Probeta: XXI Microrrelato Erótico Nuestra Señora de las Infidelidades

Por Mara Pastor
Especial para Estruendomudo

The fox condemns the trap, not himself
-The Marriage of Heaven and Hell, William Blake

Su nombre era común. Trabajaba en una oficina de ventas que recibía a menudo promociones de distintas compañías. En una ocasión, recibió un regalo de parte de una farmacéutica del área noroeste de la Isla. Era una probeta gigante llena de dulces. Muy original, pensó su jefe. La probeta no tenía otra función que no fuera la de promocionar a la farmacéutica y comerle los dulces que llevaba dentro. Era una probeta de cristal transparente. Ella se la llevó para su casa. Una noche junto a su amante dormido, pensó en la probeta, en el grosor del cristal que le daba la forma de probeta, pensó que la probeta podía cambiar de temparatura con facilidad, y que podía hacer experimentos con ella, después de todo, era una probeta. Se levantó de la cama, fue a la cocina y rellenó la probeta con agua caliente. El vidrio de la probeta se calentó, como era de suponer. ¿Qué es eso? Una probeta de cristal gigante. La llené con agua caliente.Y le pegó la probeta a su amante en la espalda para que corroborara la temperatura. Estaba tibia. Ambos se miraron. Ella besó la superficie de la probeta y sintió la textura lisa del cristal y la superficie cálida en sus labios. Él la imitó. Se volvió una costubre tibia besar juntos la probeta, su superficie. A veces, mientras ella yacía bocabajo y el la cabalgaba, éste le murmaraba al oído, “Invita a la probeta”. Ella abría la mesita de noche, y ahí estaba, transparente y firme. Les gustaba besarse con la probeta en medio, porque podían verse los rostros a través del cristal, maximizados. Una tarde, mientras ella se duchaba, él tuvo curiosidad y quizo besar la probeta a solas. Abrió la mesita de noche, y ahí estaba, un poco opaca, porque la noche anterior a él se le había ocurrido que en vez de agua la rellenaran con té verde, para dormir mejor. La tomó entre sus manos y la llevó hasta la cocina, la sumergió en agua tibia y la lavó por dentro y por fuera. Cogió el detergente para limpiar cristales y la brilló con el papel toalla. Ella había salido de la ducha. De repente, él sintió que si llevaba la probeta al cuarto y ella descubría que la había limpiado él a solas podían discutir. Después de todo, la idea de incluir la probeta en sus vidas había sido de ella. Así que se metió la probeta firme y con la superficie aún cálida por dentro del pantalón. Mientras ella se vestía, él aprovechó y delicadamente volvió a poner la probeta dentro de la mesita de noche. Así pasaron los días, haciendo el amor, besando la probeta, trabajando, caléntandose las mejillas al contacto con la probeta llena de agua caliente, probando la temperatura de la probeta. El desarrolló una dinámica especial con la probeta. A diario mientras su amante trabajaba en la oficina de promociones, él pasaba tiempo a solas con la probeta, la rellenaba de distintas sustancias, café, té de manzanilla, gelatina, y la besaba a solas. Había descubierto que un kit especial para limpiar lentes de fotografía era lo mejor para mantener la probeta en óptimas condiciones. Siempre mientras ella no estaba. Un día, él llegó a la casa con unas ganas tremendas de limpiar la probeta y volver con ella entre los pantalones hasta el cuarto. Al llegar a la habitación y abrir la gaveta de la mesita de noche, no la encontró. Pensó que quizá se había quedado entre las sábanas la noche antes y verificó con cuidado, para no tirarla y que se quebrase por un descuido, pero nada. Al abrir el clóset, notó que faltaban varias piezas del guardarropa de ella. Corrió hasta la cocina, abrió la gaveta en la que guardaba el kit de limpieza de la probeta y encontró una nota. Me voy. No lo soporto más. Me llevé a la probeta.

Mara Pastor, mejor conocida como la Diva Estructuralista, acaba de publicar su primer poemario, "Alabalacera", con Ediciones Terranova. Su segundo poemario, "Oxido", espera ver la luz muy pronto. La prosa de la diva puede ser leída una vez al mes en el semanario del nacionalismo puertorriqueño: Claridad.

 

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