La institución cultural puertorriqueña vista desde arriba: El fin de los silencios

Dr. José Luis Vega: En reflexión para replantear el ICP
Por: Jorge Rodríguez
Redactor ESCENARIO/
Periódico El Vocero de Puerto Rico

El nuevo director del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), el poeta, catedrático y presidente de la Academia de la Lengua Española en Puerto Rico, Dr. José Luis Vega, quiere subrayar desde su nueva gestión que viene con una visión general en la que incluye a la cultura como centro de la vida social puertorriqueña, para de ahí repensar a Puerto Rico desde la cultura.

Vega ve a la cultura como elemento importante en la actividad económica del país, así como un espacio de involucración desde los empleados clericales y programáticos del ICP hasta el público para que participen en la concepción de proyectos.

"Veo a la cultura como un campo que debe proyectar a Puerto Rico internacionalmente porque creo que Puerto Rico cuenta con la infraestructura necesaria en el Caribe para proyectarse así y con ello, desarrollar un campo para crear a nuevos públicos. Todo eso, de alguna manera, debe dar vida a las unidades programáticas del Instituto. Yo me considero un instigador en todo esto; y la idea es crear un entramado con la apropiada sinergia para estimular la dimensión participativa de la cultura en todos los órdenes.", dijo.

El verano pasado, fue el Dr. Vega, como presidente de la Junta de Política Cultural de Puerto Rico, quien presentó al gobernador Aníbal Acevedo Vilá un Informe con un nuevo proyecto de política cultural para Puerto Rico para recorrer un nuevo camino en la cultura.

¿Es posible que el Informe de la Junta de Política Cultural de Puerto Rico entregado al Gobernador, y que usted presidió, entre en conflicto con la programación actual del ICP?

—Dos cosas importantes de la estructura programática del ICP y el Informe de la Junta de Política Cultural de Puerto Rico, que yo presidí, es que ese informe, aparte de sus detalles y recomendaciones, contiene unos planteamientos generales de política cultural que me parecen, un poco, constituyen mis ideas y que trataré, por lo menos, que sirvan de marco inspirador y de guía a la obra programática del Instituto.

¿Se pueden conciliar el documento y la ley actual del ICP?

—Eso se puede conciliar porque ahí hay una visión de que la política cultural puertorriqueña debe privilegiar aquellos productos que alcancen los niveles de calidad que se exigen del producto cultural puertorriqueño. Esto es para, un poco, ir cambiando una especie de horizontalidad que hay en el quehacer cultural donde no se discierne por niveles. Tan importante es la obra de un aficionado como la obra de un artista profesional, clásico, consagrado. De modo que, una y otra, merecen apoyo y políticas diferente. Esas son preguntas de política cultural que hay que contestar a nivel teórico, pero también a nivel de la práctica de los programas.

¿Cómo se plantea esta estrategia el Dr. Vega en términos de comunicación?

—Yo voy a hacer una labor de comunicación e involucración de las personas; y a base de ese dialogo y de concebir un proyecto en conjunto, entonces, que eso sirva de motivo inspirador en la obra que van a hacer.

No obstante, conociendo sus ejecutorias como poeta, académico, intelectual y presidente de la Academia de la Lengua local, seguramente, ya usted tiene hecha su mente del ICP que desea. ¿Cómo es, entonces?

—Por ejemplo, un área muy cercana a mí, el de la publicaciones. Yo creo que las editoriales públicas, en parte, debieran ser el modelo de una editorial, no para competir sino para servir de modelo de política editorial. Yo veo que la editorial del ICP aunque ha publicado libros importantes en los últimos años, carece de identidad. Y eso tiene que ver con el diseño de colecciones, con ver qué deben atender y cuáles deben crearse, con la necesidad de establecer niveles altos de publicación, de modo que los escritores y los investigadores de mayor calibre, se sientan orgullosos de publicar con el ICP. Amén de los otros problemas de mercadeo, que es de otra naturaleza.

¿Habrá cambios en esa división?

—Yo quiero reconceptualizar. Ahora mismo hay libros muy importantes, en proceso, que se van a publicar. Ya hablé con la persona a cargo del área de revistas para redefinir qué revista vamos a tener y para qué público van. La revista del ICP debe ser de gran calibre local e internacional. Es la mensajera de la presencia impresa del ICP para los ministerios de cultura, las secretarías y embajadas culturales.

¿Qué impide que esa revistas circulen en las farmacias y los supermercados?

—Nada. Tenemos varias publicaciones: desde la revista del ICP que sería la emblemática; la revista "Cultura" dirigida a la promoción cultural; y los ICP cómics, un proyecto que vale la pena dedicarle esfuerzos y mejorarlos.

¿Convocaría el director del ICP a muchos intelectuales y artistas que están y cuya labor hace falta?

—En el momento apropiado, convocaré a los talentos para invitarlos a colaborar con el Instituto. Me propongo hacer unos certámenes de literatura —unos premios importantes—; y con esa obra premiada, constituir algunas colecciones. Esto incluye investigación cultural, un gran Premio de poesía para iniciar esa colección, un premio de narrativa para ir creando e incentivar la creación de manuscritos de calidad.

¿Qué trae con relación a los museos, una división que tiene que ver tanto con el público? Antes, en su nombramiento, mi primera pregunta iba dirigida a si tenían un sitio para mudar la gente del ICP a otro sitio; y hoy, día de tormenta, es más que evidente. ¿Qué piensan hacer con las edificaciones históricas tan en deterioro como esta sede?

—La verdad, no estaba muy consciente. Pero, este edificio es prioridad. Ya me reuní con las personas apropiadas, que salgan las subastas; porque, por ejemplo, el área de la terraza inhabilita a media sede y el problema de los aires acondicionados son fundamentales para las áreas de trabajo. Esto es piedra fundamental. Ahora mismo, el Programa de Promoción Cultural está repartido en tres oficinas, sin acceso a equipo con áreas donde los empleados están hacinados; y la sede prácticamente fuera de uso. Tenemos un llamado de que el Ejecutivo, los legisladores, entiendan la riqueza enorme del patrimonio edificado puertorriqueño de enorme potencial económico, cultural e informativo. Una vez se restaura, el mantenimiento preventivo representa una economía e inversión. Hay que hacer un programa de situaciones a corto plazo, mediano y largo para las edificaciones. He visto, además, el mal estado en que se encuentra Casa Blanca porque allí conviven museos, oficinas, los jardines: todo en enorme deterioro.

¿Qué pasó con el edificio del Archivo Histórico y la Biblioteca Nacional?

—Esos edificios, por fin, ya se han entregado, y en medio de las dificultades, está empezando la mudanza. Para enero, esperamos que estén ocupados y se desalojen los sitios donde estaban.

¿Se les dará participación a las alcaldías, a los centros culturales y otros grupos a que participen en la conservación de estos edificios?

—La relación del Instituto con las alcaldías, en muchas ocasiones, ha sido adversarial.

Empero, se va a Barranquitas, o Caguas o Carolina, y ahí se ven los diálogos de los municipios con la cultura. ¿Es lo que se busca?

—Sí; y otro buen ejemplo es Guayama y la conservación de la Casa Cautiño. Sobre todo, los municipios autónomos que se están convirtiendo en sus propios emporios culturales con sus oficinas, centros de bellas artes, museos; y entonces pienso, que los responsables primarios en las regiones son los que están cerca de ellas. El Instituto tiene que verse más como facilitador, adiestrador, colaborador con el municipio, que ellos atiendan sus espacios; y que el Instituto provea el "expertise" y la normativa.

¿Cree que desde la creación de los centros culturales para acá —columna vertebral del ICP— ha cambiado la visión del ICP?

—Hay que repensar a la luz de las circunstancias actuales, buscar alianzas y no tratar de seguir conservando lo que fue ni tratar de imponer cosas para una región que no está preparada. La cultura es múltiple, de modo, que hay que tener una visión multisectorial de la expresión cultural.

Un logro de la administración pasada, sin duda, lo fue el programa cultural hacia las barriadas y las comunidades más pobres. ¿Se atenderá este programa con la urgencia que amerita?

—En el ICP se ha creado por ley, el programa ExpresArte que está dirigido a atender las necesidades culturales de las llamadas comunidades especiales. Ese programa representa un brazo de justicia social y la capacidad que tiene el Instituto de llegar a unos sectores que se han quedado al margen de la oferta cultural. Este programa lo vamos a estar evaluando, estar cerca de él, precisamente por ser tan importante. La intención es fortalecerlo y que establezca alianza con otros sectores para que se mueva hacia la verdadera autogestión cultural.

¿Es eso así ahora?

—A veces sí; a veces no. Incluso, si hay que añadirle un componente de iniciativa empresarial y que junto con el artesano, músico, teatrista van a producir una experiencia cultural, es bueno que vaya un experto en estrategia empresarial.

¿No han concebido que el movimiento cooperativo arrope a estos artistas y a los artistas del ICP?

—Sí, sí. Cuando presidí el Informe de Política Cultural, recibí una visita de una cooperativa de cantautores. Pasaron mucho trabajo, pero tiene sus discos. Vi un ejemplo claro, con ellos, de cooperativas culturales que muy bien podrían constituirse en brazos de ExpresArte y los centros culturales.

¿Invitaría el ICP a los cooperativistas?

—Por supuesto; y habría que explorar los planes que tiene el Gobierno para favorecer a las pequeñas empresas.

¿Qué va a pasar con las artes de la representación?

—Tenemos una comisión de teatro que asesora el programa. Al margen de eso, quisiera hacer una convocatoria para analizar cuál debe ser la política cultural que rija las artes de la representación en el ICP, en su momento. ¿Habrá que seguir los festivales y ayudar a los productores; o debe el ICP reconceptualizar esta política económica y el enfoque hacia el teatro en todos los sentidos, incluyendo las salas del ICP?

¿Es verdad que el CBA le va a quitar al ICP el Teatro Arriví?

—No. Definitivamente, no.

¿No tiene un gran reto con el área de la música, tanto popular, de la costa, de la montaña, la clásica?

—Incluso el Instituto tiene una revista de música, "Resonancias". He sentido que hay buen reclamo de que se reactive el programa de grabaciones; también se ha lamentado que el ICP haya abandonada la impresión de partituras.

¿Y en las Artes Plásticas?

—Tenemos intención de culminar los trabajos de la Galería Nacional en el Convento de los Dominicos donde se exhibe la colección del ICP y también la Trienal ha quedado establecida por Ley con una asignación legislativa. A la luz de la pasada Trienal Poligráfica estaremos celebrando la próxima nutriéndonos de los aciertos y las pasadas experiencias. El trabajo de recuperación de la primera planta del Convento de los Dominicos continúa. Se va a inaugurar lo antes posible, pero cuando esté en condiciones adecuadas.

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