Turbas en la zona bancaria / Sueño siete veces ser comido a besos

De la Redacción de Estruendomudo

Tocaba tu piel de arena como quien pierde algo

-o sabe que ha perdido-

(Hugo Ríos, “Al otro lado de tus párpados”, 2006)

  1. Llega el fin del debate, la clausura de lo político, el cierre casi total de las dependencias gubernamentales del Estado Libre y Asociado de Puerto Rico. Las palabras han sido agotadas y los líderes obreros se lanzan a la Milla de Oro -zona bancaria- a exigir a gritos y golpes de centella que la crisis la paguen los ricos. Que se les imponga otro impuesto a los bancos y las corporaciones. Hay una tarde de cristales rotos, los de los vestíbulos de las instituciones que garantizan el flujo de los dólares y el crédito. Los culpan del apocalipsis y exigen el gravamen pero no explican que el gravamen rebota, que es una trampa que es un engaño que es sin salida que los impuestos bancarios los terminaremos pagando los consumidores. Eso no lo explican. Marchan Milla de Oro arriba y milla de oro abajo, el maze-laberinto, como si allí algo pudiera resolverse. La reforma electoral no la piensan cuando empuñan las piedras y las lanzan.
  2. No hacen referencia a la reforma contributiva en el momento de la furia. Olvidan que ellos han pactado con los legisladores que tienen secuestrados a los empleados públicos -sin sueldos por dos meses-. Es costumbre el contubernio entre la clase trabajadora y los señores senadores y los señores representantes. Que paguen los ricos y la irresponsabilidad de esa declaración como propuesta resolutoria que no dice nada porque los ricos ya pagan y entonces qué hacemos cuando venga el rebote. Pues, que es bruma, que seguiremos pagando. Un regreso a los setenta y la negación de la derrota de la mentalidad y tácticas de la guerra fría que aquí sigue viva y coleando, una alegría de los líderes estudiantiles que andan con piedras en mano en plena zona bancaria. Nada de aportaciones al debate.
  3. Nadie quiere repensar el país. Los estudiantes no piensan; rabian, echan espuma por boca, pataletean. Sólo mano dura, fuerza bruta, macharranería derramada en plena vía. Nada de presiones con contrapropuestas serias. Nada de actividad de reorganización comunitaria, refundación electoral, llamamientos a utopías. El desierto de la improvisación y el que resuelva otro por mí son las consignas. Allá van los estudiantes, exigiendo que la crisis la paguen los ricos, pero todos estudian para hacerse uno de ellos. El estado Libre Asociado termina más favorecido. El movimiento obrero-estudiantil llama a que el Estado resuelva. Porque su Daddy es Yankee y a su voluntad se entregan. Una vez más cómodos con escaramuzas bobas en la Milla de Oro: se arrodillan y a mamar de la teta. “Al final, todos queremos el carrito japonés y la piscina”. (Rita Indiana).
  4. Tuve que ausentarme de las manifestaciones para recordar el sueño, volar lejos de mi patria absurda, de sus mezquindades y violencias. Volé hacia la negativa de mi diagnóstico obsesivo con la manipulación genérica. Unas tetas que faltan frente a mí, unas nalgas bien duras y una forma de mirar con ojos con pintura falsa. Son las esferas para visualizar el Make-up Art Cosmetic. Abro los ojos simples y los dirijo hacia su calva. Quedo atrapado. Es el clichoso túnel de Coelho y de Sábato Me uno a las filas de los esclavos voluntarios una vez allí atrapado. Es decir, quedo bajo la custodia de los muchachos dispuestos a que se haga Su voluntad suprema. Busco el beneficio de entregarme todo -aunque lo niegue- se acerca y me agarra sin que yo lo vea un doblez del labio superior. Me lo pone fruncido, como en señal de autorización de recibimiento de todo el peso de tu boca entre mis labios secos. Unas gotas tuyas, por favor, un lechazo.
  5. Definitivamente, ahora me doy cuenta de la grandeza del epígrafe de Hugo.
  6. Tocaba pieles de arena allá arriba, sé que he(stoy) perdido.

Manuel Clavell Carrasquillo, vaya proletariado Visa Gold, el colmo de los Iros de mayo

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