De “El catecismo”, de Marta Traba o el comienzo de otro misterio

Al principio la gente no notó su rareza, ya que los oficios, los bautismos y los pleitos se arreglaban siempre de puertas adentro. El drama comenzó cuando lo llamaron para decirle la extrema-unción al primer agonizante que hubo en el barrio y se encontraron con que el cura colérico, fuera de sí, daba grandes voces mientras paseaba por la sacristía como un tigre, diciendo que llamaran a otro cura porque él no podía poner los pies en la calle, de ninguna, de ninguna manera. Fue imposible arrancarle una explicación. Los parientes, que enseguida se convirtieron en deudos sin que hubiera tiempo de llamar a otro cura, habrían hecho el escándalo del siglo en otras circunstancias; pero era tal, según cuentan, la angustia del cura, tal su temblor y sus sudores fríos, que frente a ese espectáculo de demencia incontrolable, se retiraron prudentemente. Al día siguiente era domingo y no faltó nadie, ni siquiera los sempiternos ateos, para confrontar la historia de la locura del padre que se había regado como pólvora.

 

“Pasó así”, 1968. 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *