virtudes de la izquierda del primer camino: la moderna, la autocrítica, la reformista, la internacionalista y la de mente abierta:

Overall, this makeover of the radical left is good for Latin America. Given the region’s inequality, poverty, still-weak democratic tradition, and unfinished nation building, this left offers precisely what is needed for good governance in the region. If Chile is any example, this left’s path is the way out of poverty, authoritarian rule, and, eventually, inequality. This left is also a viable, sensitive, and sensible alternative to the other left — the one that speaks loudly but carries a very small social stick.

Ante la crisis del 4to día de paralización del gobierno del Estado Libre y Asociado, yo voto por pensar en esta izquierda viable, sensitiva y sensible, pero regreso al problema lingüístico que presenté antes. A estas alturas del 2006, habrá que hacer los ajustes necesarios para “votar” por ella: ya los tentáculos del pulpo que observamos no son necesariamente ni diestros ni zurdos.

-Manuel Clavell Carrasquillo

La fiebre del poder es inmensa y no hay quien la baje a golpes de centella: 3er día del cierre del gobierno

De la Redacción de Estruendomudo

Pudimos haber pensado mejor el resultado del referéndum sobre la unicameralidad. Allí, hace unos meses -10 de julio de 2005-, una mayoría de los electores de Puerto Rico que fueron a las urnas escogió que la Asamblea Legislativa, ahora compuesta por dos cámaras que no pueden ponerse de acuerdo sobre el presupuesto del país, fuese una sola.

Los legisladores no atendieron la victoria de la unicameralidad y no se ha escuchado a ningún estudiante y a ningún sindicalista ir sobre este tema en el debate, porque el debate se acabó y ha comenzado la violencia. Los populistas de la izquierada recalcitrante que se encuentra en el poder como gobierno permanente del Estado Libre y Asociado (ELA) siguen fomentando el caos y se alejan cada vez más del enfrentamiento de las ideas en foros comunitarios y democráticos. Ha vencido el populismo.
No hay discusión alguna sobre la necesidad de la limitación de los términos electivos de los puestos gubernamentales que deben renovarse. Que los legisladores sólo puedan postularse a una elección y que las elecciones legislativas no coincidan con las elecciones ejecutivas, esa debe ser una de las consignas ante la crisis.

La reforma municipal tampoco es tema, porque el tema es que la crisis la paguen los ricos, sin más profundidad, sólo se escuchan los bocones populistas por todos lados, en todos los medios de comunicación, al carajo se ha ido la opinión crítica. Las asambleas legislativas municipales sólo les responden a los alcaldes, porque el método de su elección es el de la plancha. Cada cuatro años los candidatos a las alcaldías de los 78 municipios borinqueños escogen a su gente y, al votar por ellos, el pueblo vota por sus planchas. No existe representación de los barrios de cada municipio en la asamblea legislativa municipal. No existe entonces manera de reclamar responsabilidad política en esos cuerpos municipales.

Los términos electivos de los alcaldes también deben ser limitados.

La sacralización del movimiento sindical, fanático y nacionalista, lanza una nube de humo sobre estos carteles que en más de una ocasión se han probado mafiosos. Se trata de organizaciones multimillonarias que no pueden ser criticadas por nadie so pena de insultos, escupitinas y cantazos en plena vía. Se trata de organizaciones que se venden al mejor postor político con tal de mantener a las matrículas enajenadas del cuadro corrupto que se ha evidenciado en sus flamantes directivas. Hoy, 3 de mayo de 2006, enfrenta juicio en el Tribunal Federal de los Estados Unidos de América sito en Puerto Rico el cartel de la Unión Independiente Auténtica de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, al que se le imputa la malversación de 15.2 millones de dólares. ¿Entonces la crisis es culpa de los ricos? No es justificable el carácter sagrado de las uniones sindicales: su liderato es intransigente, fanatizado, nacionalista, panfletario, hipócrita en su discurso socialista setentoide mientras cobran sueldos de capitalistas y su discurso es también violento, el de la intolerancia absoluta contra un capitalismo abstracto que tienen como círculo de tiro al blanco. El capitalismo, aquí, tiene la culpa de todo, pero más tarde se les ve a los líderes comprando barato -en pleno desprecio del comercio nacional- en las multinacionales Wal-Mart y COSTCO.
La Comisión Estatal de Elecciones es un órgano tripartito compuesto por un representante del Partido Popular Democrático (autonomista), otro del Partido Nuevo Progresista (anexionista) y otro del Partido Independentista Puertorriqueño. Esta es la agencia del tranque y la reproducción ad infinitum de la partidocracia borincana. No permiten la formación de partidos independientes, fuera de líneas ideológicas en cuanto al estatus político de la isla. Fomentan la tribalización de la ciudadanía y el fanatismo paternalista.

No existe una fuerte restricción al financiamiento de las campañas políticas. Al contrario, el Estado financia gran parte de las campañas políticas en el ELA con fondos públicos. No escucho a los estudiantes quejarse por esto, no escucho a los sindicalistas. Como no existe base comunitaria fuera de líneas partidistas, bajo el esquema actual es imposible que la base pueda reclamarles a sus líderes políticos el fin de esta práctica. Normalmente, los electores van “al corazón del rollo” de sus preferencias ideológico-partidistas y toman decisiones basadas en colores, en insignias reprentativas de cada partido. Habría que crear estructuras paralelas -ahí los estudiantes ¿dónde están, dónde los sindicalistas?- para acabar con el populismo, la dependencia en los colores y las insignias, el esquema mafioso de los pactos politiqueros en todas partes del sistema.

Los senadores por acumulación dominan ambas cámaras legislativas con personajes llevados allí por los tres partidos políticos. Si bien es cierto que éstos son los que piensan y ejercen mollero frente a una masa de legisladores que vienen de los municipios menores de la isla, también es cierto que esos legisladores no le responden a nadie, excepto a los líderes máximos de sus partidos. Van caminando por la libre. Habría que establecer una legislatura en la que los legisladores respondan directamente a sus electores a través de mecanismos como éstos, que adjudicarían responsabilidades políticas en varios niveles- y otros que se han probado exitosos aunque sea en mínimo grado, porque la fiebre del poder es inmensa y no hay quien la baje como pretende la izquierda populista, nacionalista, hipócrita y fanática del gobierno permanente del ELA: a golpes de centella.

-Manuel Clavell Carrasquillo

Turbas en la zona bancaria / Sueño siete veces ser comido a besos

De la Redacción de Estruendomudo

Tocaba tu piel de arena como quien pierde algo

-o sabe que ha perdido-

(Hugo Ríos, “Al otro lado de tus párpados”, 2006)

  1. Llega el fin del debate, la clausura de lo político, el cierre casi total de las dependencias gubernamentales del Estado Libre y Asociado de Puerto Rico. Las palabras han sido agotadas y los líderes obreros se lanzan a la Milla de Oro -zona bancaria- a exigir a gritos y golpes de centella que la crisis la paguen los ricos. Que se les imponga otro impuesto a los bancos y las corporaciones. Hay una tarde de cristales rotos, los de los vestíbulos de las instituciones que garantizan el flujo de los dólares y el crédito. Los culpan del apocalipsis y exigen el gravamen pero no explican que el gravamen rebota, que es una trampa que es un engaño que es sin salida que los impuestos bancarios los terminaremos pagando los consumidores. Eso no lo explican. Marchan Milla de Oro arriba y milla de oro abajo, el maze-laberinto, como si allí algo pudiera resolverse. La reforma electoral no la piensan cuando empuñan las piedras y las lanzan.
  2. No hacen referencia a la reforma contributiva en el momento de la furia. Olvidan que ellos han pactado con los legisladores que tienen secuestrados a los empleados públicos -sin sueldos por dos meses-. Es costumbre el contubernio entre la clase trabajadora y los señores senadores y los señores representantes. Que paguen los ricos y la irresponsabilidad de esa declaración como propuesta resolutoria que no dice nada porque los ricos ya pagan y entonces qué hacemos cuando venga el rebote. Pues, que es bruma, que seguiremos pagando. Un regreso a los setenta y la negación de la derrota de la mentalidad y tácticas de la guerra fría que aquí sigue viva y coleando, una alegría de los líderes estudiantiles que andan con piedras en mano en plena zona bancaria. Nada de aportaciones al debate.
  3. Nadie quiere repensar el país. Los estudiantes no piensan; rabian, echan espuma por boca, pataletean. Sólo mano dura, fuerza bruta, macharranería derramada en plena vía. Nada de presiones con contrapropuestas serias. Nada de actividad de reorganización comunitaria, refundación electoral, llamamientos a utopías. El desierto de la improvisación y el que resuelva otro por mí son las consignas. Allá van los estudiantes, exigiendo que la crisis la paguen los ricos, pero todos estudian para hacerse uno de ellos. El estado Libre Asociado termina más favorecido. El movimiento obrero-estudiantil llama a que el Estado resuelva. Porque su Daddy es Yankee y a su voluntad se entregan. Una vez más cómodos con escaramuzas bobas en la Milla de Oro: se arrodillan y a mamar de la teta. “Al final, todos queremos el carrito japonés y la piscina”. (Rita Indiana).
  4. Tuve que ausentarme de las manifestaciones para recordar el sueño, volar lejos de mi patria absurda, de sus mezquindades y violencias. Volé hacia la negativa de mi diagnóstico obsesivo con la manipulación genérica. Unas tetas que faltan frente a mí, unas nalgas bien duras y una forma de mirar con ojos con pintura falsa. Son las esferas para visualizar el Make-up Art Cosmetic. Abro los ojos simples y los dirijo hacia su calva. Quedo atrapado. Es el clichoso túnel de Coelho y de Sábato Me uno a las filas de los esclavos voluntarios una vez allí atrapado. Es decir, quedo bajo la custodia de los muchachos dispuestos a que se haga Su voluntad suprema. Busco el beneficio de entregarme todo -aunque lo niegue- se acerca y me agarra sin que yo lo vea un doblez del labio superior. Me lo pone fruncido, como en señal de autorización de recibimiento de todo el peso de tu boca entre mis labios secos. Unas gotas tuyas, por favor, un lechazo.
  5. Definitivamente, ahora me doy cuenta de la grandeza del epígrafe de Hugo.
  6. Tocaba pieles de arena allá arriba, sé que he(stoy) perdido.

Manuel Clavell Carrasquillo, vaya proletariado Visa Gold, el colmo de los Iros de mayo