Cuadernos de la Hermétika 4

Una palabra por otra
Escribe Manuel Clavell Carrasquillo

Tal vez este imperio de la confusión que es simplemente aquel donde se representa toda la ópera bufa humana merece que nos detengamos en él, para comprender las vías por las cuales procede el análisis no sólo para restaurar allí un orden, sino para instalar las condiciones de la posibilidad de restaurarlo. -Jacques Lacan.

El conocimiento de tu pérdida usó el teléfono. Anunciaste el desmontaje de la relación. Un estar encajado en el otro, con él, moría en plena sucesión de una cadena de palabrotas mal dijías. Me cago en na. Esos eslabones descendieron a la mierda, por lo que en el wii de nuestro jueguito hacían función de sostener la lápida que tapiaba el pozomuro de las caricias reprimidas en la oración: piel se quita piel.

Así, las ondas de comunicación celular me rebotaron en los tímpanos. Hice mutis. El silencio acabó con la conversación. Un parloteo sistemático, unas rutinas específicas de las cuerdas vocales para nombrar, gritaron como les salía en ristras lo innombrable tuyo y mío por vez última.

Luego, la orfandad.

Un frío navideño se adueñó del hueco y ahora no escucho ni siquiera el uuuu. No hay lengua afuera dispuesta a complacer. Seca, cortó. Arranqué un fue.

Ello quiere decir [exemplium] que en el centro del templo imaginado entre los meses del 2008 cesó el Kirie, Señor… mío y dios mío, tras la rasgadura del velo y ese algo pesadillezco indescifrablemente orgiástico se jodió.

El escándalo omega, de ahí lo saco, tuvo el efecto microzángano de hacerme ver un repasito de la historia que no se puede volver a contar. La fábula, ciega en sí misma, iluminó. Se supo que era irremediablemente imposible regresar al camino recorrido -ya hundido el send. O sea, que el mensaje es búmeran, búmeran, búmeran, díjole el Puma en un arrebato de mariconería icónico para Latinoamérica entera. Vale, José Luis encocao, el eterno retorno de su profecía telenovelera se alojó en ambos corazoncitos muertos. Pues protocolo, CPR.

Entonces la pena no vale el la. Quisiera creer la respiración boca a boca reconstituyente de circulación por los vasos sanguíneos como antídoto del coitus interruptus. Quisiera ser otro espresso en el café, el mismo Hombre Lobo, dos pitillos y tres copas de vino más.

-Mas no más. 

-Auuuuuuuuuuuuuuuuuuu.

-No, mas, ¿qué?

(Misscall.)

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