De la Redacción de Estruendomudo
Cualquier hijo de vecino puede lanzar su mensaje de protesta al ciberespacio, sin censura ni vainas proteccionistas, a trevés de un blog.
Ejemplo de ello es: http://www.werenotafraid.com/
Nada de programas políticos jerarquizados, nada de preceptos revolucionarios fijos, nada de expectativas de lectura o salvación nacional o individual.
Lo único que hay es una convocatoria de una línea que desemboca en fotos, cientos de miles de fotos y manipulaciones de imágenes virtuales enviadas de todas partes del globo, que llevan a la nada un solo mensaje, pero desde la diversidad de su significado carnaval: "We are not afraid". Who we are is not the question. La identidad no está en issue, aunque cada foto es una huella que no se puede borrar.
Se trata de un ejercicio de autoayuda, de un rito funerario por las víctimas del 7-7. God save the Queen. Es un acto de reafirmación de la contingencia de un performance que en vez de aglutinar las subjetividades en un solo "Todas a una", como en Fuenteovejuna porque todos somos iguales, y otro "No nos moverán, porque estamos aquí en un solo cuerpo colectivo", se planta en el medio del desastre terrorista-disciplinario para exhibir su extrañeza radical.
Hay fotos ridículas, racistas, con señales "equivocadas", que "no aportan nada": se acabó la marcha, el paro, la consigna, el activismo politically correct. Ya toda esperanza de respuesta está perdida y la masa no espera contestaciones sino que cada ridículo post ya es la salida cada quien.
Asistimos al fin de la política trascendental a priori. La política trascendental, en estos momentos de ironía contra el terror y el biopoder, que usan las mismas estrategias, se decide en un gesto sin trascendentalidad. Ese gesto es quizás lo único anarco que se puede colar entre las rendijas de las murallas que construyen los bárbaros y los señores feudales que regentean la nueva medievalidad.