Especial para Estruendomudo
Un grillo entra a la casa, mueve las patas, hace su ruidito y Raquel me llama justo en ese momento. Es de noche y en el departamento hace frío. Contesto el auricular todavía situada a horcajadas sobre Armando, la blusa abierta y la falda subida hasta la cintura. Él aún se mueve debajo y parece disfrutarlo. Yo me aburro desmesuradamente contando las embestidas y esperando la conclusión. Hablo un buen rato con Raquel mientras Armando se menea. Le pido que no joda más. Cabrona Raquel. Si de verdad eres mi hermana mayor, compórtate a la altura y con madurez.
De vez en cuando la muy pendanga llama para reclamar y decirme puta al teléfono. No hablamos de nada más. Me entretengo exageradamente escuchándola. A principio le colgaba. Luego, a medida que ha pasado el tiempo, un deseo morboso me exige quedarme a escucharla llorar mientras me dice que no tendré perdón de Dios ni de mi madre. No le tiro el teléfono hoy como otras veces. Le digo suavemente que tendré que dejarla, que me estoy chingando al marido de otra mujer. Me encanta tirarme al cuerpo hombres casados, lo sabes muy bien, Raquel santurrona. Me fascinan sobremanera los que aman a sus esposas más que a la vida misma. Se vuelven irresistibles.
Se queda muda, y después de un rato me pregunta a quién. Que soy una enferma y que necesito un psiquiatra, vocifera por la bocina. ¿Cómo te has atrevido a hacerle esto a mamá y a otras mujeres? Ojalá te pudras en el infierno. ¿Que cómo me he atrevido? Fácil, Raquel. A voluntad, Raquel. Cuando quiero y como quiero, bicha Raquel. Me río y según anunciado, cuelgo.
El orgasmo llega de inmediato, sin intervención de Armando. Él mira, fuera ya de mi entrepierna. Yo me retuerzo. Mis manos entre los muslos bailan siguiendo el ritmo del volumen bajo de regaeetón en la emisora radial, a lo lejos. En mi cabeza no encuentro a Armando. En mi cabeza me besa mi padrastro.
Otro grillo entra a la casa.
Yolanda Arroyo Pizarro es Instructora Educativa de Tecnología en varias universidades de Puerto Rico. Ha escrito ensayos para la página de literatura ciudadseva.com, columnas para las revistas virtuales Derivas.net, Letras Salvajes, Letralia Tierra de Letras y Narrativa Puertorriqueña; también para los periódicos El Vocero de Puerto Rico y La Expresión. Sus cuentos confluyen en las páginas de las revistas culturales Preámbulos y Tonguas. Es autora de un libro de cuentos, Origami de letras(2004), y una novela, Los documentados(2005). Participa a menudo en la lectura mensual de cuentos en el Café Berlín del Viejo San Juan.