Claudette City, Balcón del Mar. -Pasé la página y me topé con una entraña musculosa dibujada, un acto de amor que me regalaba de un brochazo la pintora.
Decirlo hoy, ya todo es política y reproches, así que banal se queda; bien museo conmemorativo de memoria.
Otro intento: Quizo que fuera vegetal carnívoro, como las flores espinosas.
Me lo confesó, y luché contra su fanatismo parcializado hacia marcianos, que son carne de rosas y raíces de cordero; un mejunje de plomo con madera y tintes esperanza.
Pero desde que salió por tv, en vivo y a todo color, emitida desde el Monumento al Jíbaro con Pantojas y Osvaldo Ríos, Chona, La Puerca Asesina, tengo perdida esa apuesta de atrasada.
¿Cúando se hizo tan difícil reconocer la belleza que despide la portada, su pintura, el poder decírcelo sin hipotecarnos el futuro profesional de ambas?
Por último: Pana, ¿cuánto cuesta una cosa de ésas, por ejemplo, ésa que tienes exhibida ahí. Esa misma entraña enchaquetada?
"Las llamo ‘entrañas’ pues intento hacer metáforas orgánico-sensoriales a través de las formas dibujadas, las cuales hacen referencia a formas un poco viscerales pero también encontradas en otros ejemplos de cosas vivas, como la botánica. Son un tipo de anotación de sensaciones a través de estas formas orgánicas", dice para una revista local la chica que pinta entraña enchaquetada.