LOS TERRORISTAS NO TIENEN LA CULPA

Guía para una cobertura periodística objetiva
de los recientes atentados

 

(Producida por la Asociación de Periodistas Políticamente Correctos – APPC)

Nota disclaimer de la Redacción de Estruendomudo: La Redacción de Estruendomudo reproduce este comunicado de prensa que le ha llegado en ánimos de fomentar y aplaudir la discusión democrática de la cuestión islamista, más no necesariamente se solidariza con las expresiones vertidas a continuación. Que sea El Justo Juez quien, en el momento del Juicio Final, ejerza la censura. Amparados en la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados de América, en plena vigencia en la jurisdicción del Estado Libre Asociado de Puertorrico, estamos dispuestos a enfrentar la cárcel en caso de que se nos fuerce a revelar nuestras fuentes.

Existe un consenso establecido entre los periodistas y analistas conscientes sobre cómo se debe reaccionar cada vez que se reportan supuestos actos terroristas como el ocurrido hace poco en Londres:

1. Lo primero que se debe hacer es no culpar a losterroristas. Ha habido todo tipo de opiniones sobre los atentados en Londres del 7 de julio, pero debemosacatar el consenso de que los terroristas no tienen la culpa de tales hechos, como tampoco la tienen de los atentados del 11-M de Madrid ni los del 11-S de Nueva York ni de ningún otro. Culpar a los supuestos perpetradores de los incidentes de Londres y otros similares, por lo que supuestamente han hecho, sólo incita más violencia, aparte de que se podría ofender a los acusados, personas muy sensibles que han sufrido mucha opresión y discrimen. Algunos preguntan dónde está la opresión, si la mayoría de los terroristas son hombres de clase media, con estudios y carreras beneficiosas, pero esta objeción inconsciente no toma en cuenta el sufrimiento ideológico por los padecimientos de un pueblo.

2. En segundo lugar, no les llamemos "terroristas". Se recomienda emplear términos alternativos como "insurgentes", "militantes" o "miembros de la resistencia". Se desaconseja usar términos que puedan constituir una provocación. El término "terrorista" es claramente discriminatorio y ofensivo; si se fuera a emplear, debería aplicárseles también a los gobiernos, agencias de seguridad y militares que persiguen aquienes llaman "terroristas", logrando así provocar más supuestos actos terroristas. En ese caso se podría aplicar el adjetivo "terrorista" a personajes como George Bush, José María Aznar y Tony Blair.

3. En tercer lugar, evitar asociar el terrorismo a la religión musulmana. Es cierto que el 90% de los actos terroristas cometidos en años recientes provienen de militantes islámicos, pero eso no debe ser razón para mencionar más de lo debido esa supuesta relación. Ello sólo consigue ofender a la comunidad musulmana y provocar más terrorismo. Los "militantes" que supuestamente realizan atentados de terror, lo hacen en respuesta a las provocaciones de quienes constantemente acusan a los islámicos de ser terroristas. La prensa políticamente incorrecta reclama que en las mezquitas de Europa los predicadores islamistas invitan a la lucha o jihad contra todos los occidentales e incitan a matar hombres, mujeres y niños norteamericanos, ingleses, franceses y alemanes, en fin, a todos los infieles, incluidos los musulmanes que ellos consideran traidores. Pero esa prensa no toma en cuenta que dichas prédicas están protegidas por el derecho a la libertad de expresión y que constituyen una respuesta justificada ante quienes les faltan el respeto a los musulmanes al atreverse a condenar el terrorismo islámico. Además, los expertos en asuntos islámicos aseguran que las expresiones "maten", "masacren" y "descabecen como a perros" (a judíos, cristianos e infieles) son sólo metáforas tradicionales que deben ser respetadas como parte de la cultura. No es culpa de los predicadores religiosos que algunos musulmanes militantes interpreten que cuando se dice "maten", se quiere decir "maten".

4. En cuarto lugar, no prestar demasiada atención a los sufrimientos causados a las víctimas de los atentados. La prensa políticamente incorrecta les ha dado demasiada publicidad a las supuestas víctimas de los atentados y a sus familiares, circulando ampliamente fotografías impresionantes de sus rostros llorosos y ensangrentados. Esto constituye una provocación, pues puede ofender aún más a las comunidades islámicas. Además, quienes enfatizan demasiado el sufrimiento de las víctimas no toman en cuenta que esto puede causar algo aún más lamentable que los atentados mismos y que las supuestas muertes, pues podría provocar que algunos ciudadanos airados les lleguen a faltar el respeto a los musulmanes, lo cual sería un atrevimiento y una falta de solidaridad multicultural terrible. Por otro lado, las supuestas víctimas en cierta manera no son tan inocentes, pues son occidentales, y como tales son responsables de todos los agravios cometidos contra el islam a lo largo de la historia, desde la época de las cruzadas medievales hasta el presente. Se recomienda que al abordar el tema, se diga sin mucho color: "Lamentamos los sufrimientos de las víctimas de los atentados, PERO…" Cuando se diga "pero", se debe aumentar el volumen y la pasión de la voz e inmediatamente añadir la mayor cantidad de argumentos posibles para restarle culpa y responsabilidad a los "militantes" islámicos.

5. En quinto lugar, como parte de la recomendación anterior, se debe aprovechar el impacto noticioso de los supuestos actos terroristas islámicos para concientizar al público sobre las injusticias sufridas por los pueblos musulmanes, desde las cruzadas cristianas en la Edad Media, pasando por las matanzas de turcos del conde Drácula, hasta la presente guerra de Irak. El byline actual debe ser: "por culpa de la presencia de Estados Unidos en Irak". Si se acaba la guerra de Irak, siempre se podrá buscar unacontecimiento maligno en la historia para explicar eljusto resentimiento y odio de los hermanos islámicoshacia occidente. Contamos con casi catorce siglos dehistoria y de resentimiento para encontrarjustificaciones adecuadas.

6. En sexto lugar, debe rechazarse como una provocación la más mínima crítica a los islamistas. Les hacen el juego al imperialismo aquéllos que critican las prohibiciones y castigos fuertes a los que son sometidas las mujeres bajo el islam conservador. También debe desenmascararse a quienes cometen la indignidad de criticar la persecusión musulmana de los homosexuales, o las penas de muerte aplicadas contra los apóstatas o las matanzas racistas de africanos negros en Darfur, u otros detalles culturales de esa naturaleza que nuestros prejuicios occidentales no nos permiten comprender. No se les debe prestar atención ni darles cobertura a musulmanes liberales que critican el islam conservador, pues los musulmanes liberales son aliados del imperio y nuestros hermanos radicales nos aconsejan que los consideremos traidores. Debe quedar claro que el consenso progresista es apoyar incondicionalmente a nuestros hermanos islamistas radicales, pues como ha dicho Slavo Zizek, ellos son la vanguardia mundial de las causas y la luchas progresistas de la humanidad.

7. En último lugar, nunca se debe olvidar el argumento principal en este tipo de información, el cual debe guiar todas las informaciones y que ningún periodista consciente debe olvidar jamás: los Estados Unidos tienen la culpa, no sólo de todos los actos terroristas, sino de todos los males sufridos por la humanidad. Es algo tan básico y elemental, que ni siquiera exige mayor explicación pero, increíblemente, todavía hay quien lo olvida.

Cortesía de: Asociación de Periodistas Políticamente Correctos (APPC)

La Redacción de Estruendomudo, aunque hace disclaimer de que no necesariamente se solidariza con dichas siete tesis colocadas frente a la dieta de Worms, sí hace un llamado a la reflexión de por qué en Puerto Rico no se condenan los atentados terroristas. ¿Por qué nuestra benemérita zoología política no se pronuncia en términos amplios sobre la guerra de Irak?

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