Concurso Tavín Pumarejo 2005 de microrrelatos sobre la vida urbana y la música campesina


La Redacción de Estruendomudo se ha levantado esta mañana sobresaltada y esplendorosa. Luego de tomar café, ha leído una noticia absolutamente desbalanceada del periodista Jaime Torres Torres, de El Nuevo Día.

Resulta que el "Frente Campesino de Liberación Musical", como yo lo denomino, arremete contra las estaciones de radio y televisión nacionales para que se le dedique el 75% de la programación a la música autóctona y tradicional puertorriqueña.

(Coño, allí dice autóctona, tradicional y puertorriqueña. Tres son multitud, vivimos tiempos de triunviratos de nacionalismos culturosos de izquierda melona en contra de la música clásica y la electrónica punka).

"La Alianza, por su parte, gestionará que el 75% de las programaciones de las emisoras del gobierno se reserve a la danza, la bomba y la plena, el aguinaldo y las variantes del seis campesino, lo que redundaría en una exposición considerable de la obra de Ladí, Ramito, Rafael Cepeda, Juan Morel Campos, La Calandria, Canario, los Sanabria, Edwin Colón Zayas, Maso Rivera y otros miembros”. Yo soy boricua!!!!, Wepa, wepa, wepa!!!!

Ya se sabe que la prensa cultural de esta ínsula hirsuta -como apunta un colega bloguero que tampoco es citado por los medios tradicionales del país- no promueve la conversación pública y mucho menos el debate sobre estas cuestiones.

Las noticias en relación a estos temas se presentan en estos días absolutamente desprovistas de contrargumentos e ideas sustitutas de un discurso neaonacionalista que pretende arrasar el pensamiento crítico y la disidencia. Aquí todos gozaremos escuchando a Ladí. By the way, who the hell is he?

Sin embargo, la blogsfera supone un espacio alternativo a esta desproporción diaria de la información que fluye en los medios. Por ello, este espacio convoca a sus lectores a un concurso de minirrelatos de un párrafo sobre el siguiente tema: "Veinticuatro días de mi vida urbana escuchando música campesina".

Aquí va el mío:

Cuando desperté, Tavín Pumarejo estaba allí, tocando el guiro y despellejando una libra de pan de agua. Salí de la cama al son de una lírica de Ramito interpretada por el Hígado de Ganso. Sin lavarme la boca le planté un beso en sus bellos labios autóctonos, tan tradicionales y puertorriqueños. Agradecía con ese gesto tantos años de décimas, seises y danzas desafinadas. De pronto, desapareció, dejando tras de sí una victrola. Le di vueltas a la manivela y, de pronto, como si llegara el apocalipsis, escuché la voz de Gary Núñez diciendo que aunque su último disco es un homenaje a la plena de los negros de Loíza también incluye "samba, latin jazz, bomba quembé y hasta un remix estilo discoteca". Se me revolcó el estómago por tanta confusión afroantillana aprovechacapitalquehayluzverdeconbilletes y me dirigí al lavabo, donde encontré un caracol indígena que cantaba solo. No pude reprimir la imagen del antiguo anuncio televisivo de aceite Mazola que hacía énfasis en las sonrisas de los indios desnudos mientras preparaban la harina (maíz del maya en Borinquen). Tragué gordo, salí del baño y me refugié en la cocina, donde me esperaban con champolas de papaya servidas en copitas de mantecaditos Payco las siguientes personalidades zurdohispanófilas: Silverio Pérez, Millie Gil, Víctor Montilla y Luis Agrait. A coro me convidaban a abjurar de Brahms y Mozart; ya era hora de aceptar que es más importante entregarse a la cadencia rumbera de Yemayá trepada en el cuerpo escultural de Roselyn Sánchez que escuchar a MIMA -que es Yarimir Cabán) cantando en portugués en la Calle San Sebastián sobre un secreto develado de repente. Poco a poco se me fue yendo la distensión del nervio siático entre conciertitos de tiple sin violines y de maraquitas sin bajos. Uno aquí y otro allá, el aguinaldo de los guineítos con corned beef y la plena del menealo del negrito Melodía debajo del caño me iban cerrando los tímpanos de mi realidad enajenada en el consumismo de Plaza Las Américas y también mis párpados. Dormí mucho. Cuando desperté, Tavín Pumarejo estaba allí -mi cachi in Dei-, tocando el guiro y despellejando la segunda libra de pan de agua. -M.C.C.

Quedaría asegurado un premio jugoso para los que participen del concurso, después de todo, todos aquí estamos fomentando nuestra cultura autóctona y tradicional puertorriqueña (al cubo). Como somos favorecedores de los subsidios, se gestionará oportunamente el premio en metálico en el Instituto de Cultura Puertorriqueña. Señores periodistas, señor José Luis Vega, reclamamos nuestra tajada de bizcocho de fondos estatales; aquí estamos haciendo patria.

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